Desde la Unión de Jóvenes Revolucionarios respaldamos el pronunciamiento realizado por los profesores de la Escuela de Computación de la Facultad de Ciencias. De igual manera, suscribimos los acuerdos del Consejo de Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela, ambos realizados en comunicados públicos. Dichas iniciativas manifiestan la necesidad insoslayable que tiene la universidad de rebelarse ante la política dictatorial, que ha ido minándola.
Estos pronunciamientos ponen en evidencia las limitaciones existentes. Tanto el desgaste de un tren rectoral que fue perdiendo su vehemencia frente a la dictadura y la descomposición de una dirigencia gremial, así como la efectividad de la política antiautonómica. Son claras las limitaciones de las autoridades y de los gremios para trabajar en la dirección de las urgentes luchas de los universitarios.
Es muy difícil para la universidad cumplir con su papel fundamental de formar la mano de obra calificada cuando el presupuesto asignado no supera el 2% del solicitado. Con unos profesores sin salarios y en la miseria, estudiantes sin becas, sin providencias estudiantiles y una infraestructura que colapsa progresivamente, nuestra alma mater se extingue.
Es objetivo de la dictadura acabar con la Universidad Autónoma. Pues son muchos los ejemplos emblemáticos que han demostrado, más allá de la asfixia presupuestaria y el deterioro progresivo de las condiciones de estudio y de trabajo que como orfebres han ido labrando. Continúa la amenaza de designación de Vicerrector Administrativo en la UCV. Intenciones no faltan para repetir lo hecho en LUZ y la USB ante la ausencia de alguno de los integrantes de la cartera en cuestión. Rematan impidiendo elecciones de autoridades, buscando imponer un reglamento electoral para hacerse del control rectoral.
Las pretensiones con la discusión de una nueva Ley de Universidades en el seno de la espuria e ilegal Asamblea Chavista parecen ser múltiples, pero lo fundamental será dar legalidad al cercenamiento de la Autonomía Universitaria desdibujando su carácter constitucional. Cambiando la idea de universidad que norma la carta magna.
Nuestra respuesta como universitarios debe ser firme. Para enfrentar la arremetida dictatorial es necesario asumir una actitud distinta. De lucha y combate decidido para conseguir la restitución de los derechos universitarios confiscados. Es necesario ponerse a la altura de las demandas de la comunidad y la institución.
La organización intergremial puede fortalecer las exigencias. Llamar a iniciativas de encuentro de todos los universitarios debe ser lo principal, de cara a un movimiento que pueda escalar hasta convertirse en una fuerza capaz de conquistar todos los objetivos trazados en común, para salvar la universidad. Diversas han sido ya las convocatorias efectuadas de manera exitosa (durante la pandemia) para discutir la universidad, siguiendo los cuidados de rigor por la covid-19.
Urge una política unitaria. Una estrategia con un plan común de todos los universitarios para defender la universidad. Lograr un presupuesto suficiente, rescatar el salario, conquistar becas estudiantiles acordes con el salario mínimo contemplado en el articulo 91 de la constitución, y conseguir la restitución de las providencias estudiantiles, aumentando en cantidad y calidad.
Practicar una nueva ética es fundamental. La solidaridad y vocación de servicio debe privar por encima de cualquier individualismo o parcela política o gremial.
Finalmente, ante la emergencia sanitaria, la propagación de la Covid-19 y los riesgos con sus nuevas variantes, los universitarios debemos ser enfáticos ante la necesidad de vacunación masiva, las condiciones de higiene y bioseguridad de las instalaciones universitarias para retornar a las aulas y la garantía de condiciones para que sea posible la educación virtual.
El Estado tiene la obligación de garantizar cada una de estas exigencias. Es papel de las autoridades, profesores, estudiantes, empleados, obreros y comunidad en general, hacer que las cumpla. Que el Estado invierta más en la educación y no en el pago de la deuda externa que empobrece al pueblo venezolano.
A esto los estudiantes universitarios estamos llamados para traer luz sobre la sombra que hoy cubre a la universidad venezolana. Como siempre, dispuestos a contribuir con la necesaria unidad superior para alcanzar el cambio político.
A los 7 días del mes de marzo del 2021.
¡Por una universidad autónoma, democrática, científica y popular!
Unión de Jóvenes Revolucionarios