El ambiente desde las primeras horas anunciaba cosas buenas. Cerca de la plaza Las Tres Gracias, 174 dirigentes laborales y sociales abarrotaban el auditorio de la APUCV. Aunque las hebras grises y blancas cubrían la mayoría de los presentes, destacaba la presencia de un grupo de jóvenes luchadores con muchas ganas de intervenir, de hablar, de colaborar con el éxito del Pleno Metropolitano llevado a cabo el pasado sábado 19 de noviembre.

Con gran esfuerzo se pudieron reunir las contribuciones para brindar un mínimo de sustento que permitiera a los asistentes el debate y el acuerdo. Lo único malo fue que los amantes del café no pudimos saborear ni un guarapito.

Durante siete horas se esgrimieron ideas, argumentos, propuestas, balances, proyecciones, perspectivas. Se analizaban las circunstancias que han rodeado la vida de los trabajadores venezolanos en los últimos tiempos, no solo en su relación laboral sino en toda su vida cotidiana.

El comité organizador se lució al presentar un material de base —En defensa de los derechos de los trabajadores y del pueblo— que sirvió para encaminar el encuentro de visiones muchas veces encontradas.

Las diferencias ideológicas o políticas en los enfoques pudieron ser encauzadas correctamente, dando una mayor preponderancia a lo común, a lo consensual, a lo urgente y a lo fundamental.

Incluso, hubo apertura para incluir propuestas un tanto controversiales —como la postura de repudio a las sanciones hacia altos funcionarios del régimen por parte de EE.UU. y Europa—, pero siempre buscando darles una presentación que abarcase una idea más general.

José Gregorio Afonso, anfitrión y recién electo presidente de la Asociación de Profesores de la UCV, en su discurso de apertura, tuvo el acierto de señalar los retos que como trabajadores nos presenta la profunda crisis que vive el país.

Hizo votos por la unidad y la elevación de las demandas que pudieran incluir una visión conjunta de la academia y los trabajadores sobre los cambios requeridos por Venezuela.

Daba gusto ver a Pedro Euse, secretario general de la CUTV, en abierto intercambio de opiniones con la compañera del Colegio de Enfermeras, Ana Rosario Contreras, con Armando Guerra de Ccura, con René Cedillo de la UTR, con la dirigente de Fapuv Keta Stephany, con Juan Carlos García de ASI, con Luis Rodríguez y Dick Guanique de Vanguardia Laboral, con Eduardo Martínez de Guatire.

Formábamos parte de la mesa 1 que trataba sobre La unidad y la organización en las luchas unitarias y que contó con una intervención introductoria del sindicalista de la salud Thony Navas.

Dirigentes de las centrales dieron sus aportes para dilucidar algunos puntos que estaban medio enredados. Se buscaba que la unidad en la lucha no se entendiera como un enfrentamiento con los sindicatos ya establecidos e institucionales.

El doctor Jaime Lorenzo (Médicos Unidos por Venezuela) hizo una magnífica intervención de la alianza sinérgica de las luchas sindicales con las organizaciones de la sociedad civil, sobre todo las que tienen que ver con los DDHH.

Propuso que se contara con un equipo más funcional que velara por la continuidad de los objetivos, sin dañar la democracia y la consulta permanente que deben imperar en la coordinadora a crearse.

Situación similar se vivió en las otras dos mesas sobre Pliego de demandas y Plan de acción. Fue muy entusiasta la presencia de Luis Mogollón, Emilio Lozada, Omar Vásquez Lagonell, Eduardo Sánchez, Inti Rodríguez, Eduardo Torres, Luis Manuel Zabala, Ana Yánez, Pedro García, Serbando Carbone, Argelia Castillo, Raquel Figueroa, Ofelia Rivero, Carlos Timaure, Zamantha Méndez, Oswaldo Pacheco, por solo mencionar algunos de mis conocidos.

En más de una decena de estados se han producido estos encuentros unitarios de trabajadores y de organizaciones sindicales y sociales. Y en casi todos ha prevalecido la idea de buscar comunicación y articulación con los demás espacios de lucha.

Concatenar todos estos esfuerzos sobre la base de las principales reivindicaciones de los trabajadores y del pueblo organizado debe ser una meta a corto plazo. Sería como un adelanto para ese gran encuentro nacional que pueda permitir constituir una coordinación de las luchas a escala nacional.

La Coordinadora Metropolitana de Trabajadores en Lucha transitará esos caminos, buscando incorporar a los otros sectores, instancias y dirigentes que no estuvieron el sábado.

La relación de estas luchas sindicales y sociales con las necesidades de producir un cambio político en Venezuela debe entenderse como un proceso que no puede forzarse ni ser atropellado por intereses partidistas.

Debe respetarse la confluencia de una diversidad de sectores que coincidimos en la construcción de una fuerza social con alta conciencia política, que día a día crezca y que, en el impulso de las conquistas reivindicativas, vaya aprendiendo y haciendo conciencia de su rol en la construcción de una sociedad más solidaria, más justa, más democrática y, por supuesto, más libre.

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