Son muchos los sorprendidos por el viraje estadounidense en relación con Maduro a raíz de la invasión rusa a Ucrania. Cosas de la política internacional. EEUU parece optar por el bombardeo de dólares que puede representar la inversión en petróleo y minería, en vez del propio de obuses y misiles. Sin dejar de conspirar en contra de Maduro, como corresponde a todo imperialismo. Los propietarios de la oposición, luego de estos anuncios, quedan más perplejos. Ya nos tiene acostumbrados a esta actitud. Difícil que en el corto plazo puedan recuperarse del soponcio. Es que la actitud estadounidense no solamente es explicable por los acontecimientos en Ucrania, sino también por el cretinismo de quienes se apropiaron de la oposición y de las ayudas económicas que recibían dizque para ser más eficientes. Es que la práctica de un hegemonismo enfermizo los hizo cada vez más inútiles. Parecían esperar en todo momento el dictado desde el norte o desde Europa.
El petróleo
Pero veamos el asunto económico un tanto de cerca. Todo indica que la cosa va en serio. La libertad de dos de los presos de Citgo es una señal muy clara. En el mediano plazo, puede resultar muy conveniente para Estados Unidos que Venezuela le surta petróleo, dado que sus refinerías están diseñadas para procesarlo, además de la cercanía que permite menos tiempo y costos. A la postre, se pudiesen alcanzar los 2 millones de barriles diarios para 2026, según gente que conoce del asunto. En lo sucesivo, hasta 2,6 millones.
En el mediano plazo, partiendo del supuesto de que se cierre la importación de petróleo ruso a Europa y que EEUU ya necesita 472 mil barriles diarios de productos derivados del petróleo, la opción de Venezuela es atractiva. Aunque actualmente no esté en capacidad de producir siquiera 200 mil barriles diarios para abastecer su demanda interna de gasolina, en meses, algo puede aportar. Sumemos que a los estadounidenses no les interesa mucho el petróleo ruso porque es ácido. Están más adaptados al petróleo venezolano.
Chevron, que puede comercializar crudo venezolano, si decide invertir, podrá llevar la producción a 1.1 millones de B/D para finales de 2022, y en dos años a 1.3 millones. Para que Venezuela recupere la capacidad productiva de 3 millones de B/D, se requiere de una inversión anual de 25 mil millones de dólares por 10 años, según conocedores de la materia. Toda vez que el problema no son las sanciones, sino la falta de financiamiento, mantenimiento, equipos y profesionales.
La urgencia obedece a que Estados Unidos busca acercar a Europa a la decisión de cerrar la importación de petróleo ruso de donde provienen 4 millones y medio de B/D. Luego, si al petróleo ruso lo sacan de su mercado, el déficit debe ser cubierto por distintas fuentes, una de ellas bien puede ser crudo venezolano. Por lo pronto, EEUU puede atender el asunto aumentando su producción y adquiriendo, a su vez, crudo de México y Canadá. Pero a la postre, es lógico que prefiera el venezolano, por razones económicas y geopolíticas.
Luego, esta jugada estadounidense hay que inscribirla tanto en la inmediatez como en su sentido estratégico. Es que, elevando la producción de crudo en Venezuela, siendo el estadounidense un mercado seguro, dejarían de depender de petróleo alejado de su tradicional área de influencia. Pero, para ello, deben volver a poner su bandera en el corazón del Estado venezolano. Lo que luce difícil, dados los nexos de dependencia creados con China y Rusia. Todo está sujeto a la perspectiva que se planteen los nuevos amos.
Esto explica la reunión de Delcy Rodríguez y el ministro de exteriores de Venezuela con el canciller Lavrov en Turquía el 10 de marzo, días después de la reunión con los estadounidenses. De allí saldrá algo más definitorio. Es que ellos no se mandan solos. Así, hay que esperar la respuesta china y rusa. Esta zanahoria estadounidense no es difícil de ser igualada, sobre todo por los chinos. Mercado e inversiones no son poca cosa pero, por tratarse de asuntos estratégicos, bien valdría la pena el esfuerzo.
Si nos guiamos por las tendencias propias de la fase superior del capitalismo, cuya vigencia está harto demostrada —Ucrania es una evidencia— es de esperarse una agudización de las contradicciones interimperialistas en torno de Venezuela.
En cualquier caso, debemos apelar a las tendencias que deja la historia y la teoría. Ningún imperialismo deja perder áreas de influencia solamente con las manos en jarra. Por el contrario, debemos esperar respuestas. Rusia provee buena parte de la máquina bélica del ejército venezolano. No es poca cosa. Además de la industria de guerra que se viene montando. Su penetración en la fuerza armada y la inteligencia estatal, es profunda. También cuenta con algo en petróleo y minería.
Como queda la oposición
Se pone difícil la cosa para la oposición. El futuro de Guaidó es incierto. De hecho, hay un reconocimiento al gobierno de Maduro. Las negociaciones están en desarrollo. Por como se han comportado los capitostes y dueños de la oposición, esperarán a ver qué sucede hasta que les den nuevas instrucciones. Parecen paralizarse cuando no los orientan desde afuera.
Por lo pronto, siguen en la orientación de no crear mayores conflictos. Lo que implica no estimular las luchas de las masas por sus reivindicaciones y derechos. Cuestión que pudimos observar en la protesta de los pensionados y jubilados. A estos factores políticos parecen no preocuparles esos problemas sino unas negociaciones que, de concretarse, apuntarían a una mayor colaboración con la dictadura.
Luego, no es de extrañar ese paso dado por Estados Unidos. Desde hace rato podemos observar que los gringos andaban en una salida que no supusiera confrontación alguna. De allí que los factores de la oposición que les obedecen andaban en una posición incierta. A la expectativa; sin casi hacer nada, salvo uno que otro espectáculo para la foto. Y nada más.
Por su parte, la dictadura le saca provecho al asunto. Aunque eso va a significar un roce, a decir menos, con los rusos, porque la oferta es difícil de ser rechazada. No solamente se trata de atender el asunto económico, sino la ventaja política que esto puede suponer para la dictadura en términos de su reconocimiento internacional. Claro, tal reconocimiento también jugará en favor de asuntos económicos. Es lógico que el gobierno busque recuperar Citgo, Monómeros y el oro en manos de Inglaterra. Jugada que sería muy beneficiosa para la dictadura.
Con todo, la dictadura no da paso alguno para encausar la economía hacia el desarrollo. Apenas buscan crear mayor capacidad de demanda para favorecer a los importadores, sector en el cual es donde los jerarcas chavistas tienen los mayores negocios. Demanda para la importación, apuntalada mientras mantienen un tipo de cambio a la baja. Los ayudan, claro está, la caída de la inflación.
Tiempos complejos. El debate acerca de lo bueno y lo malo de lo que nos sucede se hace presente. Aunque no podemos negar que pasar de la miseria a la pobreza luce un mal menor. Nos hace recordar aquella sentencia de que el esclavismo es más avanzado que la comunidad primitiva, porque los hombres dejaron de comerse unos a otros, para explotarse unos a otros.
Publicado en El Pitazo, 14/03/2022