El despotismo chavista y sus mafias unidas, mediante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, le acaba de arrebatar la tarjeta electoral a Bandera Roja y se la transfiere, cual moneda de cambio, a un pequeño personaje sin oficio conocido desde hace tiempo como agente del gobierno, y quien viene asumiendo la condición de impostor de un partido que resume buena parte de la historia del movimiento revolucionario venezolano y que es representado en las siglas BR.
Con
esta medida desautoriza al cuerpo rectoral del Consejo Nacional
Electoral que había actuado con procedimientos ajustados a derecho,
y como lo hicieron el mismo día de inscripción de las candidaturas
de alcaldes y concejales de 2013 -cuando nos arrebataron la tarjeta
pocas horas antes de la inscripción entregándola a este mismo
personaje sólo para efectos de inscripciones-, nuevamente nos
arrebatan mediante esta miserable decisión la potestad de inscribir
una fórmula de ética y unidad a través de nuestra tarjeta,
demostrando el ventajismo electoral y el abuso de poder propio de
toda dictadura.
Esta
decisión, supuestamente legal y similar a las inhabilitaciones o el
despojo de las siglas del partido oficialista MEP, es una medida
desesperada de un gobierno derrotado en todos los terrenos que se
dirige a una estruendosa derrota electoral. Pero la decisión tomada
busca ir más allá. Persigue destruir a Bandera Roja como partido
político y colocarlo al servicio de los planes del oficialismo
mafioso que hoy gobierna. Pues se equivocan una vez más los
capitostes del régimen chavista. Bandera Roja es y seguirá siendo
un partido revolucionario, comunista e indoblegable frente al orden
establecido y su Estado despótico.
Siendo
fiel a una tradición que ha sabido conjugar todas las formas de
lucha y combate a través de su historia, Bandera Roja en toda su
historia y combinando teoría y práctica, ha demostrado arrojo
revolucionario, ha hecho destacados sacrificios acompañados de
rigurosidad científica para el análisis de la realidad, en acción
política y sólidos principios éticos de la tradición del
proletariado mundial. Quienes en estos momentos usurpan el uso de
nuestra tarjeta, negociación mediante con el gobierno chavista,
buscan enlodar esa historia y medrar bajo el manto de nuestra propia
historia, haciéndose de unas lochas más.
La
tarjeta electoral de Bandera Roja sin su Secretario General Gabriel
Puerta, sin su dirección política, Comité Central y sin su
militancia, no es nada. Sin embargo, en las próximas horas
anunciaremos varias medidas que buscan preservar nuestra política
electoral y nuestra inscripción de candidatos tal y como lo habíamos
anunciado en días anteriores. Trabajaremos igualmente por derrotar a
la mafia del TSJ, a la mafia chavista enquistada en el poder y a
todos sus colaboradores y cohabitantes. Trabajaremos por candidaturas
de lucha y de unidad que hoy son una alternativa sólida que coloca a
las opciones electorales que hoy apoyamos, en el segundo lugar de las
preferencias, por encima incluso del oficialismo mafioso y
destructor.
Bandera
Roja no va a abandonar su nombre como organización política, aunque
tendremos que llamar a votar por otras opciones electorales que
pronto informaremos. Bandera Roja no se va a doblegar con esta
torpeza del TSJ y del gobierno y trabajará, como siempre lo ha
hecho, por derrotar y salir de este régimen para abrir caminos a una
Venezuela Alternativa mediante la Unidad Superior que desde 2010
hemos planteado. No podrán derrotar a los que han luchado sin
descanso por una Venezuela de bienestar, desarrollo soberano,
justicia y libertad.
Comité
Político Nacional

28
de julio de 2015

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