La Unidad Democrática debe centrarse en fortalecer
éxitos en elecciones regionales
del 16-D
Los anuncios del Presidente de la República sobre el agravamiento de su enfermedad y los posibles escenarios que en consecuencia puedan presentarse obligan a mantener una posición clara sobre el respeto a los mecanismos constitucionales que a tales efectos están contemplados para atender cualquier eventualidad que suceda.
Por los momentos, ante la incertidumbre sobre las posibilidades de que Hugo Chávez tenga o no suficientes capacidades físicas para asumir la Presidencia de la República para un nuevo período que comenzaría el venidero 10 de enero de 2013, Bandera Roja hace un llamado a todos los sectores populares agrupados alrededor de la Mesa de la Unidad Democrática para que nos centremos en concluir las tareas, la motivación y la campaña de nuestros veintitrés candidatos a las gobernaciones y nuestras candidaturas a los Consejos Legislativos, para consolidar los avances que hemos logrado y conquistar los nuevos espacios que nos brindan las actuales posibilidades.
Es una oportunidad para corregir errores, para mejorar aciertos, para afianzar los avances en materia de unidad; es una oportunidad que nos obliga a derrotar el sectarismo como método dentro de los principios de unidad superior que se han asumido en la MUD. Es un escenario delicado que requiere de una madurez y una entrega real por el bien nacional. Debemos avanzar en definir una ruta para escoger mecanismos para escoger una candidatura democrática en la posible eventualidad de una repetición de la elección presidencial.
Nuestros candidatos y candidatas a las gobernaciones cuentan con el aval de un pueblo deseoso de mejoras sustanciales en la atención a sus más sentidos problemas de servicios, de seguridad, de vialidad, de educación, de salud, y de apertura de las vías para una participación más decisoria de las comunidades organizadas en la toma de decisiones en cuanto a planificación y uso del presupuesto que les corresponde administrar a las gobernaciones. Es por ello que no podemos distraer esfuerzos en la atención de una problemática en las alturas del poder que aún desconocemos su posible desenlace, y debemos desplegar la mayor cantidad de esfuerzos en culminar exitosamente la jornada electoral del 16 de diciembre.
Las circunstancias que se crean a partir de la enfermedad de Chávez abren una nueva posibilidad para la oposición venezolana toda vez que una nueva contienda electoral puede ser escenario para su afianzamiento como perspectiva progresista. Una nueva oportunidad de presentar al país una propuesta de carácter popular, democrático y progresista para sacar a Venezuela del atraso y la dependencia. Una nueva oportunidad para labrar la confianza necesaria en el pueblo de su intención de satisfacer las demandas populares y nacionales. La perspectiva unitaria, además, debe ir creando las condiciones para afianzar la unidad, además de programática, en torno de una candidatura que encarne y represente el progreso.
Las perspectivas del país, independientemente de los escenarios eventuales, indican una agudización de los grandes problemas nacionales. La oposición democrática debe prepararse ante todo para esta situación. Las demandas de los trabajadores, de los sectores populares todos, de los estudiantes y pobladores se harán más sentidas. Otra cosa no se desprende de lo que ya son anuncios como la reducción de la nómina en la administración pública, los aumentos exorbitantes de los precios de los alimentos, el desabastecimiento, y la probable devaluación de nuestra moneda. Un somero análisis de la economía venezolana nos indica que los problemas sociales se agudizarán como resultado de haber desarrollado políticas económicas que han favorecido a la oligarquía, a la gran banca y a los importadores, mientras reparte dádivas al pueblo, sobre todo en procesos electorales, para sostener la mentira flagrante de que se está construyendo un supuesto socialismo.
Esta situación hace más urgente la necesidad de que la oposición democrática defina una política unitaria de todos los sectores populares, en torno de una plataforma social de sus demandas y reivindicaciones. La Mesa de la Unidad Democrática debe aligerar sus propuestas para convertirse en una verdadera corriente política alternativa del actual régimen, que pueda acoger en su seno no solo las luchas electorales sino ser impulsor del fortalecimiento de un fuerte y autónomo movimiento de masas que con sus reivindicaciones y sus banderas unificadas se le plante al gobierno y le obligue a rectificar y a dar respuestas ciertas a las exigencias de seguridad social, empleo digno, educación popular, democrática y liberadora, salud de buena calidad y para todos, entre otros muchos reclamos justos del pueblo venezolano
La salud del Jefe de Estado no puede opacar el talante despótico del régimen. Ello se expresa en la manera como se designa un sucesor sin consulta democrática alguna. Pretende el Presidente, además de designar la sucesión, frenar las contradicciones grupales dentro del chavismo motivadas por asuntos propios del reparto de intereses que deviene de manejar a discreción la enorme renta petrolera y el Estado venezolano como si fuera una hacienda particular.
Bandera Roja ratifica su voluntad y disposición a la lucha por una transformación de fondo de nuestro país, frente a lo que hemos visto en los últimos 14 años que no puede ser considerado sino la mayor estafa contemporánea a los deseos de cambio del pueblo venezolano. Abogamos porque cualquier proceso de transición se dé dentro del marco de respeto a lo estipulado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Comité Político Nacional
Bandera Roja
Caracas, 12 de diciembre de 2012