Los venezolanos hemos sido diezmados a la peor condición de miseria del planeta. La política económica del chavismo, extremada en el período de Maduro, destruyó el salario y las conquistas como ni los nazis soñaron. Pero la clase trabajadora ha dicho basta. Sin embargo, muchos se preguntan, ¿por qué luchan los trabajadores?
Los discursos se diluyen en muchas reivindicaciones dispersas. No hay una dirección clara aún, pero hay una exigencia que resulta generalizada y debe ser el centro de lucha. El respeto al Artículo 91 de la Constitución, que establece que el Salario Mínimo, base de todos los trabajadores públicos y privados, se debe establecer en correspondencia con la Canasta Básica. Esta debe ser la base de la lucha actual. Pero ¿Qué es la Canasta Básica?
La cesta o canasta básica, mundialmente aceptada, es un conjunto de bienes y servicios indispensables para que una familia de cuatro pueda cubrir sus necesidades básicas. A esto alude la CRBV. Pero la vida incluye, además de lo indispensable para comer (canasta alimentaria), el consumo de ropa, calzado y accesorios; vivienda, muebles, aparatos y accesorios domésticos; salud y medicina; cuidado personal, transporte, educación, esparcimiento y otros servicios como internet.
Pero la Canasta Básica ¡no basta! Mucho menos en las demás escalas salariales. El salario mínimo es solo un punto de partida y no la última conquista. Los trabajadores en Venezuela necesitan más. Las escalas salariales deben ser calculadas con base en el tipo de responsabilidad y exigencia laboral. Por tanto, todos los gremios del país, privados y públicos, deben trabajar en lo inmediato por la exigencia de Nuevos Contratos Colectivos. Pero ello requiere, primero, conquistar el salario base haciendo valer el Artículo 91 de la CRBV, para conquistar inmediatamente un Aumento General.
¿Indexación para proteger el salario?
Pero ¿de qué sirve un aumento sin protección? El proceso de destrucción del aparato productivo en los últimos 25 años trajo como resultado una economía más dependiente, importadora e improductiva. Esto produjo aumento de precios, inflación y devaluación del bolívar.
Los capitalistas y el Estado, dirigido por Maduro, se han protegido de los efectos de su propia política económica, mediante la virtual dolarización de la economía, trasladando su crisis al aumento constante de precios y a la degradación del salario de los trabajadores. Con los precios de todas las mercancías anclados al dólar, los que más ganan siguen ganando más. Pero los trabajadores pagan la diferencia, ganando cada vez menos.
Entonces ¿solo basta exigir indexación al dólar? No. Los trabajadores no pueden anclar sus conquistas y luchas a un indicador que será finalmente trasladado por los capitalistas al precio de las mercancías, profundizando la espiral inflacionaria. Los trabajadores no pueden trabajar para la inflación. Aunque el desespero se entiende, hacerlo no solo destruye las conquistas progresivas, sino que empuja a que, si se mantiene la misma política económica, la inflación se comerá el salario en cada indexación, por la vía del precio.
Se debe exigir primero un Aumento General de todos los salarios y nuevos contratos colectivos. Y a partir de ahí establecer medidas de protección de emergencia de los ingresos. Para todas las escalas se puede imponer la revisión trimestral y/o semestral y la indexación al dólar BCV y no a la inflación, como medida transitoria. Es una alternativa que solo se puede entender como “de emergencia” y no como el centro del debate para condenarla, confundiéndola con la indexación a la inflación, o haciéndola centro de debate para las conquistas. Ni lo uno ni lo otro.
La lucha por mejores condiciones para el salario, que sí es de fondo, debe continuar hasta alcanzar un ingreso correspondiente al valor del trabajo realizado. Esto implica exigir que los capitalistas e importadores ganen menos y que los trabajadores ganen más.
¿Pero, solo se trata de aumento?
No. Los trabajadores deben luchar, además del aumento general, por una Nueva Política Económica, que busque proteger la producción nacional, estimularla y favorecerla, promoviendo el aumento la riqueza nacional, combatiendo así la inflación con desarrollo real, aumentando los puestos de trabajo y aumentando el PIB con base en la soberanía y la autodeterminación, y derrotando la economía importadora y extractivista, la economía improductiva que impusieron durante 25 años de estafa continuada. Rescatar, por ejemplo, la calidad nacional, rescatar lo Hecho en Venezuela.
Pero para hacer esto posible, es vital que nuestra dirigencia se renueve. Aquí la base de los trabajadores juega un papel importante mediante las asambleas y debates. Pero ante todo urge la Unidad de toda la clase para congeniar un solo pliego. Y contar con una Dirección Nacional, con expresiones regionales y municipales.
Las acciones, tarde o temprano, arreciarán. Los trabajadores deben preparar los instrumentos de máxima presión, como el Paro Nacional y en última instancia, la Huelga General, medidas a las que históricamente ha apelado la clase para lograr conquistas, en períodos de autoritarismo del Estado y del capital. Y es que no solo se trata de salarios.
¿Esto requiere más? Sí. Requiere un cambio radical en el poder político y la conducción de la nación. Nuestra lucha cristalizará si va acompañada de la conciencia de que, solo cambiando las relaciones existentes podremos alcanzar el bienestar pleno y de respeto que merece quienes, por naturaleza, producimos la riqueza: los trabajadores del mundo. Así que, a unirnos.
Las exigencias se pueden resumir en:
- Aumento inmediato del salario mínimo como establece el artículo 91
- Aumento General de salarios para todas las escalas
- Nuevos Contratos Colectivos para todos los trabajadores, basados en los Artículo 89 y 91
- Medidas de Emergencia para la protección del salario en base dólar
- Luchar por una Nueva Política Económica
- Unidad de todos los trabajadores
- Y luchar por un Nuevo Gobierno, de bienestar, democracia y progreso social