Compartimos el balance que hiciera el Comité Político Regional de Bandera Roja en el estado Miranda del proceso electoral del 15 de octubre
De entrada podemos afirmar que en Miranda son múltiples los factores que incidieron en el resultado final de las elecciones para gobernador realizadas el pasado domingo 15 de octubre. Dichos factores son de tipo político y técnico.
Algunos partidos de la MUD se adelantaron a concluir que lo que ocurrió en Miranda fue producto de la abstención, aunado a las recurrentes maniobras, trampas y ventajismo del oficialismo. Analizar este episodio político electorla en su globalidad y particularidades es lo científico, para no caer en el simplismo y el reduccionismo de ver sólo una causa y, lo peor, endosarle la responsabilidad de lo ocurrido a los electores. Hay maniobras del oficialismo inaceptables y evidentes, pero también hay errores propios de la oposición y de su candidato, que sumadas nos dan una mejor visión de estos resultados.
Analizaremos algunas de ellas con los insumos numérico-tecnicos propiamente dichos y algunas informaciones de tipo político observadas directamente en el desarrollo de todo el proceso electoral y, en especial, el día del acto de votación, en la idea de hacer los análisis correctos de estos resultados y formular en consecuencia una política encaminada a reanimar la lucha del pueblo por salir de esta dictadura.
¿Qué dicen los números?
Basados en los resultados oficiales aportados por el CNE, tenemos que Ocariz pierde con una ventaja de 86.388 votos a manos de su contendor oficialista Héctor Rodríguez. Con respecto a los resultados de la AN en 2015, la oposición reduce su votación en 282.857 sufragios (un 34% menos aproximadamente), al pasar de 838.204 a 555.347 votos. Adicionalmente, Ocariz saca 28.313 votos menos que Capriles cuando éste ganó la gobernación en 2012. Pero también disminuyó la votación sacada en los 4 municipios del área metropolitana respecto a 2012 en 40.764 votos. Tomando en cuenta las elecciones precedentes (2012 y 2015), la votación de la oposición para Miranda disminuye, como ya lo vimos.
En cambio el oficialismo y su candidato, obtienen un crecimiento en su votación al ganar 95.139 votos más (17% aproximadamente) respecto a las elecciones de la A.N del 2015 y también un aumento significativo de 103.186 votos a los alcanzados en 2012. La votación oficialista crece respecto a los dos procesos anteriores, 2012 y 2015.
La abstención en todo el estado fue de 41,4%, (unos 858.859 votantes), muy similar a la de 2014 que fue de 41, 6% y unos 2,5 puntos por encima del promedio nacional que fue de 38,9%. Si analizamos la abstención en todo el estado, ésta no se comportó homogéneamente. En los municipios tradicionalmente chavistas más bien ésta se ubicó por debajo de la media nacional y del estado. Caso municipios Andrés Bello (29,84%); Páez (29,42%); Simón Bolívar (28,39%); Acevedo (30,61%) por mencionar algunos. En los municipios Chacao (56,89%); Baruta (52,21%); El Hatillo (49,74); Los Salias (45,99%) y Sucre (46,72%), la abstención estuvo por encima de la media nacional.
Las reubicaciones de electores a última hora ascendieron a 216.920, un considerable 10,45% de todo el padrón electoral del estado. El caso del centro de votación más grande de Guarenas, el San Nicolás de Bari (Nueva Casarapa), no pudo ir a votar más de 61% de los electores reubicados por problemas de movilización, violencia ejercida por encapuchados, entre otras causas. Las reubicaciones en municipios opositores por excelencia, como Sucre, Baruta y Chacao, fueron importantes y es en estos municipios donde se registra una tasa de abstención por encima de la media como ya vimos. En algunas mesas de El Cafetal, municipio Baruta, la abstención estuvo por encima de 61%.
Otro dato son los 16.789 votos válidos contabilizados en otras tarjetas, algunas de las cuales eran de candidatos de la MUD que habían renunciado por haber perdido en las primarias, pero, ¡oh sorpresa!, el CNE no tomó en cuenta la voluntad de esos candidatos. Estos votos pudieron ir al candidato Ocariz y se perdieron en consecuencia por no haberse respetado el proceso de sustituciones.
Numéricamente hablando, sin incluir el análisis de los elementos políticos y las incidencias de otros factores que veremos más adelante, se puede concluir que la merma o decrecimiento de la votación de la oposición respecto a los procesos de 2012 y 2015 explican los resultados, no así la abstención, ya que ésta tuvo un comportamiento similar a la media nacional. Sin embargo, si bien es cierto que la merma de votos de la oposición respecto a las elecciones de 2015 es significativa, en los municipios donde se produjo una abstención por encima del promedio nacional hay que profundizar en qué medida ésta fue resultado directo de la sumatoria de maniobras técnico-políticas del gobierno (reubicaciones, no sustituciones de candidatos perdedores de la mud en las primarias, eliminación de algunos centros y mesas, sustitución de testigos de la MUD por oficialistas, entre otros) para restar importantes votos que pudieron cambiar los resultados.
¿Qué pasó más allá de los números?
Los elementos cualitativos de la política tienen un importante impacto en estos resultados. El régimen tenía a Miranda como objetivo de honor a conquistar. Para ello invirtieron ingentes recursos que pusieron a disposición del candidato Héctor Rodríguez. El tradicional ventajismo de poner a las instituciones del Estado a realizar la campaña oficialista, la inhabilitación política de Capriles que lo anula como el candidato natural de la MUD, pues no queda dudas de que éste hubiese sido mejor candidato que Ocariz, son algunos de los aspectos políticos que incidieron en el resultado. Asimismo, la violencia ejercida contra electores opositores en muchos centros de votación inhibió la participación de un importante número de éstos. La colocación masiva de puntos rojos, utilizados como oficinas del gobierno para emitir carnés de la patria y su vinculación con las bolsas clap también hay que considerarlo a la hora de hacer el balance. La coacción y el chantaje ejercidos con esta nefasta práctica pudieron haber cambiado el comportamiento de muchos electores. En esta oportunidad el oficialismo combinó la movilización obligada de su base militante con el uso de los puntos rojos como el elemento centralizador.
Otro aspecto, no tomado en cuenta en el proceso, fue la migración de electores chavistas del municipio Libertador del distrito Capital para votar en Miranda, esto pudo ser un factor importante en la derrota de la oposición en este importante estado.
El comportamiento del Plan República a favor de la candidatura chavista, su actuación en contra de algunos electores opositores y actitud de connivencia con los hechos violentos protagonizados por elementos chavistas, también inhibieron a muchos electores por temor a ser maltratados.
Otro punto a favor del oficialismo lo representó la buena campaña adelantada por el chavismo. Héctor Rodríguez es un hábil político joven, con dominio del lenguaje y los símbolos chavistas. Presentó una propuesta de gobierno a muchos sectores, incluyendo organizaciones empresariales y de la sociedad civil. Sustituyó algunos de los símbolos y colores tradicionales del chavismo, no usó los ojitos de Chávez, cambió el color rojo por el azul en su vestimenta y los afiches, entre otros. No queda dudas de que esta estrategia estaba dirigida a captar votos fuera del chavismo.
En comparación, tuvimos un candidato opositor con muchas debilidades y hasta «plomo en el ala». El caso de la detención del capitán Caguaripano hizo mucho ruido en un sector de la clase media opositora; lo débil del planteamiento programático de Ocariz, el sectarismo, la exclusión y falta de una verdadera unidad. El llamado a no votar que realizara María Corina tuvo acogida en un importante sector de la clase media y debe tomarse en cuenta como factor que ayudó en la estrategia del gobierno de inducir la abstención. La poca movilización de electores por parte de la MUD con relación a otros procesos fue un elemento que resaltó en estas elecciones, ello generó mayor desmotivación de un electorado de por sí abatido por toda la situación política y social del país.
Conclusión: La abstención por sí sola no parece haber influido determinantemente en los resultados. Son más bien la sumatoria de todos los elementos políticos, cualitativos y de manipulación técnica ya descritos, los que pudieron haber incidido en los resultados. En todo caso todos estos elementos, constituyen pruebas fehacientes que estuvimos frente un fraude durante todo el proceso electoral.
Frente a los resultados fraudulentos del régimen, ¿qué hacer?
La débil actuación del candidato y la MUD, la falta de voluntad para ponerse al frente de una estrategia de lucha que signifique rescatar el instrumento del voto para la lucha en contra de la dictadura significarán mayor desencanto de la población mirandina y, en general, la de todo el país. Al no ser coherentes con lo que se denuncia y una actuación a contracorriente de lo que se dice, nos enfrentamos a un escenario de mayor complejidad que puede contribuir a un mayor reflujo de las masas opositoras al régimen.
Ante ello, debemos enarbolar con mayor fuerza las banderas del cambio político en el país. En este sentido, necesario es exigir la transformación de las condiciones electorales, reglas y normas ajustadas a la normativa electoral legal y constitucional. Pero todo ello en el conocimiento de que estamos enfrentando a una dictadura que se comporta como una banda de delincuentes, donde el delito electoral es un instrumento político para mantenerse en poder y lo justifica todo.
El partido y toda su militancia deben asumir una actitud en consecuencia, un comportamiento que nos prepare y acere para los nuevos enfrentamientos con el régimen. Lo electoral en este contexto forma parte de la preparación de la visión insurgente con que debe ser visto este proceso que estamos transitando y por venir. El llamado debe ser a luchar por conquistar el voto libre para el cambio político, para el cambio del país y su transformación.
Comité Político Regional
Faustino Lugo
Los Teques, 23 de octubre de 2017