Comparto excelente artículo publicado por los amigos de El Libertario. Desenmascaran con verdades y contundencia la farsa de este régimen despótico respecto a los caídos durante el bipartidismo y la protección e impunidad que tienen sus asesinos en esta farsa llamada chavismo
«Continuación del espectáculo macabro que nunca termina. Es esa y no otra la única frase que se me ocurre cuando enciendo la TV hoy martes 5 de febrero.
Las cúpulas gobierneras del chavismo hoy se dedicaron a reforzar el espectáculo televisivo y mediático que ha caracterizado a esta administración leguleya y sátrapa de hoy y de ayer. Y es que no volverán, no. No volverán porque nunca se fueron.
Un homenaje que se rinde a un joven desaparecido hace 40 años si, pero la impunidad y el silencio de quienes hace mas de veinte años fueron muertos por las armas de las fuerzas armadas nos recuerda que las practicas siguen siendo las mismas; crimen de estado, impunidad como practica de salvaguardar a los asesinos de ayer que curiosamente ocupan puestos en el gobierno de hoy.
Y como no; la instrumentalización de esas perdidas dolorosas a los familiares como demostración de una efectividad espectacular. Pero claro; sesgada por los vínculos de los asesinos con el estado venezolano.
Rodriguez Chacin personero de la campaña de propaganda del partido político PSUV y hoy gobernador del estado Guarico es, amigos lectores, ni mas ni menos que un militar asesino. Él es el responsable directo y material de la muerte a tiros por la espalda de ni mas ni menos que 14 pescadores (como mínimo) asesinados por allá en los primeros años de la década de los 80. Décadas en las que este asesino, y algunos mas que hoy se comen esos refrigerios y degustan vinos buenos en ese espectáculo televisivo; se dedicaban a perseguir a los guerrilleros en las fronteras del estado fascista y asesino que juraron defender. Y claro, de ellos son no solo los guerrilleros muertos sino todos los falsos positivos que en su momento crearon; como los falsos positivos del Amparo y el Amparito.
Un falso positivo es un muerto disfrazado de guerrillero. Un rompecabezas armado de la manera mas vil, calculadora y asquerosa posible. Cosas que les enseñan a estos señores durante el honorable servicio de defender con honor la patria.
Entonces tenemos que este asesino impune es ahora un representante del estado de derecho. Y como cada oreja, perdón oveja, se junta con su rebaño, era de esperarse que un asesino en la gobernación se rodee de sus afinidades. Efectivamente. El gobernador Rodriguez Chacin colocó a ni mas ni menos que a Fernando “oreja” Rivero como “secretario de desarrollo social” del estado Guarico. Este pistolero tarifado fue el autor material de un ataque armado a un joven que formaba parte de los cuadros del Partido Socialismo y Libertad. Un ataque armado con testigos oculares que se archiva en las gavetas de la justicia venezolana. Y una recompensa de pago rápido a Fernando Rivero quien ahora sera el encargado de poner en marcha las escuelas del pensamiento de los cuadros del partido PSUV.
No es necesario comentar aquí que en un futuro se usaran cualquier otro evento de sangre para demostrar como “trabaja” la administración publica. Seguramente dentro de 30 años los gobernantes se llenaran la boca diciendo que han esclarecido el crimen de la cárcel de Uribana y como no, la masacre del Amparo. Sus responsables estarán muertos o tendrán inmunidad diplomática y el show tendrá otro color quizás que no sea el rojo. Tendremos de nuevo el circo mediático y la boca atapusada de arepas con queso rallado y margarina. Pasaran los años, se engrosaran los cifras de muertos. Porque, no seamos ingenuos; Ahora es que viene la verdadera arremetida del control estatal. Y de nuevo, no seamos ingenuos; nada tienen que temer la burguesía nacional. Probablemente ella esta ahí, sentada en ese evento o emulando que no va, pero contando los espectaculares también ingresos de la banca. Contentos por supuesto. Todo un día de júbilo televisivo.
Cómplices de ayer, de hoy y de siempre. Protagonistas de la única telenovela que jamas termina en este país; la traicionera.»