Los economistas en Venezuela, incluso opositores, parecen defender con pasión los bolsillos del régimen chavista madurista. Recientemente, desde las “ofertas de cambio” de la oposición aupaban “sacrificio y lágrimas” en los años por venir. Hoy, cuando ya no se asoma ese eventual “cambio político” ofrecido y la gente se prepara para las batallas por su sobrevivencia, aseguran que el Gobierno nacional “no tiene de dónde sacar los recursos”. Pobres.
Los economistas debieran abrazar más bien la consigna de “ni un dólar para los enchufados, ni un dólar para la importación”. Debieran detallar las cifras del robo dispendioso de las arcas del Estado, de las regalías no declaradas por contrabando de oro, petróleo, minerales, entre otros, que enriquece a miembros del Estado y del régimen de Maduro. Pero no. Los economistas parecen cuidar de ellos, asegurando que no están en capacidad de pagar salarios a la salud y la educación.
Pero veamos con detalle. Cinco millones y medio (5.509.563) trabajadores integran la administración pública nacional, de los cuales 4.441.258 forman parte del sector militar. Así lo establece la Exposición de Motivos de la Ley de Presupuesto Nacional en cifras de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre). Es decir, los trabajadores vinculados al sector de la administración pública y de servicios apenas supera el millón. De estos y según el documento, 364.625 son docentes y 42.489 están adscritos al sector salud. Apenas 400 mil funcionarios están en los sectores prioritarios para la sociedad mientras más del 80% de los empleados públicos son o están en funciones militares. Una política dirigida a mejorar las condiciones educativas y de salud debiera al menos considerar un aumento de salarios en estos sectores.
Pero ¿cuánto costaría este aumento en un presupuesto anual? Un salario de 400$ mensuales (siendo este el monto mínimo exigido por los trabajadores) para el sector Salud y Educación a razón de 16 meses por año (incluye vacaciones), ascendería apenas a $2.600 millones anuales. Esto sería el piso de un incremento, considerando el respeto a las tablas de ajustes.
¿Es descabellado un incremento de salario de esta magnitud? Visto que la dirigencia madurista aprobó un Presupuesto Nacional para 2022 calculado con un promedio de precios de $51,45 por barril en 2021; y dado que el precio medio del barril Opep el viernes 25 de marzo era de $113,93, podemos afirmar que por concepto de ingresos petroleros, siendo que el presupuesto contempla Bs.62.379 millones, esto es $14 millardos de dólares a precio BCV, el régimen de Maduro pudiera recibir el doble de ingresos calculados para el presupuesto de 2022, solo por concepto de petróleo. O sea, $14 millardos de dólares más.
De acuerdo a Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Centro Baker Energy Studies, contando con el nivel actual de precios el ingreso para Venezuela rondaría entre $1.500 y $2.000 millones por mes. Además, difícilmente los efectos del enfrentamiento entre Rusia/China y EEUU/Europa vaya a resolverse pronto. Esta pugnacidad se verá incrementada más allá de los efectos de la invasión a Ucrania. Esto hará que la tendencia del precio de los recursos energéticos se mantenga al alza muy probablemente por el resto del año. Pero esto se les escapa a algunos economistas.
Entonces, un aumento de esta magnitud apenas significaría cerca de un 20% del total de ingresos extraordinarios que puede recibir la nación solo por petróleo. Pero los economistas consideran que esto “sería una locura”. No se afanan en denunciar el saqueo a la nación y hacer los cálculos correspondientes y disfrazan los asuntos económicos de un velo de complejidad que no tienen.
Los trabajadores de la salud y la educación deben, sin dudarlo, exigir de inmediato un incremento de salarios a mínimo 400$ para ambos sectores. Lo de la escala salarial debe lucharse sin descanso. Dinero hay y habrá, sin duda. Pero dejar que se vaya en despilfarro y saqueo, es responsabilidad de los que luchen en cada gremio. Esa debe ser la exigencia de todos los dirigentes y debiera ser la de los economistas: ni medio dólar para los enchufados importadores. Dinero para salud, la educación y la producción nacional. No más saqueo.