“Periodismo es publicar algo que alguien no quiere que sea publicado, el resto es publicidad“. ¿Recuerdan esa cita de George Orwell? En este caso, sin duda, existen quienes no quieren que se publique la verdad. Prefieren simplemente que se publique una versión que conviene al Poder, y a los “poderosos” en su sentido más amplio.
El por qué político
Bandera Roja es un partido que tiene prestigio (o fama, como quieran verlo) de comunista, revolucionario, socialista o en general de izquierda. Su condición, labrada durante más de 44 años y con cientos de muertos, encarcelados, guerrilla, lucha armada durante los años 70 y 80, y por supuesto una cantidad enorme de mentiras y exageraciones en el terreno de las acusaciones sobre el uso de la violencia, labraron en la conciencia de muchos venezolanos la idea de su carácter revolucionario. Y este prestigio (o fama, repito) es también y al mismo tiempo una de sus virtudes en el terreno de la percepción política en Venezuela.
Frente a un gobierno que se asume como “revolucionario”, justamente que una organización con tal prestigio señale -tal como señala Bandera Roja- que no son revolucionarios ni de izquierda, es algo sumamente peligroso. Por supuesto, resulta impostergable para el gobierno, entonces, limitar la posibilidad de que esta afirmación obtenga el eco suficiente en la opinión pública.
Al mismo tiempo, y luego de amplias investigaciones a las que sin duda ha tenido acceso buena parte de la dirección política opositora, en la sociedad venezolana en su conjunto la inclinación política hacia la izquierda es significativamente amplia. Resulta entonces, como ustedes sin duda deben conocer, que hubo una decisión, principalmente frente a las elecciones en las que Henrique Capriles hubo de ser candidato, de presentarse como “Progresista”, permitiendo así presentar a la oposición, acusada de derecha inmisericordemente por el gobierno, dentro de una posición de centro izquierda que permitiera aumentar la base electoral. Pues justamente esto motivó al propio Capriles y su entorno más cercano a hacer esfuerzos por “parecer” lo más inclinado hacia la izquierda posible, pero sin el riesgo de mancharse de “rojo”. Un salpicado bastaba. Ahí, el activo de Bandera Roja, entonces, se hizo preciado. No se trataba de un acercamiento a los planteamientos, ni nada parecido. Se trataba simplemente del aprovechamiento de esta “ventaja comparativa”.
En Venezuela nadie quiere ser de derecha públicamente
Resulta pues que uno de los activos de Bandera Roja, su prestigio, se convirtió entonces en algo sumamente útil. Y mientras el gobierno hacía todos los esfuerzos por calificar a Bandera Roja de “haberse ido a la derecha”, la dirección opositora hacia todo el esfuerzo por quedarse solo con ese activo, con la incomodidad y molestia que supone estar con lo que en el fondo consideras “enemigo”.
La campaña desatada por el gobierno para afianzar su fama y carácter de “revolucionario, socialista y hasta comunista”, llevaba consigo una campaña de buena parte de la oposición dirigida a acusarlo de lo que ellos mismos se autocalifican. Era sin duda una ayuda enorme que brindaban algunos sectores opositores, y que aún siguen brindando. Esto, para Capriles y asesores, se convirtió en ese momento en una incomodidad que fue atenuada mediante la incorporación de Bandera Roja a espacios importantes de dirección en la oposición. Hasta una camisa de Bandera Roja usó Capriles en una oportunidad, luciendo un impostado orgullo por el “honor”.
Entre tanto, el gobierno decide entonces proceder en otra dirección. Progresivamente comenzó a quitarle las tarjetas electorales de “izquierda” a la unidad opositora. Todos los esfuerzos dirigidos en este sentido tuvieron como corolario la captura de Podemos, PPT, MAS y el resto de partidos regionales y nacionales considerados de “izquierda”. La utilización de métodos que van desde el uso del Tribunal Supremo de Justicia, hasta la compra de dirigentes y la colocación en puestos de “poder”, permitió esta “hazaña”. Pero el trabajo, sin haber obtenido a la organización de mayor prestigio revolucionario (Bandera Roja), estaba incompleto.
El asunto “jurídico”
En 2012 surge entonces la oportunidad. Un grupo sumamente reducido de señores, sin ningún talento y profesión, acuden al TSJ a introducir una demanda contra un Congreso Nacional en el cual se realiza la elección de autoridades en Bandera Roja. El crecimiento y desarrollo de nuestra organización (aunque algunos se apuren en negar), sin duda, había permitido el desplazamiento casi absoluto de estos señores. Estaban imposibilitados de ser electos por las bases de nuestro partido y acuden al TJS para solicitar la suspensión del evento electoral, bajo un tecnicismo halado por los “Cabellos”, lo que se convirtió en la gran oportunidad que el gobierno estaba esperando: no haber publicado un aviso, sumamente costoso, con el Cronograma Electoral pagado en diarios nacionales para la realización del Congreso. Aun cuando se hicieron decenas de ruedas de prensa y una campaña nacional pública y masiva sobre la realización de nuestro Congreso, con la asistencia y participación pública de importantes dirigentes opositores, gobernadores, etc, el tecnicismo del aviso del Cronograma les permitió solicitar ante el TSJ la suspensión del proceso electoral por ser un acto que “lesiona Principios Valores democráticos y derechos y garantías legales y estatutarias a los militantes de BANDERA ROJA”, tal y como lo señala la sentencia en la que anulan nuestro proceso electoral DEMOCRÁTICO, en el que se reeligió por segunda vez a Gabriel Puerta como Secretario General y a Carlos Hermoso como su adjunto. Aquí pueden ver la sentencia (http://www.tsj.gov.ve/sr/Default3.aspx?url=../decisiones/selec/mayo/19-15513-2013-aa70-e-2012-000077.html&palabras=bandera%20roja) en la que se anula el proceso electoral y se solicita restitución de las autoridades anteriores, siendo estas justamente Gabriel Puerta y Carlos Hermoso nuevamente, ya que se trataba solo de una reelección unánime. Esta sentencia aún no les permitía obtener el control del partido, pero sí les permitía ratificar en su puesto de “Presidente” del partido al señor Pedro Véliz, ya convenido con el gobierno a través de viejas relaciones con ex militantes de Bandera Roja, hoy oficialistas en altos puestos de gobierno, quienes estaban dedicados a esta labor de compra de la tarjeta del partido. Es necesario aclarar que la figura de Presidente en Bandera Roja siempre ha sido decorativa; una especie de cargo honorífico para militantes de mayor edad y antigüedad. Jamás ha tenido autoridad toda vez que la autoridad, como en casi todos los partidos del planeta tierra, recae en el secretario general y su adjunto. (Ver aquí nuestros estatutos vigentes – http://bandera-roja.blogspot.com/2012/03/estatutos-de-bandera-roja.html).
Luego de esta sentencia, y sin haber podido obtener al partido, ni a su tarjeta, surge una nueva oportunidad en la que el TSJ procede nuevamente con un adefesio jurídico a inmiscuirse en los asuntos internos de un partido. Para las elecciones de alcaldes y gobernadores del El 16 de diciembre de 2012, y posterior a la derrota sufrida por Capriles en las elecciones presidenciales, se hacía impostergable para el gobierno fracturar lo más posible a la oposición. Bandera Roja había definido participar inconmoviblemente dentro de las filas de la MUD y no utilizar su propia tarjeta electoral. Sin embargo, el TSJ acreditó a Pedro Véliz como el “representante” electoral de Bandera Roja, quitándole la potestad a Gabriel Puerta. No fue la “militancia rebelada” como señalan estos impostores e infiltrados renganchados por el TSJ, sino que fue UNA SENTENCIA DEL PODER JUDICIAL y no otra cosa, lo que permitió que para ese proceso electoral Véliz postulara a candidatos AJENOS A LAS FORMULAS OPOSITORAS. Ello trajo como consecuencia que con ayuda de los “votos de Bandera Roja” y el MAS, ambos inscritos con planchas paralelas en varios estados, se perdieran 8 alcaldías importantes para la oposición. Así, los “voticos” de los partidos “chiquitos”, sí valieron y el gobierno había logrado una parte de su cometido. Aquí la segunda sentencia aún vigente, y que solo faculta para inscribir en aquellas elecciones. Hoy, nuestro expediente está inmovilizado y en juicio. No tiene admisibilidad de nuevos documentos y solo espera sentencia, porque lo de fondo no es la sentencia, sino quitarnos la tarjeta, a Bandera Roja y a su militancia. (http://www.tsj.gov.ve/sr/Default3.aspx?url=../decisiones/scon/agosto/1188-9813-2013-13-0732.html&palabras=bandera%20roja).
Hoy qué sucede (combinación de factores de poder)
La gesta heroica librada por los jóvenes estudiantes y sectores descontentos entre los meses de Febrero y Julio demostró la fuerza que Bandera Roja puede desplegar junto con otros factores, distinta a la fuerza electoral. Es la fuerza de combate y lucha de calle. Esta rebelión que vivió el país -sujeta a múltiples evaluaciones sin duda, pero que no puede negar ninguna de esas evaluaciones la inmensa participación alcanzada por la sociedad, principalmente por su juventud-, dio como resultado la posibilidad de realmente salir del gobierno. En su urgencia frente a la posible caída, el gobierno optó, entre otras cosas, por negociar con TODOS los que le permitiera sostenerse. Cedió espacios importantes de poder (económicos principalmente, de negocios, que son en última instancia la expresión real del Poder en su sentido más genérico), a factores internacionales, pero también a factores internos de la oposición. Presupuestos a alcaldías y gobernaciones, contrataciones jugosas en Pdvsa, en Corpoelec y en diversos espacios “no políticos” entraron en la negociación, Y ESO LO SABEN USTEDES CONPAÑEROS PERIODISTAS. Así, se cocinó el “Diálogo”, y así, se pretendió fraguar el enfriamiento de la protesta social, hoy pendiente de su resurgimiento inevitable.
En medio de esa negociación salvadora, obtener el nombre de Bandera Roja seguía en debate entre las facciones de gobierno. Pero obtener la tarjeta electoral de Bandera Roja para el oficialismo, sin un proceso electoral cercano, resulta en lo inmediato inútil. Mejor, tal como la realidad práctica señala y ha sucedido, colocarla como una organización “negociable” y “dócil” a los diversos acuerdos de “convivencia” que se pueden alcanzar con los nuevos socios de la oposición, hoy en la dirección de su plataforma opositora, la MUD. Así, y habiendo secuestrado circunstancialmente la tarjeta de Bandera Roja, orientaron a sus agentes infiltrados y adjudicatarios circunstanciales de nuestra tarjeta, entregarla a la MUD ya que esto resulta de mucho mayor beneficio.
Sin embargo, el mantener secuestrada esa tarjeta permitiría, eventualmente, que pueda pasar a formar parte del oficialismo cuando sea requerido por el poder del gobierno. Eso lo saben los señorones de la MUD, y saben su potencial riesgo también, pero bajo un esquema de “gobierno concertado” o “poder negociado”, no resultaría tan perjudicial eventualmente.
No se trata de “divisiones”, sino de infiltrados
Estos señores, orientados por el gobierno directamente, han jugado en otros escenarios buscando también fracturar a la “unidad opositora”. Junto con Pablo Medina habían recientemente impulsado un llamado BUN, señalando que con esta iniciativa no venían a “dividir sino a emplazar la búsqueda de alternativas comunes”, pero a renglón seguido señalaban que “lamentablemente en la MUD no encontramos el espacio y el intercambio fue mínimo», lo que los obligaba en aquel momento a salirse de esta instancia. Aquí la noticia (http://www.el-nacional.com/politica/Bloque-Unidad-Nacional-romper-polarizacion_0_461353914.html). Con esta iniciativa, jugando en varios escenarios, buscaban simplemente hacer lo necesario por legitimar la “propiedad” sobre nuestra tarjeta, y a su vez hacer el daño necesario a la oposición a través de salidas “terceristas”. Hoy, semanas después de haber declarado esto, aparecen como adalides de la MUD, tal como señala uno de los infiltrados en actitud reptante, al decir que “la MUD es el único organismo político plural, de la alternativa democrática, reconocido por la mayoría del pueblo venezolano”. Aquí la noticia reciente (http://www.lapatilla.com/site/2014/09/07/desmienten-salida-de-bandera-roja-de-la-mud/)
Es así como hoy, en el momento en que Bandera Roja toma la determinación de retirarse de las filas de esa negociación de factores de poder por sostenerse, resulta de una utilidad enorme el secuestro del cual es objeto nuestra tarjeta electoral y nuestro nombre. Pero es solo nuestra tarjeta la que está secuestrada, no está secuestrada nuestra organización, salvo nuestra muy querida dirigente juvenil, Sairam Rivas, principal dirigente estudiantil y única dirigente gremial que sí está secuestrada, pero en las mazmorras del Sebin. De Resto, tengan por seguro que Bandera Roja seguirá en su línea política, inexorablemente, por la verdadera liberación del pueblo de Venezuela. La liberación de esta plaga enorme que ha caído y que hoy pareciera mostrarse, en su momento de mayor debilidad, como invencible. El pueblo venezolano es heroico, y ustedes saben, compañeros periodistas, que lo es. Y Bandera Roja estará, como ustedes también saben, EN LA PRIMERA FILA, con los mejores hombres y mujeres. Bandera Roja estará junto al pueblo, luchando sin miedo por la liberación, por ustedes, incluso por algunos de ustedes que hoy ocultan la verdad sobre nuestra situación; por sus hijos y por una humanidad más humana y más justa, que inexorablemente tiene que surgir, porque la especie humana, queridos compañeros, nunca podrá apostar por su propia iniquidad y destrucción. En sus manos está la verdad.
Suyo,
Jesús Noel Hermoso
Periodista y responsable nacional de propaganda y medios de Bandera Roja
26 años de militancia y miembro electo en el Comité Central con la más alta votación, formado en Bandera Roja desde su nacimiento, ustedes lo saben.
Contacto: 0416-6247524 / @Jesus_Hermoso