«Los zapatos de Manacho son de cartón, son de cartón de cartón»
Gran Combo de Puerto Rico


Los zapatos están de moda, en toda Venezuela se habla de ellos. No faltaba más —dijo doña Juana— costarán apenas 9 bolívares. A continuación, sigue conversando con su vecina de asiento en el carrito hacia los Tribunales de Justicia— Ojalá que no nos llueva en esta manifestación, porque mis zapatos tienen un hoyito en la suela, pero le puse un cartón y me quedó chévere. Casi no se nota.

La melodía no se va de mi cabeza: «los zapatos de Manacho son de cartón, son de cartón de cartón»

Yo me encuentro en el asiento detrás de ellas, también voy a la manifestación. Se presentaban a los luchadores sociales ante los tribunales, pueden decidir su liberación o seguir con su encarcelamiento hasta ir a juicio. Pienso en ellos, encerrados en celdas inmundas, junto a presos comunes, sin privacidad ni siquiera para realizar las necesidades más básicas en un sitio adecuado. Orinan y defecan en la misma celda. Las señoras siguen su conversación. Son de un sindicato y van a protestar y a apoyar a los luchadores sociales y sindicalistas. Mi corazón se enternece al escucharlas. Conversan sobre los zapatos que Maduro ofreció por televisión.

Me dejo ir con mis pensamientos sobre un artículo que leí por internet, justamente acerca del zapato más antiguo encontrado en una cueva en Armenia. Tiene como 5.500 años, está compuesto por una sola pieza de piel de vaca. Se trata de un ejemplar hecho a la medida. También han encontrado en otras excavaciones en Egipto sandalias de junco amarradas con cueritos.

En la Roma clásica el zapato rojo en la mujer era propio de las cortesanas. El emperador Aureliano decidió usarlos, tal decisión afectó hasta al Sumo Pontífice, de ahí que los Papas calzaran babuchas coloradas

Los zapatos han tenido protagonismo en diversas épocas de la historia. En Nueva York, sede de la ONU, en la Asamblea General de las Naciones Unidas del 12 de octubre de 1960, NIkita Jrushchov golpeó su estrado con su zapato en un arrebato de ira, cuando el representante filipino Lorenzo Sumulong, criticaba la falta de libertad y represión de los pueblos del Este, en plena guerra fría.

En el 2008 Muntazer al Zeidi, reportero en Irak durante una conferencia de prensa de George Bush, sacó su propio zapato y lo arrojó al el presidente Bush a la vez que le gritaba PERRO.

Los zapatos cobran importancia de acuerdo modas o de quien los use. Por ejemplo, el actual Presidente del Ecuador, Guillermo Lasso, durante su campaña utilizó un par de sneakers rojos, lo que causó una gran demanda de ese tipo de zapatos entre sus seguidores. ¿qué hace que el color rojo sea apetecido? Pues históricamente es un color que denota poder, pasión, energía, sensualidad, sexo, prosperidad, alegría, por tal razón el Rey Luis XIV utilizaba zapatos rojos de tacón y prohibió la utilización de zapatos de ese color a sus súbditos. El monarca no llegaba al metro sesenta. Los nobles querían imitarle y no se percataron que, de ellos aumentar centímetros a sus calzados, el Rey seguía siendo bajito.

En los últimos años, los zapatos rojos adquirieron una connotación nueva gracias a Elina Chauvet. La artista mexicana hizo una instalación en Ciudad de México llamada ‘Zapatos Rojos’, a partir del feminicidio de su hermana a manos del esposo. En este contexto, los zapatos rojos pasaron a representar la violencia y la sangre derramada por las mujeres. La iniciativa se replicó en diversas partes del mundo como forma de protesta.

Una piedra en el zapato

Pensaba sobre este dicho y los revolucionarios secuestrados por el régimen. Realmente para Maduro los luchadores sociales se habían convertido en eso. Las luchas en las calles de los trabajadores, para que les fuesen devueltos sus derechos laborales burlados por el régimen, a través de las famosas tablas de la ONAPRE.

La articulación de esas luchas estaba generando una efervescencia peligrosa para Maduro, ya que además su escasa base social de apoyo disminuía cada vez más. Era necesario ponerle un atajo brusco a esa situación. Para eso nada mejor que secuestrar a los dirigentes revolucionarios, defensores de los derechos humanos laborales, se habían convertido en las piedras en los zapatos de Maduro. Sin ninguna prueba, amañando expedientes que avergüenzan al propio personaje que funge de Fiscal General, del gobierno de Maduro. Pero no tiene la facultad de liberarlo. El solo es un peón dentro del entramado de la dictadura. La decisión es política.

Ponerse en los zapatos del otro

En la actualidad, un par de zapatillas Nike tiene un costo mínimo de 48 dólares, las botas Timberland ascienden a una suma prohibitiva de 75 dólares, las más económicas. Zapatos de vestir se consiguen a partir de los 15 dólares. Mientras el salario mínimo se ha reducido a unos 14 dólares aproximadamente. ¿Quien se pone en los zapatos de los trabajadores?

No es la primera vez que Maduro se vale de los zapatos para ganar adeptos. En el 2015, Nicolás Maduro presentó durante un mitin un prototipo de las botas de Chávez. Un diseño similar a las Converse All Star de lona roja que se compran en Caracas por 14 dólares. Las botas del socialismo bolivariano de la juventud. Nunca se vieron en los pies de nadie.

Ahora intenta de nuevo confundir a los trabajadores del magisterio con la oferta de venderles zapatos a 9 bolívares. Escuchaba los argumentos de doña Juana que iría a comprar los famosos zapatos de Maduro. Ella tiene dos hijos, los precios exorbitantes de los calzados y los salarios de hambre le impiden adquirir esas prendas para ella y su familia.

Esta profesora tiene mucha dignidad, asiste a las manifestaciones poniendo cartón en sus viejos zapatos, para que no le entre el agua que se acumula en las calles. Allí estaba con su amiga, apoyando a los familiares por la liberación de los secuestrados, que irían a escuchar las decisiones del juez encargado del trabajo sucio. Ella ha participado en todas las marchas, manifestaciones del gremio, pero tiene una necesidad real. Hay que ponerse en los zapatos del otro.

¿Quién osaría catalogarla de falta de dignidad? ¿Quién ha asistido a todas las marchas y manifestaciones como la profesora Juana? ¿Aún con sus zapatos rotos?

A la profesora Juana le sobra dignidad, y ganas de luchar. La profesora Juana tiene necesidad. La profesora Juana NO TIENE DINERO, su salario ha sido recortado por el régimen.

¡Quien no tiene dignidad es el jefe de gobierno!, aquel que se hace llamar presidente obrero. Ese personaje que ofrece zapatos, no sabemos su calidad, en vez de pagar las deudas que acumula a los trabajadores año tras años.

No nos equivoquemos en señalar al enemigo. No es la profesora Juana. El enemigo es el jefe del régimen, es Maduro. En vez de pagar los salarios, se divierte entregando bonos que no tienen incidencia en las prestaciones sociales. Ofreciendo zapatos a 9 bolívares.

La horma de tu zapato

Este dicho está claramente visualizado. La horma del zapato de Maduro y del régimen es la clase obrera. Son los trabajadores en la calle articulando luchas, protestando sin cesar por sus derechos violados. La clase trabajadora que aún a pesar de todas sus vicisitudes, siguen con energía incuestionable, bajo la lluvia, gritando:

¡¡LIBERAR, LIBERAR A LOS PRESOS POR LUCHAR!!
¡EL PUEBLO UNIDO JAMAS SERÁ VENCIDO!

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