El desmadre gubernamental, la pelea que inicia con acusaciones por peculado, son realmente alarmantes y constituyen una radiografía clara y sin desperdicios de lo que sucede en el gobierno con el erario público. No hay manera de salvar absolutamente nada. Hoy lo que ocurre en el país es una tragedia que supone tal flagelo en todo el aparato e instituciones del Estado.

El régimen, a pesar de esta realidad que es inocultable, en la que la mayoría de los altos funcionarios aplauden como depuración y una guerra contra la corrupción, es evidente que es una pugna entre bandos que no son a fines en las filas del chavismo, porque no hubo equidad en la repartición del botín y tales ambiciones los llevan a disputarse el poder.

El régimen, en su maniobra, asume tal escándalo y semejante robo como si se tratase de un hecho a lo interno del PSUV. De manera discrecional y unilateral el Ejecutivo lleva una «investigación» con organismos controlados e igual de viciados. En estos hechos organismos e instituciones se colocan a la orden de Maduro cuando la ley establece todo lo contrario. Es decir, Maduro lleva una investigación con un cuerpo policial que nadie conocía, bajo un hermetismo característico de la dictadura y al margen de la ley sin la intervención de la Contraloría el TSJ y la AN.

Que manejen este acto gigante de corrupción y despilfarro como una purga interna de su partido, es inaceptable, dado a que ese dinero no es del PSUV. Es dinero de la nación, es dinero de los venezolanos y los trabajadores.

Cuánto dinero más tienen que perder Venezuela, cuántos recursos se roban sin que esto tenga un responsable. El país en estos 23 años de chavismo ha sido saqueado y manejado como caja chica de altos jerarcas del gobierno y su partido. Nada nuevo, los venezolanos saben que quienes manejan el poder se enriquecieron groseramente. La opulencia, la exhibición de sus lujosas y majestuosa adquisiciones vehículos, casas, fincas, edificios enteros,grandes comercios, empresas, esto es de manejo público y el pueblo está obnubilado ante tal derroche.

La crisis es muy dura. Las posibilidades de comer en los hogares venezolanos es un reto al que cada día los trabajadores le incorporan más fuerza sudor y horas de trabajo para sobrevivir, el asedio inclemente de la inflación la parálisis del aparato productivo y el comercio sumergen a los venezolanos en la miseria y pobreza extrema.

La suma de los 5$ mensuales de salario y los bonos asistencialista de la dictadura suman cerca de 30$ con el que se puede comer tal vez dos días.

La magnitud, arrojo y firmeza del movimiento de los trabajadores da muestra clara de que es imposible mantener sus vidas en tales circunstancias y condiciones salariales. La perentoria necesidad del pueblo venezolano de mejores condiciones salariales y de vida le han sido negadas por Maduro y su gobierno bajo el pretexto insolente del bloqueo la sanciones y el dinero retenido en el exterior, argumento que les ha servido como chantaje para llegar a acuerdos políticos y ponerle fecha a los comicios presidenciales.

El pueblo venezolano, los trabajadores, asumen las consecuencias de una crisis creada por el chavismo y sus socios, la quiebra del Estado, el saqueo de las empresas básicas, las crisis energética y el derrumbe de la economía nacional, derivan en nuestra dependencia a los imperialismos, es una condena infame, sin precedentes en la historia, es una clara y evidente muestra de las mafias que manejan el país a sus anchas.

No solo son 3.000 mil millones o los 21.000 millones que se estiman, son 25 años de saqueo continuo y masivo sin freno mientras la población muere de hambre .

El presidente acusa a unos mientras ese mismo manejo oscuro de recursos obtuvo la libertad de los narco sobrino, pugna con recursos del Estado, la libertad de Alex Saad y ese dinero también es del Estado.

La población esta condenada a sacrificios inclementes para comer obtener gas, electricidad, incluso agua, el los barrios del país se les cobra a los pobres distintas tasas que incrementan el valor de las bolsas alimentarias como colaboración para el mantenimiento de la vialidad del sistema eléctrico público y aseo urbano mientras el gobierno se da la gran vida con los recursos del pueblo.

Ante este drama los venezolanos no estamos en la opción de quedarnos de brazos cruzados El dinero robado es nuestro, es dinero de los venezolanos saqueado y robado desde tiempos de Chávez.

Seguir cargando la Cruz de la miseria y la pobreza, está muy mal cuando el dinero sobra y se pierde. Tímida es la exigencia de salario por parte de los gremios quienes hasta hoy no se atreven a fijar un monto. La infinidad de opiniones buscan consensuar un monto que no golpee el bolsillo del patrono pero que además esta no se convierta en inflación por que recibir un salario justo podría crear distorsiones en la economía aseveran.

Mientras, el régimen y la inflación asfixian al pueblo toneladas de millones desaparecen de las arcas del estado , la canasta básica ronda los 1.000$ y los trabajadores mueren literalmente de hambre y de mengua en hospitales, muchos profesionales venden sus enseres y urgan en la basura para comer mientras Maduro exhiben sus perros que están mejor alimentados que los médicos y profesores.

Detener este desastre implica unidad y la permanente exigencia de nuestros derechos en todos los niveles y sectores del país ante una pérdida total del Estado, expuesta flagrantemente es imposible mantener la confianza de las instituciones y más aún como sostener y reconocer al régimen ante tal desfachatez, quienes hacen negocios con el régimen de están claros de las regalías y el desangramiento de nuestros recursos. Es de este modo que los chinos rusos e iraníes han sacado nuestros recursos y es en el mismos sentido que los norteamericanos quieren meterle mano al petróleo y nuestros minerales, con Maduro es más barato.

Es por eso que la población venezolana debe incorporarse a la defensa de la nación y salir de Maduro y su gobierno es algo perentorio, como lo es el salario y el rescate de la nación. Hoy más que nunca el pueblo debe alzar la voz de protesta y junto a esto enarbolar un programa de gobierno participativo que detenga el desastre y nos devuelva la libertad , junto al rescate de nuestra industria para el desarrollo y bienestar. Solo la unidad y fuerza del pueblo nos sacará del caos.

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