Cronología del crímen contra mi hijo, Alonso Meléndez

El día 5 de julio de 2022, la Dgcim efectuó el allanamiento de la vivienda propiedad de Carmen Rodríguez, quien es paciente oncológica y madre de mi hijo Alonso Eduviges Meléndez Rodríguez, casado y con tres hijos menores, residenciado en la Urbanización la Florida de Los Taques, estado Falcón, procediendo a llevárselo secuestrado, sin justificación ni pruebas y trasladado a la ciudad de Caracas para ser retenido en La Yaguara. Luego de un año sin que a sus abogados le fuesen presentadas las pruebas de los delitos que le imputan, y estando en conocimiento la juez de que no se presentaron pruebas de crímen ni testigo alguno, fue sentenciado a 16 años de prisión por supuestos actos de traición a la patria y de lo que él se declara inocente, como sabemos que es.

Igualmente ocurrió con los cinco (5) compañeros de los cuales cuatro, incluyendo a mi hijo, son miembros del partido Bandera Roja, en el cual yo también milito. Alcides Bracho, Néstor Astudillo y Reynaldo Cortés comparten sentencia, militancia y celda actualmente con Alonso.

Todo esto lo hicieron para tratar el régimen de acallar su voz que se levantó junto a otros cinco compañeros, quienes fueron juzgados por los mismos supuestos y al igual que a Alonso, en protestas y defensa de los derechos de los trabajadores, en contra del instructivo ONAPRE y por enfrentar firmemente las políticas neoliberales y represivas del Régimen.

Asimismo, en su celda han recibido tortura psicológica, ha padecido de enfermedades como diarreas, alergias, sarpullidos, dolores musculares y de cabeza, dolores en la columna vertebral, gripe, debido a las condiciones de hacinamiento, ya que con él en la celda hay seis (6) privados de libertad. Para colmo, todos los medicamentos y tratamientos, así como la alimentación y vestimenta corre por parte de los familiares, ya que en la cárcel no provee ningún insumo.

Cabe destacar que yo, como padre, soy un hombre mayor. Su madre es paciente oncológica y está en reposos requiriendo de ayudas de familiares y vecinos para costear sus tratamientos, y al día de hoy le realizan quimioterapias de las que cada ampolla diaria cuesta 750 $. Por ello le ha correspondido la carga económica a su esposa quien ha tenido que trabajar, aún más, para poder sustentar a los tres hijos producto de su unión conyugal y a su esposo en prisión. El problema se agudiza, teniendo en cuenta que Venezuela posee los salarios básicos más bajos de la región, solo llega a menos de cuatro (4) $ al mes, por lo que se hace un esfuerzo sobrehumano para sobrevivir.

Para mi hijo, Alonso Eduviges Meléndez Rodríguez, es además una tortura psicológica, ya que se ve frustrado al no poder ayudar y estar con su familia especialmente con su madre a quien le están realizando quimioterapias por un cáncer de mamas luego de que se le extirparon, vaciaron, senos quirúrgicamente. Para nosotros, sus familiares es también una tortura el saber que está padeciendo enfermedades en prisión provocadas por las condiciones de hacinamiento y falta de higiene en las que debe sobrevivir día a día, pero sobre todo por saber que es inocente.

Sin embargo, no estamos solos en nuestra lucha, hay diversas organizaciones de trabajadores, gremios Universitarios a nivel nacional y Organizaciones de para los Derechos Humanos a nivel internacional que luchan por su libertad y la libertad de los demás presos políticos.

Por todo lo anterior me dirijo a usted, señor Fiscal General Tarek William. Usted ha insultado a todos los venezolanos pero sobre todo a las familias de los seis luchadores sociales criminalizados por usted por protestar por mejores salarios y por estar en desacuerdo con el instructivo ONAPRE, usted quien ha caído tan bajo, ha llegado al colmo de la enajenación, además de mentir mil veces quién sabe por qué razones; yo ahora lo comparo a usted con un gusano que se esconde en su capullo para luego emerger como la horrorosa polilla que es. Qué fácil es insultar al pueblo desde el poder. Pero aquí estamos, como el pueblo venezolano digno, al que usted ya nunca pertenecerá.

ALONSO ANTONIO MELÉNDEZ ROMERO