Este 26 de junio pasado Tibisay Lucena, como voz del CNE y evidentemente del propio régimen, sorprendió a la opinión pública por su anuncio oficial y mediático sobre la «reglamentación de sexo para las candidaturas parlamentarias» con un mínimo de 40% y un máximo de 60% de candidatas. Pero quienes no deberían haberse sorprendido son los partidos políticos adscritos a la MUD, que habían hecho pública días antes una maqueta electoral que solo llegaba, a duras penas, a un 13% de representación de mujeres candidatas, y en su mayoría suplentes.
Ya las Mujeres organizadas, incluso desde la misma MUD con el Frente Nacional de Mujeres, habían advertido a esta dirección política la necesidad de respetar la paridad de género tal como lo señala Evangelina Prince (EP) en una respuesta que da a Margarita López Maya (MLM) sobre comentarios de esta ante la decisión del CNE, donde planteó, entre otras cosas, la extemporaneidad de la decisión.
EP dice que fue inesperada solo mediáticamente puesto que ya la MUD sabía que eso pasaría, y cito textual a EP: “Aunque la lucha de las mujeres de los partidos demócratas integrados en la MUD y de las Organizaciones Civiles para lograr tal decisión en la materia fue ampliamente avisada en sus implicaciones, desde hace más de un año y en lo inmediato, desde febrero de 2015, hubo numerosos eventos, solicitudes, diligencias que se hicieron ante el CNE, ante la propia MUD, la entrevista solicitada por el Frente Nacional de Mujeres a Chuo Torrealba para entregarle la propuesta del Frente, el evento multipartidario realizado hace dos meses para publicitar con apoyo colectivo la solicitud y a la cual no concurrió la MUD, ni Torrealba, sino unas muy pocas compañeras hoy en cargos legislativos, nacionales y regionales». Suficientes pruebas de que sin dudas no fue inesperada esta decisión del CNE para la MUD.
Sin embargo, parece que se empeñan en subestimar a la opinión pública y a la capacidad de las mujeres, protagonistas de años de lucha, que son parte activa de los antecedentes legislativos y políticos del contenido y fondo de esta decisión. Escuchamos penosas declaraciones del secretario ejecutivo de la MUD, Chúo Torrealba, rechazando el reglamento sobre la paridad de género por «ilegal e inconstitucional». Solo fue capaz de ver la maniobra electoral del Régimen pero no pudo ver el fondo y plantearse una posición de rectificación y autocrítica que dignificara a las mujeres y al nombre que representa, la MUD. Debemos entonces suponer que ¿habrá democracia posible excluyendo a más de la mitad de la población? Sin nombrar a otr@s también excluid@s.
Apostamos por la capacidad de poder separar las malas intenciones del CNE, que las tiene de sobra, de la justeza de la aplicación de normas de paridad en forma de cuotas para que muchas luchadoras, siempre excluidas, entren al ruedo electoral, garantizando nuestros derechos políticos no solo a elegir sino también a ser electas. La Democracia a la que aspiramos es una en la que no deba ser necesario que el CNE «obligue» a la paridad, sino que sea un acto cotidiano de derechos políticos garantizados y esculpidos en las conciencias ciudadanas de toda la población. Pero eso aún no se ha logrado. Mientras tanto, las medidas positivas, como las normas de cuotas, deben ser aplicadas y ser la bandera de lucha de todas las verdaderas organizaciones democráticas y de quienes luchan de verdad por superar este régimen, incluso antes de que el mismo régimen utilice estas luchas como argumento de manipulación política electoral, como es nuevamente el caso.
Por otro lado, en el país sobran mujeres con competencias para ser diputadas en la AN que pertenecen a los partidos y en las organizaciones sociales (comunitarias y medias) y que siempre terminan en «la cola del león»; mujeres con méritos suficientes que trascienden con creces “la palanca o la recomendación” y recibirían el apoyo entusiasta de la población venezolana.
Con mujeres, jóvenes y otros sectores excluidos como la diversidad sexual y líderes/as populares y sociales que reciben el cariño y respeto del pueblo porque le ha acompañado en sus luchas contra este régimen, podemos hacer una maqueta electoral que represente la verdadera diversidad de la unidad opositora, y arrasaríamos en la AN. Solo así podríamos hablar de que llegar a la AN sería un paso hacia la salida del régimen. De resto, sería un acto de relegitimación de un sistema político aberrante. Esperemos que esto sea asumido como una gran oportunidad política para avanzar, sea por la MUD, o por los sectores que sí están dispuestos a incluir y avanzar en la lucha por la reconquista de la democracia y la libertad.