El 20 de enero de 1970 nacía Bandera Roja en las montañas de oriente. Hoy arriba a 54 años de vida, de perseverancia y de consecuencia revolucionaria. Con orgullo podemos enarbolar nuestra historia de fidelidad y lealtad con los principios y valores ideológicos, políticos, éticos y morales que dieron origen a nuestra fundación. Si en algo nunca hemos rebajado nuestro compromiso, es con los intereses de los trabajadores, de la clase obrera en particular, y del pueblo venezolano.

En estas más de cinco décadas hemos sabido enfrentar las dificultades, los obstáculos y los retos que nos han impuesto las diversas circunstancias históricas. Hemos afrontado la cárcel, el exilio, la tortura y la muerte de muchos de nuestros compañeros. Sin embargo, nunca nos hemos amilanado ante las más fieras amenazas. Nunca hemos hecho concesiones a nuestra indoblegable lucha por abrir caminos para eliminar la explotación del hombre por el hombre, para hacer del sentido humanitario de solidaridad y comunidad el principio rector de las relaciones humanas.

Como militantes de la causa del proletariado, inspirados en el marxismo-leninismo, en la lucha por el socialismo y el comunismo, en la construcción de la democracia popular como su fase inicial, inscribimos nuestro empeño en las grandes tareas que como pueblo tenemos planteadas. De allí proviene nuestra visión unitaria de los esfuerzos por la transformación de la sociedad y el compromiso asumido con las luchas inmediatas e históricas, con los reclamos y reivindicaciones de los trabajadores y de todo el pueblo.

Ante la imperiosa necesidad de abrir cauce para la superación de la crisis general que azota dramáticamente a la familia venezolana, convocamos al pueblo a la más amplia unidad. Y como primer paso debemos concentrar esfuerzos para lograr una contundente victoria en las elecciones presidenciales que deben hacerse este año por mandato constitucional. Tenemos candidata unitaria, electa en primarias, María Corina Machado. Ése es un paso importante pero no suficiente. Hay que arreciar la lucha por elecciones libres y participativas. La cosa no ha sido ni será fácil. Es posible avanzar si salimos de la rutina. Esta no es una elección cualquiera. Es parte de una pelea, en la cual el oficialismo y sus aliados apelarán a todas las maniobras posibles para mantenerse en el poder sin el apoyo popular.

La unidad y las alianzas son asunto clave en este momento. Hay que abordarlas en variados instrumentos a los diferentes niveles que se planteen. Entre los que destaca la unidad de los sectores avanzados, aquellos que resumen un cambio popular de desarrollo soberano y nacional. Quienes —sin descuidar la amplia unidad para salir de la dictadura— se empinen para hacer valer las ideas progresistas de apuntalar una nueva democracia basada en la organización popular, en las asambleas de ciudadanos.

Asimismo, son tiempos en los que urge promover muchas formas de organización y de encuentro que se agrupen para producir la unidad de todas las luchas para pelearlas juntas. Las luchas sociales, las luchas políticas, la diversidad de reclamos y protestas todas unidas, y todos exigiendo elecciones para empezar el cambio por la Presidencia de la República. Mientras más obstáculos se interpongan, más debemos elevar nuestras capacidades como mayoría nacional. Más disposición, más conciencia, más acciones, más unidad. Menos diatriba estéril, menos sectarismo, menos egoísmo y más disposición a construir la fuerza democrática y ciudadana que habrá de sepultar cinco lustros de estafa, engaño y retroceso.

Los partidos políticos, los sindicatos, los gremios, las organizaciones comunitarias. juveniles, estudiantiles, culturales, deportivas, todo el liderazgo político-social está ante el reto de sobreponerse a sus propias limitaciones, a los errores cometidos, a la frustración del objetivo no logrado y disponernos a construir una victoria. Asumirnos como una dirección política que genera estrategias, tácticas, políticas, planes y programas para dar eficaz conducción a las luchas de nuestro pueblo. Nuestras organizaciones deben empinarse ante las dificultades, fortalecerse para jugar cada vez un mejor papel. En definitiva, ésta es una lucha del pueblo, de la mayoría nacional, contra una camarilla que usurpa el poder.

¡Venezuela será libre, democrática y próspera!

¡Vamos a construir la victoria!

¡Abajo la dictadura!

¡Viva Bandera Roja!

Dirección Nacional de Bandera Roja

Venezuela, 20 de enero de 2024

 

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