Publicamos un artículo de Carlos Javier Arencibia, estudiante de Comunicación Social en la Universidad de Santa Rosa y dirigente nacional de la Unión de Jóvenes Revolucionarios, juventud del partido Bandera Roja. Dicho artículo fue publicado el 21 de noviembre en Primicias24.com. El contenido de este artículo tiene plena vigencia ante la «saltada de talanquera» del diputado suplente Ricardo Sánchez.
Primicias24.com.- Esta reflexión tiene como objetivo central utilizar el ejemplo como argumento para manifestarle al país, sobre todo a los jóvenes, que debe existir una mayor madurez política a la hora de elegir quiénes son los lideres que dirigirán movimientos, campañas, proyectos, acciones… que transformarán o mantendrán lo establecido.
Se debe aprender a decantar, como un embudo, las cientos de voluntades que aspiran dirigencia, para desplazar a los que ya se encuentran viciados desde los inicios y, de acuerdo a los contextos, saber para qué es útil tal o cual persona en tal o cual momento. No hay que caerse a mentiras, uno sabe cuándo alguien está propenso a hipotecarse.
De allí que cada año los cientos de jóvenes venezolanos que desean ingresar a universidades autónomas, como una forma de superación material y espiritual (la mayoría de ellos no pueden pagar la matrícula de las privadas) caigan en las fauces de pseudolíderes estudiantiles que hacen de esta lucha histórica un instrumento mercantil.
Estos muchachos que, en su mayoría, se esfuerzan por mantenerse económicamente, se identifican rápidamente con los centros de estudios (proceso natural pensado por la Universidad), y se queman las pestañasestudiando, suelen ser presas de algunos bandidos que utilizan sus cupos para hacer carrera dentro de la falsa política y amasar riquezas desde cualquier resquicio que les permita el poder.
Tal es el caso del diputado a la Asamblea Nacional Ricardo Sánchez, quien desde hace 11 años posee un cupo en la Universidad Central de Venezuela (UCV), primero en la Escuela de Derecho donde acumuló un índice académico de 03 y luego, tras un cambio ilegal para que pudiera optar a la relección en la Federación de Centros Universitarios, pasa a la Escuela de Estudios Internacionales donde no mejoró su brillante record.
Ricardo Sánchez es reconocido por sus luchas a favor del presupuesto universitario, las providencias estudiantiles, y toda una serie de denuncias valederas a favor del gremio y el país. Sin embargo, es importante preguntarse para qué. Quizá se trate de una persona hartamente desprendida que quiere para los demás los beneficios que no disfruta, cosa que no creo, porque desde hace rato hubiera cedido su cupo a alguno de los jóvenes que vive acusando de delincuentes, quienes pudieran caer en malos pasos por la dificultad de ingresar al sistema de educación superior porque, sin merecerlo, otros vagan por esos espacios
Vemos cómo cada semestre se gradúan cientos de jóvenes venezolanos en sus 3, 4, 5 o 6 años correspondientes a la carrera, quizá un tiempo más que puede responder a particularidades personales, o hasta menos haciendo verano y esforzándose, algunos alejados de su familia y en circunstancias realmente difíciles; entretanto, oportunistas utilizan la voluntad de otros que los hacen dirigentes para posicionarse, darse vuelta y ceñirles una decorosa patada por detrás.
Qué puede pensar la juventud venezolana de una persona que se autodeclara su representación en el parlamento, pero cuyo liderazgo es dirigido simplemente al calentamiento de pequeñas cuotas de poder, ante las cuales es capaz de doblegarse al mejor postor
Uno de los métodos fundamentales para liderar y persuadir es el ejemplo. En ese sentido, estoy seguro que la juventud venezolana no quiere ver más personajes inefables llevar los estandartes de movimiento estudiantil alguno.
No es inexorable para ser dirigente, ser el hombre con mayor conocimiento o genialidad, pero sí es necesario un valor humano supremo: la ética.
Yo, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Santa Rosa, que trabajo como el 80% de mis compañeros para pagar mis estudios, aspiro que los nuevos liderazgos que vengan en Venezuela sean los mejores. Y si no es así, ver a un pueblo maduro que destierre al ostracismo personal todos los “vivos” que no han podido deslindar la política del mercado.