Las postulaciones para las elecciones del 28 de julio llegaron al colmo del atropello, el ventajismo y la vejación. Por supuesto que no estamos descubriendo ahora el carácter dictatorial del régimen y de las instituciones a su servicio. Decidirse a poner fecha a las elecciones presidenciales con base en un cronograma atropellador ―y con el aplauso de sectores colaboracionistas― ya denotaba que no estaban dispuestos a un proceso electoral con un mínimo de transparencia, competitividad e igualdad, pues saben muy bien que son una minoría entre el electorado venezolano.

No conformes con impedir a decenas de dirigentes opositores sus derechos políticos por la vía de la inhabilitación, el destierro, el exilio y la cárcel, con la mayor desvergüenza pretendieron vetar ―sin argumento ni justificación alguna― las candidaturas que no les eran beneficiosas para sus planes continuistas. Despojaron de sus tarjetas a los verdaderos representantes de muchas toldas políticas [a nuestro partido Bandera Roja le fue arrebatada desde 2013], e incluso a última hora inhabilitaron a nuevos partidos, mientras les daban el plácet a nuevas entelequias electorales pro maduristas. Hasta última hora bloquearon las dos tarjetas (MUD y UNT) de que disponía la Plataforma Unitaria para postular.

El descaro fue de tal desproporción que hasta sus amigos Ignacio Lula da Silva y Gustavo Petro, presidentes de países vecinos, reprobaron públicamente tal desafuero. La Unión Europea, Estados Unidos y muchas otras naciones del mundo elevaron también su crítica. La presión internacional y las protestas hicieron que el CNE abriera de nuevo la postulación para que la tarjeta de la MUD pudiera postular un candidato, cuya misión es resguardar el espacio.

La estafa no pudieron completarla como querían y ha quedado abierta una posibilidad para que la oposición mayoritaria pueda acomodar sus fuerzas, restañar heridas y acordarse sobre una candidatura unitaria antes del 20 de abril, fecha en que vence el plazo para sustituir candidatos. Lograr una derrota aplastante de Maduro el venidero 28 de julio debe ser nuestro objetivo común y no hay excusa para no lograrlo. Hay que echar a un lado las diferencias secundarias y las aspiraciones personales o partidistas. La historia no nos perdonará el desaprovechar esta oportunidad de comenzar a desplazar este régimen por la vía electoral. 

Bandera Roja (r) reafirma su postura de perseverar en el camino de propinarle una contundente derrota al candidato de este régimen antidemocrático, represivo y autoritario. Propiciar la mayor unidad en torno de un candidato que resuma las mejores voluntades de todo el espectro político y que esté dispuesto a comprometerse a abrir las puertas a las libertades públicas y democráticas, a liberar a todos los presos políticos y a auspiciar el regreso de los exiliados. 

Se trata de que la salida de estos nefastos gobernantes sea sustituida por un gobierno de Unidad Nacional que respete a carta cabal la Constitución como norma principal y que atienda la emergencia humanitaria que atraviesa nuestra población, comenzando por restituir un salario digno y la seguridad social al pueblo trabajador.

Dirección Nacional

Bandera Roja (resistencia)

Caracas, 27 de marzo de 2024

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