Caracas,
12 de mayo de 2015
Ciudadano:
Abogado
Héctor Rodríguez
Ministro
del Poder Popular para la Educación
Su
despacho.-
            Nosotros,
educadores venezolanos activos, pensionados y jubilados nos dirigimos por ante
su competente autoridad como máximo representante del Estado para la educación
de nuestro país, en función de expresarle nuestra preocupación por el grave
deterioro de nuestras condiciones de vida, como consecuencia del alto costo de
la vida, la inflación, la devaluación de nuestro signo monetario, sumado a una
desmesurada especulación que como trabajadores asalariados e hijos del pueblo
somos quienes más sufrimos las peores consecuencias de esta situación económica
que derrumban los ingresos personales y familiares, pues vuelven sal y agua los
insuficientes sueldos y salarios devengados.
Carta recibida en el MPPE en protesta
el 12 de mayo 2015
            Los
maestros venezolanos históricamente nunca hemos estado bien remunerados. De
esto tenemos plena conciencia. El Estado y la sociedad parecieran no asignarle
el justo valor a la primera de todas las profesiones como lo es la docencia,
pese a ser el maestro quien forma la conciencia nacional del país al enseñarle
a nuestros niños y jóvenes el sentido de pertenencia a una patria, a unos
símbolos,  a una historia común y
colectiva. Es tan noble y entregado el maestro a la causa social de la
educación, que no repara en invertir parte de su menguado sueldo en recursos y
materiales requeridos por sus alumnos. Esta realidad no la pregona el maestro,
asume su trabajo casi como un apostolado y para paliar su precaria situación
económica se endeuda,  vende en su tiempo
libre cualquier mercadería y en general busca alternativas para completar el
sustento familiar.
            El
maestro, con el sueldo que actualmente devenga, no tiene ninguna posibilidad de
adquirir una vivienda digna, pues los créditos del Ipasme son simbólicos y no
son alternativa frente a la realidad del mercado de la vivienda. Pero tampoco
tiene posibilidad de comprar un vehículo para movilizarse a su centro de
trabajo. No puede cubrir alguna operación de emergencia o programada, pues los
costos de salud en Venezuela son inalcanzables y el seguro de HCM de 50.000 Bs
no cubre casi ninguna eventualidad médica y la mayoría de las veces las
clínicas no lo atienden porque alegan falta de pago de parte del MPPE.  El docente debe apelar a la solidaridad
familiar y de amistades para poder enfrentar cualquier emergencia de salud
importante. Esto es una realidad innegable.
            A
pesar que nuestra Constitución Bolivariana establece en sus artículos 91 y 104,
que como trabajadores tenemos derecho a percibir un suficiente salario, sueldo
o asignación de acuerdo a la elevada misión de nuestra profesión que nos
permita vivir con dignidad, la realidad es que lo percibido no nos alcanza ni
siquiera para cubrir el costo de la Canasta Básica. Tenemos los sueldos más
bajos de la administración pública. Los tabuladores y tablas que regularmente
son actualizados, dan cuenta de una realidad incomprensible. Los obreros no
calificados, calificados, los bachilleres, técnicos superiores y profesionales
universitarios, todos sin excepción devengan sueldos y salarios superiores a los
docentes venezolanos.  ¿Qué justicia
social se puede invocar cuando un maestro es discriminado salarialmente de esta
manera? No se puede alegar que nos regimos por una ley especial y por una
convención colectiva para justificar esta evidente y contradictoria
discriminación, que además está prohibida por la misma Constitución Nacional.
            ¿Cómo
valoramos al maestro si el Estado y la sociedad no le reconocen un justo sueldo
para que viva dignamente? Un salario mínimo para remunerar a una mayoría de
educadores venezolanos no es justicia social. No puede un maestro vivir con
decoro con menos de 30 dólares mensuales en una economía donde casi todos los
precios están calculados en dólares pero que debemos comprarlos a bolívares
devaluados. Es esta la realidad que vivimos 
Sr. Ministro y expresarla es un deber nuestro para que Ud. analice
debidamente estas notas y actué en consecuencia a favor de los maestros
venezolanos y se haga justicia social. No es Ud. El responsable de la situación
que acá describimos, pero tiene Ud. en sus manos la posibilidad de ayudar a
cambiar en parte esta realidad.
Parte de las firmas de los docentes que participaron
en la protesta del 12 de mayo 2015
y suscribieron la carta al Ministro de Educación
            Nosotros
le solicitamos responsablemente, en atención a lo expuesto, sus buenos oficios
para que gestione urgentemente un Aumento General Decente y Digno de Sueldos
para el Magisterio Venezolano para poder paliar o enfrentar el alto costo de la
vida que nos afecta gravemente. Solicitamos igualmente sean canceladas la
totalidad de las Prestaciones Sociales calculadas correctamente de acuerdo al
principio de Retroactividad y por el último salario. Sean reconsiderados y
canceladas las diferencias de las prestaciones canceladas incompletas a miles
de docentes venezolanos el pasado mes de diciembre 2014, igualmente la
cancelación de los intereses de mora y fideicomiso aún adeudados a todos los
docentes jubilados.
            Por
la urgencia del caso, una vez aumentado el sueldo de todos los educadores
venezolanos, es menester adelantar las negociaciones de la Convención Colectiva
para sincerar el Seguro de HCM a la realidad de los costos de salud actuales y
el resto de las cláusulas sociales, económicas y el tabulador salarial.
            Atentamente,

Educadores venezolanos activos y jubilados presentes
en la actividad realizada el día de hoy 12 de mayo de 2015 frente a la sede de
su despacho

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.