Escribir poemas requiere algún talento. Mentir, también. Quizás haya algo en común entre la poesía y la mentira. Algún buen poeta pudiera decirlo. Sin embargo, esta fusión de antípodas parece encarnarla el fiscal, salvo que con abrumadora cortedad. Y es que de intentar ser guerrillero a terminar siendo asistente de un ya enmohecido comandante, no parece requerir mayor talento. Tampoco, escribir malos poemas o mentir también mal. Quizás por eso, acusar falsamente a unos viriles dirigentes de los trabajadores y del pueblo, salió tan feo.
Son mentiras. No huelga repetir que en el juicio en el que fueron condenados los 6 luchadores sociales Reynaldo Cortés, Alonso Meléndez, Alcides Bracho, Néstor Astudillo, Gabriel Blanco y Emilio Negrín, el Ministerio Público no pudo demostrar ninguna de las acusaciones. Ni siquiera un solo testigo pudieron presentar. Y eso que era un sapo que ahora llaman patriota cooperante, que los traicionó. Pero revisemos una a una las acusaciones del fiscal.
¿Un ataque el 5 de julio?
La principal acusación en el juicio fue haber planificado un ataque para el 5 de julio, en Caracas, contra el presidente Maduro. Este asalto, dijo el fiscal, había sido orquestado desde Colombia por un militar disidente. Sin embargo, ese militar denunció, el mismo día en que habló el fiscal (y existen pruebas de ello), que en ese mes de julio de 2022 en el que fueron encarcelados los 6 líderes sindicales, estaba sin comunicación, atravesando la Selva del Darién para llegar a EEUU, país en el que ahora reside y desde donde envió el video.
Tampoco existió prueba alguna durante el juicio, de dicha relación. Pese a que al fiscal se le olvidó el derecho elemental y sugirió que los detenidos eran los encargados de demostrar su inocencia y no los fiscales su culpabilidad, para el momento del encarcelamiento de los luchadores sociales, ninguno estaba en un mismo estado o ciudad como para que se pudiera demostrar flagrancia y/o complicidad en la ejecución de algún plan en Caracas.
En el caso de Alcides Bracho, fue detenido el 4 de julio en su casa. Y el resto, todos en sus casas, con dos o tres días de diferencia. Ninguno estaba huyendo. No hace falta mucha perspicacia para intuir que no hay evidencia de que hubiese existido una conspiración. Peor aún, Emilio Negrín, vecino de Bracho y quien denunció el secuestro de Alcides en las redes, fue luego secuestrado en su propia casa un día después. No se escondió como hubiese hecho cualquier conspirador con dos dedos de frente.
La mayor incoherencia es esta: pretendían «asaltar el Conscripto de alistamiento militar de San Jacinto, en Mérida con el objetivo de apoderarse del parque de armas albergado en ese recinto, que según sus informaciones, constaba de un total de 120 fusiles Modelo FAL». Aunque jamás hubo pruebas en el juicio, según el fiscal, «con esto planificaban realizar actos de sabotaje y entorpecimiento en las actividades del 5 de Julio del año 2022, donde se encontraba presente el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro y el alto mando militar».
Recapitulemos. Iban a sustraer 120 fusiles, que habremos de suponer iban a trasladar a Caracas, para atacar el acto del 5 de julio en Caracas. Sin embargo, los sindicalistas fueron capturados en Falcón, Miranda, Guárico y Caracas, incluso días después del 5. Para el 4 de julio, Alcides Bracho, acusado de ser el “cabecilla”, estaba solo en su casa cuidando a 4 niños. Ni siquiera un pasaje a Mérida tenía. Es difícil comprender cómo hubiera podido viajar, asaltar un cuartel y traer los fusiles para el acto del 5 de julio, en tan poco tiempo. Pero esta mentira estuvo muy mal construida. Poco importó el “decoro” que debe guardar una “mentira oficial”.
¿No son sindicalistas?
El fiscal también aseguró que «no son líderes sindicales, no pertenecen a ningún sindicato. No se encontraban realizando alguna labor ligada a una lucha social, ninguno es trabajador activo, ninguno está registrado en el IVSS y aparecen como desempleados».
Reynaldo Cortés, Alonso Meléndez, Alcides Bracho y Néstor Astudillo militan desde muy jóvenes en el partido Bandera Roja. Una organización marxista leninista que hace trabajo principalmente entre los trabajadores y que jamás apoyó al régimen chavista. Sin embargo, debemos hacer una descripción detallada de cada caso, en el que se demuestra no solo una actividad concreta en el mundo sindical y de los trabajadores, sino como luchadores sociales inscritos en el IVSS.
Reynaldo Cortés es secretario general de Bandera Roja en el estado Guárico, miembro del Comité Central del partido Bandera Roja, miembro principal del Consejo Regional de trabajadores de la Central de Trabajadores de Venezuela, seccional Guárico, es luchador social y político reconocido en el estado Guárico, comunicador de las Plataformas de Pregón Popular, estudiante de Literatura UPEL y está inscrito en el IVSS.Alonso Meléndez es dirigente de Bandera Roja en el Estado Falcón, es ingeniero pesquero y dirigente de asociaciones de pescadores, luchador social y comunitario reconocido en Los Taques estado Falcón, integrante del Consejo del PP de pescadores y acuicultores artesanales Aurora, fue coordinador del estado Falcón de Corpesca, tiene diplomado en Docencia Universitaria y en Derecho Laboral y Gestión del Talento Humano, ambos certificados por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, cursa una maestría en Gerencia Pública en la Universidad Nacional Experimental Francisco De Miranda, trabajó en el Centro de Refinación Paraguaná CRP en Amuay y Cardón como asistente de planificación y medición de obra, así como capataz de mecánica, es trabajador de pesca artesanal y está inscrito en el IVSS.
Alcides Bracho es dirigente del partido Bandera Roja y ex secretario regional en Caracas, profesor de Química y artista plástico, reconocido luchador social del sector Educación, afiliado del Sindicato de Profesionales de la Docencia-Colegio de Profesores de Venezuela Caracas (SINPRODO-CPV Caracas) y afiliado a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), integrante del Movimiento de Educadores Simón Rodríguez (MESR), ha sido docente, coordinador y Director de distintos Colegios de Caracas (Santiago de León, Promesas Patrias y Fe y Alegría) y está inscrito en el IVSS.
Néstor Astudillo es del Comité Central del partido Bandera Roja, ingeniero civil y reconocido líder comunitario, luchador social, líder vecinal, cultural y político en Charallave Edo. Miranda. Formador acreditado por Insapsel en Seguridad Industrial, supervisor de empresas en Valles del Tuy-Miranda, instructor en seguridad laboral para la central sindical ASI, forma parte de la Fundación Abad Peña para el desarrollo de proyectos ambientales de reforestación y está inscrito en el IVSS.
Gabriel Blanco es Activista del Comité de los DDHH de Coche, trabajador Humanitario con la ONG Éxodo, apoya el trabajo de PROVEA, es miembro del Sindicato de Trabajadores de la Asamblea Nacional (Sinfucan), es sindicalista miembro de la central sindical ASI, responsable de comunicación y está inscrito en el IVSS
Emilio Negrín es Abogado, presidente de la Federación de Trabajadores Tribunalicios, miembro de la Coalición Sindical, coordina el área legal de la Coalición Sindical Nacional de Trabajadores y está inscrito en el IVSS.
Todo indica que el fiscal no reunió las pruebas para un juicio limpio. Tampoco los méritos como mentiroso ni como poeta, porque si algo tiene la poesía es que es la expresión más amarga y hermosa de la verdad, y puede estar tan hambrienta de amor como de venganza, como los pueblos lo están contra sus opresores y como la poesía hace su vendetta de los malos escritores, haciéndolos una caricatura triste del olvido. Fiscal, mentiroso, ha pasado a formar parte de los responsables de un crimen contra los DDHH. Libere a los luchadores sociales, libere a Venezuela.