Aunque a estas alturas del juego algunos la llamaban de «negociación», lo cierto es que la realidad demostró que la tal mesa fue sólo una maniobra distractora del gobierno hasta que llegó el comandante y mandó a parar al patearla y decretar unilateralmente el ajuste salarial ya conocido. De manera que desde ese momento la tal mesa de «negociación» no tenía sentido alguno. Ahora formalizada su cierre por la ministra Yadira Córdova, el movimiento universitario debe evaluar objetiva, seria y responsablemente el proceso de conflicto protagonizado hasta ahora, los pasos a seguir y sobre todo asumir crítica y autocríticamente los errores propios y valorando lo positivo en torno al conflicto integral universitario.
Al ser cancelada por el gobierno la posibilidad de revisión del ajuste salarial otorgado, al ser cerrada la mal llamada mesa de «negociación», debe redimensionarse la estrategia a seguir en la lucha por los objetivos planteados. Ello implica una necesaria evaluación bien sincera, abierta, franca y participativa. Tiene el movimiento universitario frente a sí que discutir y resolver en torno a la conversión de las asociaciones de profesores y la FAPUV en organizaciones sindicales, para lo cual no deben perder su condición actual, simplemente tendrían la doble condición y ejemplo de ello es el Colegio de Profesores de Venezuela quien tiene esta doble condición. Así mismo tomar posición e involucrarse en las negociaciones de la Convención Colectiva introducida por organizaciones sindicales oficialistas y convertir esta instancia en una nueva trinchera en la lucha por la cuestión reivindicativa, las normas de homologación, la revisión salarial etc. Otro tema a abordarse es el de las elecciones de las autoridades universitarias y organismos de co-gobierno y la autonomía universitaria, dada las últimas sentencias del TSJ sobre el particular; la transformación universitaria y del país, entre otros temas.
Para ello es requisito fundamental que el liderazgo universitario se siente a discutir sin prejuicios, ni exclusiones sectarias, inclusive invitando a participar a los estudiantes, profesores, obreros y empleados chavistas independientemente de las posturas tomadas y ya conocidas del oficialismo en estos temas. Pero el debate hay que abrirlo hacia adentro y hacia afuera, con una estrategia correcta que culmine con un plan de acción y una plataforma de luchas que tenga el mayor consenso posible de la comunidad universitaria. Esta nueva etapa debe acumular el mayor apoyo y fuerza posible para reemprender la lucha. Ese es el llamado que hacemos a los universitarios venezolanos.