Como era de esperarse, ya calculado por el Gobierno, el anuncio de la moneda virtual, petrocoin, ha causado revuelo. En medio del desconocimiento natural al respecto, pesa mucho el ambiente político y de una economía catastrófica sin que el Gobierno cambie para nada su orientación. Por lo que el petrocoin nos obliga a dar respuesta. A fijar posición con la rigurosidad que demanda.
Partimos de la consideración de que, en buena medida, hay que especular. En las primeras de cambio, apenas se ha hecho el anuncio con agregados que hacen desconfiar. Solo podemos decir cuestiones generales y algunas precisiones acerca de este tipo de instrumentos, en términos abstractos.
En primer lugar, la moneda virtual, desde que aparece el bitcoin, supone atender su análisis desde el pensamiento económico. Lo que supone una determinada perspectiva acerca de las mercancías en general y del dinero en particular. Los subjetivistas, quienes enarbolan la teoría subjetiva del valor, analizan el asunto indicando que será la confianza, refiriéndonos al petrocoin, lo que determinará su precio y perspectivas, en la relación individuo y bien. Se insiste, desde esta perspectiva, en la idea de que el precio obedece a la valoración psicológica del individuo frente a un determinado bien que tienen frente a sí, que satisface una necesidad en un estado específico. Apenas se quedan en la superficie del fenómeno, en lo aparente, sin poder ir a lo esencial, guiados por axiomas y dogmas configurados para tales efectos.
La realidad es que los precios obedecen al trabajo objetivado en una mercancía. Lo que explica que las mercancías son competitivas en la medida que tienen bajo precio y más calidad, lo que es resultado del desarrollo científico tecnológico, bajo precio de la fuerza de trabajo, materias primas y auxiliares, a pesar de que se trate de bienes que satisfacen necesidades de primera necesidad o subalternas. Si no, veamos cómo los chinos avanzan en la consolidación de la primacía mundial en manufacturas.
La teoría objetiva del valor, desde Petty hasta Marx, pasando por Smith y Ricardo, nos señala que toda mercancía tiene valor en correspondencia con el trabajo que demanda su producción. Así, si el bitcoin o cualquier criptomoneda, es una mercancía, cuenta con valor de uso, esto es, tiene utilidad, satisface una necesidad, y cuenta con valor de cambio, determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario. Valor que va a estipular su precio, a menos que se produzcan cambios en la oferta o demanda del producto, que rompan con la anulación que se hacen una a otra cuando son de fuerza similar. La mercancía, esto es, todo lo que se produce para ser transada en el mercado, es el resultado de un proceso de trabajo y de producción. Analizar el proceso que requiere la producción del bitcoin o de cualquier moneda virtual, basada en la cadena de bloques (Blockchain), nos resulta inextricable en las primeras de cambio. Eso sucede con cualquier evento desconocido. Se trata de una forma de dinero de estos tiempos. Si es tal, su principal valor de uso es que sirve para equivalenciar las mercancías. También, por tanto, es dinero mundial. Tiene valor en sí mismo producto de que es el resultado de un proceso de trabajo, minado, así sea en una oficina con aire acondicionado a todo dar, computadoras cada vez más avanzadas, con un consumo de materias auxiliares bastante elevado, principalmente electricidad, claro está, y con una fuerza de trabajo de especialización en correspondencia con la naturaleza del proceso y de quienes cumplen labores subalternas de mantenimiento, por ejemplo. De allí el valor de cambio del bitcoin y de cualquier criptomoneda. No es papel moneda. Es una mercancía concreta cuyo valor de cambio tiende a incrementarse en términos relativos, por lo que su precio se eleva en correspondencia con el desarrollo del algoritmo en juego para el minado. A mayor tiempo de trabajo socialmente necesario, esto es, a mayor valor de cambio, mayor será el precio. Consciente o sin querer, esto fue establecido por Sakamoto al hacer cada vez más complejo el algoritmo que entra en juego. Limitar la oferta manteniendo la producción a límites predeterminados, mientras la demanda se incrementa en la medida que gana confianza y que se debilita el dólar, ha conducido a convertir este dinero virtual en un refugio, de allí que su precio ya supere los 11 mil dólares.
Así, su precio ha crecido de manera cada vez más desproporcionada, hasta convertirse el bitcoin en burbuja, por ser refugio por antonomasia de capitales diversos, hasta de los de dudoso origen. Burbuja, sí, pero no es tulipán, la primera burbuja especulativa analizada por la economía moderna ocurrida hace más de tres siglos. En cualquier caso, las criptomonedas cumplen con funciones propias para el intercambio, el atesoramiento y la especulación.
Ahora bien, desconociendo detalles de la propuesta, salvo el supuesto respaldo que debe tener el petrocoin y otras generalidades controvertibles con este aspecto, es muy poco lo que podemos decir. El petro, si es una criptomoneda, debe ajustarse a este proceso de trabajo indicado líneas atrás para que tenga valor. Debe cumplir con la función de todo dinero, equivalente universal, atesoramiento, fuente de capitalización de riqueza, además de su carácter libérrimo para su producción que no sean los acuerdos entre la comunidad que se configura. No sabemos si será así en el caso que nos ocupa. Seguramente mantendrá el principio de la privacidad, por lo que, de tener valor en correspondencia con el trabajo y ganar confianza de los demandantes, bien puede convertirse en refugio de capitales mal habidos, provenientes del peculado, la estafa al fisco, la corrupción pues. Buena ventaja para un gobierno que deja huella en la materia.
Nos preguntamos, ¿cómo repercute esto en la economía venezolana? Aun sin contar con el conocimiento de los detalles, de convertirse en una industria puede ayudar en la economía venezolana. Crea empleos, tantos como los que ya ha creado el bitcoin. Hay ventajas en Venezuela que propician la instalación de minas, sobre todo la baratura de la energía y de la fuerza de trabajo en un país donde la mayoría de la gente pasa hambre. No producimos alimentos pero producimos petrocoin, clamarán los gobernantes. Puede ser…
Creemos que se han incorporado afirmaciones en el anuncio que crean dudas y polémicas. Por ejemplo, ¿requiere la moneda virtual de un respaldo distinto al del trabajo? Es como decir que el oro va a tener como respaldo el petróleo y el diamante. El oro es el respaldo del papel moneda. Aparece el papel moneda en el momento en el cual se demanda el instrumento. Es fruto del intercambio, así como el oro y la plata aparecieron como las formas de dinero por excelencia, cuando así lo requirió el intercambio mercantil. Pero el oro siempre ha sido el principal respaldo del papel moneda. Los chinos, inventores del papel, comenzaron a usarlo hace varios siglos. La relación de la invención del papel y la necesidad dieron como fruto ese artilugio fiduciario que es el papel moneda. Pero la emisión de papel moneda sin el correspondiente respaldo conduce a la inflación. Para muestra un botón. El chavismo ha buscado el equilibrio fiscal con la emisión de papel moneda y sufrimos la inflación más grande del mundo y de nuestra historia. Pero el oro no cuenta con respaldo alguno. Es fruto del trabajo. Igual sucede con las criptodivisas. Es probable que haya características diferentes de este petro, pero eso lo aleja de los principios del bitcoin. Esperemos a ver. Como en la producción de oro, las criptomonedas resumen un trabajo concreto, no requieren de respaldo alguno, ¿por qué el petro sí lo requiere? Habrá que esperar.
Seguramente el Gobierno agregará argumentos con base en el aporte del bitcoin al PIB mundial. Pero sucede que ningún país puede arrogarse el aporte del bitcoin en el PIB de su economía. Ni al PIB ni al PNB. En algún momento este cálculo será realizado. No tenemos conocimiento de que se haya hecho tal estadística. Luego, ¿cómo será el aporte del petro al PIB venezolano? ¿en cuánto podrá medirse?. La moneda virtual basada en la cadena de bloques cuenta entre sus condiciones que no tiene un asiento nacional, aunque se pueda centralizar su propiedad y hacer uso de ello como riqueza para transar, invertir en la producción, desprendimiento mediante. ¿Va a ser centralizada la propiedad del petro por el Gobierno? Si es fija su oferta como el bitcoin, ¿será fija también la demanda? De ser así, rompe con una condición fundamental de las criptomonedas. Además de que no imaginamos que los mineros vayan a transar con un precio fijo cuando el proceso de producción y de trabajo es variable. En fin…
Como pote de humo es bueno. Tiene eficacia. Al menos en el mundo de los economistas, inversores, gente de la banca y las finanzas, entre otros, es un asunto en debate. En la gente común que hace colas interminables para adquirir algún bien, es poco lo que le interesa. Para mucha de la gente que se ve forzada a sacar el tal carnet de la patria, principal mecanismo de chantaje, yugo, bozal y de control del régimen, resulta una cosa inexplicable. Es algo que no está a su alcance, aunque muchos de los alimentos tampoco. Algo alcanzará a tener en bolívar fuerte, pero seguramente no poseerá nunca un petrocoin.
Foto: Taringa.net