La dictadura se siente victoriosa. Luego del fraude masivo y sistemático concretado el 15 de octubre, logran someter al escarnio y a la humillación a cuatro gobernadores electos por el voto opositor, nos despojan al estilo Jalisco de las gobernaciones de Zulia y Bolívar, y creen poder seguir con el engaño ofreciendo ilusiones más que esperanzas a un pueblo diezmado por las penurias. Piensan que con hambre y sangre nos doblegaremos ante su espuria asamblea constituyente. Que quebraron nuestra fibra libertaria así como arrinconaron a un sector opositor muy dado a la devoción obsesiva por el voto. Creen que la desilusión y la incertidumbre, que hoy campean en nuestro suelo, les brindarán suficiente tiempo para paliar el temporal y superar la catástrofe y la ruina que han producido en dos décadas de destrucción y tropelías.

Pues no. Las ansias y deseos de cambio, de salir de esta pesadilla, están a la espera de un rumbo y un camino claros. La rabia contenida y la protesta abierta contra tanta agresión a la vida no han disminuido ni un tantico. Los pueblos pueden dar un paso atrás, pero no se suicidan ni se inmolan. La historia y las circunstancias crean la fuerza que habrá de desplazarlos, pese a que momentáneamente las instancias unitarias se hayan resquebrajado o fracturado. Si acertamos en la reflexión y balance de los hechos, pronto podremos reconstruir un frente unitario que insurgirá y conducirá a nuestro pueblo a la victoria.
Para ello debemos superar las viejas formas de hacer política. Debemos salir de la visión rutinaria, tener una propuesta alternativa clara y una visión histórica de largo aliento. Tenemos que apartar —cual lastre que entorpece los avances— las posturas hegemónicas y sectarias para encarar los retos que nos plantea el enfrentamiento al régimen dictatorial y la construcción de una gran Unidad Nacional.

No podemos confundirnos con respecto a quién es el enemigo a vencer. Una estrategia general que unifique y amplíe la articulación de fuerzas sustentada en una gran confianza en el pueblo, en la gente, nos conducirá a niveles de organización y de conciencia que fortalecerán en alto grado nuestra fuerza de base y nuestra capacidad de acción en diversos planos y espacios.

Maduro y su entente —anc-cne-tsj-alto mando militar— arremeten con una nueva ofensiva buscando aprovecharse de la fisura abierta en el flanco opositor. De manera irregular e írrita y dejando muy claro su talante violento y represivo, la espuria asamblea constituyente se arroga atribuciones propias del cne al convocar, el pasado jueves, 26 de octubre, elecciones de alcaldes en medio del atropello a las normas y a la ley electoral, saltándose a la torera todos los lapsos de obligatorio cumplimiento. La sumisión de los cuatro gobernadores ante la ilegítima asamblea constituyente les dio aliento para seguir en esta embestida dictatorial. Pero, con el nuevo ropaje electoralista, el régimen provoca la debacle de la institución del voto, prostituyendo este mecanismo que siempre hemos asociado a la tradición y el sentir democrático, pero que ahora es un irrespeto a la voluntad y los deseos de cambio de los venezolanos, con un sistema y unos mecanismos electorales abiertamente fraudulentos.

Lo trágico de este momento es que el fondo de la crisis, la situación objetiva de nuestro país, sigue avanzando en cuanto a crecimiento del hambre, la miseria y los sufrimientos del pueblo, y también en cuanto a la línea gubernamental de entrega de nuestra soberanía y nuestra independencia a cuenta del apoyo que recibe de los nuevos señores imperialistas, principalmente China y Rusia. La destrucción del trabajo productivo y la pulverización de sueldos y salarios a escalas infrahumanas; el deterioro creciente de la salud y la educación tanto en calidad como en cantidad; la ruina de los principales servicios públicos de agua, electricidad, transporte y vialidad; la creciente inseguridad en donde el hampa y los cuerpos policiales se unen en contra del ciudadano; el éxodo masivo de jóvenes y profesionales con altas capacidades y profesionalización; todo ello nos insta a empeñar lo mejor de nuestros esfuerzos por acabar lo más rápido posible con esta pesadilla.

Desde Bandera Roja hacemos un llamado a una UNIDAD que esté basada en la construcción de una fuerza político-social para desplazar a este régimen dictatorial, represivo y militarista. A las diferencias sobre formas de lucha y líneas de acción debemos buscarles un cauce que no nos impida trabajar en conjunto en torno de nuestro principal y común objetivo. Se trata de sumar todas las fuerzas sociales —trabajadores, empresarios, iglesias, academias, universidades, etc.— en un solo torrente por el cambio. En este sentido, la irregular e ilegal convocatoria a la elección de alcaldes para el venidero 10 de diciembre se convierte, quizá, en una circunstancia no propicia para resolver la controversia interna de los factores opositores, pero que necesariamente debemos atender a sabiendas de que en esta contienda municipal no nos estamos jugando el futuro del combate por la libertad y la democracia.

Frente a esta controversial elección de alcaldes y del gobernador del Zulia, es necesario hacer el máximo de esfuerzos por mantener una decisión unitaria que responda y trate de consensuar la diversidad de factores y elementos que intervienen en ello, y en todo caso buscar una complementación de esfuerzos que aminore las pugnas internas dentro de las fuerzas opositoras. Bandera Roja mañana lunes, 30 de octubre, tomará una determinación específica y clara en una reunión de su Comité Político Nacional sobre la participación electoral en estas elecciones municipales.

Por último, acompañamos la propuesta de Andrés Velásquez de realizar una gran manifestación contra “el golpe en el Zulia, el fraude en Bolívar y el hambre del pueblo”, y desde ya instamos a todas las organizaciones partidistas, a los gremios y sindicatos, a los jóvenes y a las universidades, a las comunidades organizadas, a preparar esta acción de lucha que evidencie que Venezuela no está rendida ante las mafias delincuenciales que hoy la gobiernan.

¡Desechar las ilusiones y prepararse para la lucha!
¡Abajo la dictadura!

Bandera Roja (resistencia)
29 de octubre de 2017

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