Bandera roja elige su organismo ejecutivo y alerta a los venezolanos sobre la grave crisis.
La crisis económica y social se profundiza a pasos inimaginados. Con el gobierno de Nicolás Maduro vamos a un despeñadero político y económico que no pareciera tener freno y ni siquiera se dan muestras de recapacitación. El Gobierno pareciera querer acentuar una crisis que él mismo ha generado, aún cuando no tiene ni la fuerza ni la capacidad para detenerla, dada la magnitud y la profundidad alcanzada.
En tal circunstancia, Bandera Roja procedió a renovar su instancia ejecutiva (Comité Político Nacional) que dirigirá al partido en esta nueva etapa, y alerta a las fuerzas políticas, a las fuerzas sociales y al pueblo venezolano; al pueblo organizado en los comandos familiares y al que también está organizado en consejos comunales o las llamadas «unidades de batalla», que Venezuela está urgida de un cambio político que promueva una Nueva Unidad Nacional para reconstruir la Patria.
No se trata de una unidad que intente salvar a ningún gobierno de su propio fracaso, sino una unidad que dé garantía de conducción política y económica que nos saque del camino al que el gobierno de Nicolás Maduro ha conducido a los venezolanos. Hoy, con un país quebrado e hipotecado hasta los tuétanos, urge la construcción de una fuerza unitaria que plantee medidas de emergencia para la unidad nacional y la reconstrucción del país.
Bandera Roja anunciará en la próximas horas un conjunto de planteamientos específicos sobre la grave circunstancia que atraviesa la República, que apenas muestra sus destellos en los saqueos orientados y planificados por el Gobierno a establecimientos comerciales posterior a la peligrosa frase del propio Jefe de Estado, en la que instaba a la población días atrás a «que queden vacíos los anaqueles». Los anaqueles del país están vacíos porque unas mafias han saqueado la República en nombre de una falsa revolución.
En la Reunion plenaria de Emergencia realizada por el Comité Central de Bandera Roja, y cumpliendo con las exigencias de nuestros Estatutos y con el quórum establecido para tales efectos, se analizó la circunstancia política venezolana y en segundo lugar la situación de vulneración de los derechos políticos que asisten a Bandera Roja como organización legalmente constituida, luego de que el Gobierno de Nicolás Maduro a través del Tribunal Supremo de Justicia confiscara en favor de un grupo contratado para tal fin, y le entregase nuestra tarjeta electoral para intentar colocar a Bandera Roja fuera de la Mesa de la Unidad Democrática.
Frente a esta inaceptable injerencia del régimen despótico en los asuntos internos de nuestra organización, el CC de Bandera Roja reivindica su carácter de partido del proletariado y de los trabajadores y demás clases y sectores explotados, para impulsar los cambios y transformaciones progresistas, democráticas y genuinamente revolucionarias, que no se circunscriben únicamente a la esfera de la participación electoral, y ratifica que seguirá apuntalando todas las instancias unitarias que vayan constituyendo una alternativa frente al desastre de este régimen autoritario.
En esta misma dirección, el CC decidió renovar su Comité Político Nacional que había sido electo en 2011, quedando conformada la nueva estructura de la siguiente manera: 9 miembros principales: Gabriel Puerta (Sec. Gen.), Carlos Hermoso (Sec. Gen. Adjunto), Pedro Véliz (Presidente), y los principales Pedro Arturo Moreno, Víctor Partidas, Raquel Figueroa, Douglas Tineo, Jesús Hermoso, Elvin Barreto, y como 1er suplente: René Cedillo; 2do suplente: Bernardo Hermoso; 3er suplente: Jesús Contreras y 4to suplente: Pedro García, electos todos por unanimidad, salvo las figuras de Presidente y las únicas 2 autoridades del Secretario General Nacional y su adjunto, que son miembros natos de este organismo.
La primera reunión del nuevo organismo CPN se realizará el próximo domingo 17 de noviembre, pero es necesario resaltar que esta elección de su órgano ejecutivo se dio en circunstancias en las que el partido está siendo sometido a acciones jurídicas del TSJ que no niegan el normal desenvolvimiento de la vida interna.