Maduro y Fedecámaras preparan una nueva estafa contra los trabajadores para llevar el salario mínimo a 50 dólares, un absurdo que esperan concretar a partir del 30 de enero en el escenario del Tercer Foro Social Tripartito en la Isla de Margarita, con la presencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los $50 anunciados por Fedecámaras, representan apenas el 5% de lo que cuesta la Canasta Básica Familiar del CENDAS para el mes de diciembre de 2022, cuando llegó a costar 970,12 dólares aproximadamente, y 10 % del costo de la Canasta Alimentaria del mismo mes, cuyo costo fue de 485,06 dólares o 23.906 Bs al costo del dólar oficial de este viernes, 20 de enero.
Con esta política económica inflacionaria, generada por el régimen de Maduro, estamos regresando al salario cero, ya que estamos a punto de retomar el ritmo de la hiperinflación. Es decir, 50% y más de inflación mensual según nuestras estimaciones. Los trabajadores y dirigentes sindicales que acepten cualquiera de esos montos de indigencia propuestos por Fedecámaras y el Gobierno, estarán traicionando la heroica lucha que actualmente libra el movimiento de los trabajadores, y se estarían traicionando así mismos aceptando ese atropello.
Los trabajadores activos, jubilados y pensionados, no estamos en la calle por $50, ni por $70, ni por $100 mensuales. Estamos exigiendo un salario y pensión vital mínima, anclado al artículo 91 de la Constitución Nacional, que ordena que “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales(…) El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del privado un salario mínimo vital…tomando como una de las referencia el costo de la canasta básica”…
Además del salario y la pensión mínima anclada al Artículo 91, los trabajadores estamos luchando por un aumento general de sueldos y salarios en todas las escalas y tabuladores de la administración pública, por la negociación general de nuevas Convenciones Colectivas a todos los niveles, y el establecimiento, durante esta emergencia laboral, de medidas de protección a partir de los nuevos salarios conquistados con base en el indicador que está fijando todos los precios de los alimentos, bienes y servicios y que usan los comercios para fijar el precio de sus productos: el dólar.
Si las mercaderías y la ley de la oferta y la demanda se fijan con base a ese indicador, cómo en efecto sucede en la realidad, pues el precio de la fuerza de trabajo tiene que pagarse con base en el mismo parámetro con el que se protegen todas las mercaderías. Esta es la única manera de evitar que tanto empresarios como el gobierno, sigan descargando sobre el salario y los trabajadores, las constantes fluctuaciones de la economía y los cambios en los precios de los bienes y servicios con los que los empresarios buscan mantener, en connivencia con el Gobierno, sus altas tasas de ganancias bajo condiciones de súper explotación del trabajador.
Maduro no solo ha destruido el salario, la pensión mínima y los sueldos en general, sino que también destruyó casi totalmente las diferencias salariales de los diferentes tabuladores de sueldos que existían para distinguir las funciones realizadas por diferentes tipos de trabajadores, es decir, para diferenciar el trabajo simple y el trabajo complejo. Por tal motivo, los trabajadores y la dirigencia sindical no pueden esperar solamente el establecimiento de un salario mínimo, sino que debemos luchar simultáneamente por nuevas convenciones colectivas con nuevos tabuladores de sueldos a partir de la base de un nuevo salario mínimo anclado al artículo 91.
Hacemos un llamado muy particular al magisterio nacional para que no se deje enredar con estas marramuncias políticas del Gobierno, al pretender seguir atando la suerte de la negociación de su Convención Colectiva, congelada desde al menos nueve meses, a los acuerdos con Fedecámaras en materia de Salario Mínimo, ya que no son para nada materias vinculantes.
Los trabajadores también rechazamos el discurso chantajista y manipulador del oficialismo, según el cual no hay dinero para otorgar mejores salarios y pensiones por culpa del presunto bloqueo y sanciones. Esto es una vulgar mentira que se cae por su propio peso, ya que existen suficientes dólares para financiar las mercancías que se traen desde otros países para surtir los bodegones y centros comerciales fastuosos y de lujo, así como para comprar desde los países que supuestamente nos bloquean, grandes flotas de vehículos lujosos y camionetas 4X4 y demás baratijas para satisfacer el capricho y el buen vivir de una minoría de la población, la más adineradas y también la vinculada a la nomenclatura gubernamental.
También sobra el dinero para pagarle a miles de colectivos a nivel nacional para que cumplan la innoble y miserable misión de amedrentar y agredir a los trabajadores, para que no sigan reclamando sus derechos laborales violentados por Maduro. Es obvia la exigencia de que los nuevos y viejos ricos ganen menos y que los trabajadores ganen más. Se debe revisar, además, el ISLR (impuesto sobre la renta) y las medidas que regulan las super ganancias se debe estudiar como posibilidad de garantizar una distribución de la riqueza que logre favorecer a los trabajadores nuevamente.
Por ello, este 23 de enero los trabajadores seguiremos en la calle luchando por AUMENTO GENERAL DE SUELDOS, SALARIOS Y PENSIONES PROTEGIDOS Y QUE SIRVAN PARA VIVIR CON DIGNIDAD.
https://twitter.com/PensionadosVzla/status/1616577179336294401?t=voQM6Ey_GWwBXzS9WKj-eQ&s=08
Si al aumento salarial