“Bandera Roja es una reserva ética y moral en la política venezolana, así como del proletariado internacional”. Esta es una afirmación que hacemos con toda certeza en este 55° aniversario. Nunca hemos doblegado nuestro compromiso con la defensa de los derechos de los trabajadores y de la sociedad venezolana, pugnando por la transformación del país hacia la democracia popular y el socialismo
Hace 55 años, el 20 de enero de 1970, en las montañas del oriente de Venezuela, un grupo de valientes —con la sola espesura de la naturaleza como cobertura de sus anhelos de justicia y el cielo abierto como techo de sus ideales— dieron el primer paso para la fundación de una organización de revolucionarios. Eran momentos de derrota en el movimiento popular, de extrema dificultad para levantar la voz de la rebeldía. Los representantes de la opresión se regodeaban del triunfo de la maquinaria de la explotación, sobre un pueblo diezmado en los sacrificios de la pobreza material, en una nación rendida al poder del capital y su Estado.
Fue una proeza temeraria impulsada por la firme convicción de ofrecer a los ciudadanos una organización que sirviera de guía y soporte para la redención del pueblo explotado. Así nació Bandera Roja, con origen en un paraje montañoso para convertirse en un símbolo indeleble e invencible, que ha dejado huellas en el movimiento obrero, campesino, de mujeres, de jubilados, estudiantil, magisterial, universitario, comunitario y, en especial, en las calles a lo largo y ancho del país.
Hoy, tras un amplio trajinar, Bandera Roja sigue presente junto al pueblo venezolano para convocar nuevamente al combate. Ni la cárcel, ni la muerte, que han sorprendido a muchos de nuestros militantes en múltiples escenarios de lucha, han mermado su compromiso a lo largo de 55 años. Ninguna dificultad ha horadado el filo contundente de su mensaje revolucionario y la decisión de continuar hasta conquistar la libertad y el bienestar que merece esta gran nación.
En esta última etapa de la política venezolana, es decir, desde hace 25 años, nos ha tocado develar la verdadera careta de falso socialismo de un régimen autoritario y dictatorial. Contrario a lo que profesa, ha sido, sin ningún escrúpulo, el sistema más neoliberal y servil a la oligarquía financiera internacional. “Bandera Roja acusa a Chávez de mentiroso, chismoso y politiquero y de cocinar un nuevo engaño contra los trabajadores”, fue el principal titular de Últimas Noticias el 4 de junio de 1998, meses antes de que ganará las elecciones. El tiempo nos dio la razón y hoy día Venezuela está subyugada por un régimen que viola la propia Constitución, con actos atroces contra los derechos humanos y fundamentales, convirtiéndose en verdugo de los pobres y de los trabajadores, gobernando a favor de la minoría de siempre: la burguesía nativa.
La sangre que bañó las calles y la razia que ha llenado las cárceles de inocentes luego de la conspiración fraudulenta contra la soberanía popular el 28 de julio de 2024, y su consumación el 10 de enero de 2025, han producido indignación en la sociedad venezolana y la solidaridad de los pueblos del mundo. Podrá la dictadura fingir sosiego momentáneo y simular un triunfo tras su cobarde ardid, pero a lo largo y ancho del país los ecos de las consignas rebeldes retumban en la oscuridad de la tragedia social que vive el pueblo trabajador y no callarán hasta alcanzar su objetivo de libertad. Nada de lo que intenten cambiará el veredicto soberano.
Hoy estamos presentes y dispuestos a levantarnos con nuevos bríos, redoblando el paso y prestos a las tareas necesarias para derrotar la ignominia. Nuestra escuela ha sido el propio fragor de la lucha, guiados por la ciencia marxista-leninista como parte de nuestros fundamentos y visión del mundo. Nuestro accionar nunca se precipitará por aventuras o atajos, porque creemos en el pueblo como principal elemento de cambio: “solo el pueblo, salva al pueblo”, que deberá organizarse en un gran movimiento asambleario para producir el cambio que exige el país, usando todas las formas de lucha que estipula la Constitución. A partir de ahora y con criterio de amplia y superior unidad, debe prevalecer la organización de base como una acción principal para producir el cambio político y la construcción del verdadero poder popular. Es hora de construir esa fuerza democrática y popular para dar al traste con este régimen dictatorial.
Pondremos toda nuestra firme voluntad para alcanzar la unidad de todas las fuerzas que pugnan por superar la dictadura. Unidad política y social. De los trabajadores, estudiantes, intelectuales, empresarios, pequeños y medianos productores, todos, debemos unirnos para derrotar la dictadura. Por una unidad política que diseñe una táctica y una estrategia con rigor, capaz de orientar la lucha. Que mida cada paso con base en el desarrollo del movimiento. Que sepa maniobrar con sabiduría. Que combine las formas de lucha y las inscriba en el objetivo estratégico de resquebrajar la dictadura. Unidad que debe labrarse a partir de la lucha por la libertad de los presos políticos, el regreso de los exiliados, el respeto de los derechos humanos y las libertades democráticas, y por un país que se enrumbe por el camino del desarrollo soberano y el bienestar para su pueblo.
A sus 55 años de consecuencia con los ideales de lucha por la libertad, el bienestar, la democracia popular y el socialismo, frente a la infamia que pretende perpetuarse en el poder, BANDERA ROJA hace un llamado al pueblo venezolano a que se incorpore en sus filas y nos dispongamos a insurgir para estar presentes en las nuevas jornadas de lucha, con la profunda convicción de que la valentía y la determinación lograrán la libertad y la justicia, ¡Derrotemos a la tiranía! ¡El glorioso bravo pueblo será triunfador!
¡UNIDAD del pueblo para salir de la dictadura!
¡Por una Venezuela libre, democrática y soberana!
¡Libertad para todos los presos políticos!
¡Abajo la dictadura!
Bandera Roja, 20 de enero de 2025