Las mujeres venezolanas decimos presente en esta hora crítica, como lo hemos hecho a lo largo de la historia cuando peligran la libertad, la democracia y el bienestar de nuestro país.
Hoy caminamos en silencio. No hay palabras para describir el horror que sentimos ante la barbarie que se ha apoderado de Venezuela en los últimos días. Nos acompaña el dolor por nuestros estudiantes golpeados hasta morir, torturados, vejados de mil formas a manos de asesinos a las órdenes del Estado.
Caminamos en silencio porque ya nada tenemos que decirle a este gobierno. Nos cansamos de exigir justicia para las víctimas de la inseguridad; de reclamar por salud, educación, empleo, vivienda para todos y todas. Sin respuesta quedó el llamado que hicimos durante años para que se respetara la Constitución, los derechos democráticos.
Nada de eso se cumplió. Por eso salieron nuestros estudiantes al frente, animando al resto de la población que se ha sumado a la protesta y al fin tomó las calles de cada ciudad y pueblo buscando una salida a la crisis.
Estamos convencidas de que este gobierno nada tiene que ofrecer, salvo más mentiras y mayor represión. Sabemos además que la protesta debe ser organizada y estamos trabajando para constituir ASAMBLEAS POPULARES en las regiones, centros de estudio y de trabajo, comunidades vecinales, en todos los sectores donde haya una mujer capaz de ver en medio de esta oscuridad la luz de un futuro mejor para nuestra patria.
La Asamblea Nacional Constituyente es la vía que proponemos a una dictadura que ya muestra su verdadera cara. Una asamblea con todo el poder para enrumbar la economía, atender los problemas sociales acumulados, lograr la unidad nacional.
Organizadas y sin miedo caminemos en silencio. Que tiemblen Nicolás Maduro y sus esbirros a nuestro paso.
¡Vivan las mujeres venezolanas!
¡Cese a la represión!
¡Organiza la Rebelión del Pueblo en Asamblea Populares!
¡Hacia la Asamblea Nacional Constituyente!