El pasado 30 de Junio finalmente se realizaron las elecciones para elegir autoridades universitarias en la Universidad Central de Venezuela, en la llamada segunda vuelta que enfrentó a las dos cuartetas resultantes de la primera jornada. Hubo por una parte de la fórmula del profesor Humberto Rojas y de los que se nuclearon alrededor de la misma una serie de descalificaciones hacia las otras cuartetas no triunfantes en la primera ronda.

“Quedo reducida a la nada la formula de Paulino Betancourt”, expresaron algunos de ellos, “desaparecieron de la Universidad y del espectro político”, agregaban“. Bandera Roja lo que tiene son tres votos y no aportará nada” o “No es posible que Rago triunfe porque no cuenta con respaldo y quedó muy atrás con respecto al que llegó de primero”. Fueron muchas las expresiones que se vertieron con aires de triunfalismo y prepotencia.

Sin embargo, Paulino Betancourt y las fuerzas que lo respaldaron junto con el Dr. Victor Rago, buscaron consensuar una unidad que defendiera a la universidad, la autonomía y la gratuidad de la educación universitaria; que fuera incluyente. De allí que todas las demás formulas respaldaran a la cuarteta del hoy electo Rector, evidenciando la fuerza que tiene la unidad.

No faltaron las acusaciones que su triunfo sería «el del régimen». Es así cómo una foto que posteó el Diario Ultimas Noticias, tomada en la Universidad Central, en uno de sus pasillos y con todos los que fueron aspirantes a Rector cuando se retrataron alrededor del Dr. Victor Rago, dijeron que había sido en una supuesta visita a este diario del régimen y que por ello, eso «evidenciaba» su respaldo.

Si bien es cierto que Rago recibió el apoyo de sectores del chavismo, lo mismo ocurrió alrededor de Humberto Rojas. Su triunfo en los trabajadores administrativos y obreros lleva esa impronta. Pero con esa acusación se buscó descalificar a Rago como autentica expresión de la oposición universitaria frente al régimen y para sembrar la duda.

Es indudable que de esta elección se pueden desprender algunas lecciones que son de carácter general. En primer lugar, es nocivo el triunfalismo y la prepotencia que subestima a los demás. Esta es una práctica propia del Chavismo, que impuso un estilo y ética de la política que es reproducida por estos sectores desde tiempo atrás. Lo segundo, no hay enemigo pequeño, todos suman y hacen triunfar si se concibe el criterio de respeto a la diversidad. Y tercero, es necesaria la unidad para triunfar. Creer que solo se puede, no es garantía de alcanzar los resultados esperados.

Sin embargo, no les bastó la derrota que sufrieron. Siguen con sus tuits y mensajes de desconocimiento del triunfo, sembrando dudas sobre el carácter opositor de Victor Rago, acusándolo de ser representante del chavismo, entre otras. Y aderezan con la manida campaña de desconocimiento de la fuerza que tradicionalmente ha tenido Bandera Roja en la UCV, que se ha destacado por la obtención de varias veces la presidencia de la FCU, además de lo destacada que ha sido BR en el enfrentamiento al régimen y la defensa de la autonomía y su papel desde la derrota de la toma de la UCV por el chavismo, la reconquista electoral del bastión del chavismo en que habían convertido la Escuela de Trabajo Social (por cierto del que provienen algunos de ellos), con la destacada Sairam Rivas, que luego le costó su detención en el SEBIN en 2014, por liderar la rebelión de los estudiantes en un campamento en la Plaza Alfredo Sadel.

Quieran o no, Bandera Roja ha sido impulsora de la unidad como método político desde la conformación de la Coordinadora Democrática como fundadora, de igual manera de la Mesa de la Unidad, del Frente Amplio Venezuela Libre y de la Plataforma Unitaria, lo que implica que en aras de enfrentar al régimen ha sido consecuente con su discurso de unidad, pero a la vez de un planteamiento de defensa de los derechos consagrados en la Constitución como la gratuidad de la educación, de la autonomía universitaria, de la salud. De los derechos humanos en general.

De allí que, frente estas circunstancias, se requiere buscar la unidad pero a la vez ser consecuente con la defensa de los derechos políticos, económicos y sociales que son progresivos y que no se pueden renunciar a ellos. En este sentido, mantendremos un carácter crítico y de unidad para derrotar el régimen en sus distintas expresiones así como apoyamos todas las formas de lucha necesarias para organizar a los venezolanos para la salida política del régimen como lo es en estos momentos la primaria para elegir al candidato de la unidad.

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