La vida no vale nada cuando otros se están matando
Y yo sigo aquí cantando, cual si no pasara nada
La vida no vale nada si escucho un grito mortal
Y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga

No basta con hacer declaraciones, redactar constituciones, promulgar leyes para mostrar al mundo que respetan los derechos de los primeros habitantes de estas tierras e incluso que son defensores nuestros. Algunos se ponen a rezar. ¡No!, no basta tampoco con rezar y traer con ellos sus iglesias, en un intento de cambiar nuestra cosmovisión. Nuestra forma de pararnos ante la vida y reconocer que somos uno con la naturaleza, con todo lo que nos rodea, ya sea visible o invisible.

En toda Latinoamérica los pueblos originarios nos alzamos, por la defensa de nuestros territorios, contra la avaricia de los Estados y gobiernos capitalistas, que, con sus modelos neoliberales y extractivitas, deterioran cada vez más el medio ambiente. Nuestras formas de vida se ven en peligro y con ello toda la humanidad. Eso no lo pueden entender, solo siguen destruyendo ferozmente como alguien que ciego corre detrás de la zanahoria. El decreto 2.248 de febrero de 2016 acerca de la Zona de Desarrollo Estratégico Especial Arco Minero del Orinoco, sentencia con pena de muerte a muchos pueblos hermanos. Se firmó sin dar curso con anterioridad a la consulta indígena libre e informada y sin ningún estudio de impacto ambiental. Se violaron todos los tratados internacionales y nacionales de resguardo de los derechos de los pueblos originarios. Solo estaba en mente de los gobernantes de turno, el oro, el rodio, bauxita, diamantes, coltan.

Esta segunda colonización ejercida por este régimen, es mucho más feroz y despiadada. Los ojos del mundo ven con estupor como se destruye el pulmón más grande del planeta, contaminando los bosques y las aguas con mercurio. Desde el gobierno se alzan voces diciendo que son los mineros ilegales quienes lo hacen. Señores, no existe actividad minera ecológica.

Esto poco les importa, total la vida de un indígena no vale nada. Entre 2013 y 2021 han sido asesinados 32 hermanos de pueblos originarios, 21 de ellos por sicarios irregulares colombianos, según dicen, mientras 11 han caído a manos de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana. ¿qué diría Sabino Romero, Jefe Yukpa asesinado en el 2017, sin que aún se sepa quién pagó por su muerte? ¿Qué dirían Zoraida, José, Kleiver, Elsey, pemones caídos en febrero del 2019? Dicen que fue un “enfrentamiento”, 23 heridos de bala, 13 de gravedad. Mis hermanos con arcos y flechas, las FANB con armamento de guerra. En marzo último 4 hermanos yanomamis fueron asesinados por “compañeros” del componente aviación acantonados en Parima B, para resguardar a las comunidades yanomami. ¿Qué dirían Isnardo, Cariban, Jhonatan y Martina? También los fiscales dijeron “enfrentamiento”. Esa palabra parece servir para cualquier explicación donde la verdad quede oculta. ¿Qué diría, Virgilio Trujillo guardian de la tierra, antes de que sus ojos se cerraran, asesinado el 30 de junio? Había denunciado muchas veces ante las autoridades el abuso de que eran objeto su pueblo, a manos de extranjeros y de militares venezolanos, y habìa recibido amenazas. Al bajarse de un carro en compañía de otros hermanos, tres certeras balas en su cabeza acabaron con su vida. Para que no tuviese más malos pensamientos.

La Madre Tierra no se vende, mucho menos se entrega a la ferocidad de potencias imperialistas como China, Rusia o EEUU. La tierra se defiende.

Me pregunto ¿Cómo pondrán precio a la niebla que se cuela entre los árboles? ¿Y al murmullo de las aguas que traían vida al territorio? ¿Cuánto costará el viento suave sobre la madera y que mece delicadamente las hojas? ¿El canto de las aves y el sonido armónico de la selva? ¿Cómo podrán tasar la vida que vibra bajo las piedras, y el aroma sinigual que despide la tierra húmeda?

Decían nativos del pueblo Cree, “Sólo cuando talen el último árbol, envenenen el último río, pesquen el último pez, se darán cuenta de que el oro no se come”, pero entonces ya será tarde.

1 COMMENT

  1. La lucha de nuestros pueblos originarios esta demostrado que no es por leyes o decretos, es por un derecho humano a vivir con dignidad y respeto, hoy al igual que hace mas de 500 años los continúan exterminando y esclavizando ahora de la mano del capitalismo que saquea sus tierras y profana sus recintos…

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