La expresión quintacolumna nace en uno de los episodios de la historia universal más conmovedores. Al inicio de la Guerra Civil española, el general Mola -uno de los principales protagonistas del golpe de Estado de julio de 1936 contra la República española- acuña la expresión cuando:
… Mola, “el Director”, fue el encargado de planificar la táctica del golpe y el que estableció el plan a seguir. Durante la 1ª fase de la Guerra Civil, cuando los sublevados avanzaban hacia la capital en agosto de 1936, Mola fue entrevistado por un periodista. Éste le preguntó cuál de sus cuatro columnas entraría primero en Madrid a lo que el general respondió de la siguiente manera: “Lo hará una quinta que ya está dentro de la capital”. Se refería a parte de la población madrileña simpatizante con el golpe y de la que esperaba trabajasen clandestinamente por la victoria de los sublevados. Sus intervenciones fueron variadas: difusión de información para minar la moral de la población y así facilitar la entrada de los insurrectos, recopilación de informes sobre cuestiones militares o la dotación de asilo a represaliados y perseguidos o confección de planes de huida hacia la zona “nacional”.
La fuerza semántica del término, por tanto, proviene de un hecho histórico cuya dimensión trágica y sublime para el movimiento comunista internacional se ha expresado en todas las manifestaciones artísticas. En la música toda, en sus himnos y canciones. En la pintura, entre las que destaca el Guernica de Picasso. En el cine. En general, la cultura universal se vio enriquecida con la obra inspirada en la Guerra Civil. La pasión desbordada como la plasma Hemingway en su gran obra Por quiên doblan las campanas, acompañada, entre muchas otras, por Soldados de Salamina, La lengua de las mariposas de Manuel Rivas, bello cuento llevado a la pantalla en una cinta dirigida por José Luis Cuerda. La poesía -donde destaca Miguel Hernández, acompañado por Alberti, Vallejo, entre otros- deja una impronta en la cultura universal.
En fin, la Guerra Civil española es un episodio que debía dejar profunda huella en el mundo entero en lo artístico tanto como en lo político e ideológico. Las controversias sobre este hecho histórico no cesan, se avivan. Menos la referencia hacia la deleznable conducta de los quintacolumnistas, solo reivindicada por reaccionarios de todo tipo.
La fuerza semántica que van a adquirir algunas palabras durante la Guerra Civil Española es el resultado de la magnitud de la contienda cuando las grandes aspiraciones redentoras, revolucionarias y libertarias del pueblo español se ven frustradas por la criminal acción del fascismo español e internacional, junto a la Alemania nazi y el fascio italiano. Del lado republicano y revolucionario, las brigadas internacionales expresan la solidaridad de los pueblos del mundo en su máxima expresión.
De esta manera se acuñan palabras cuyo uso en las consignas y la jerga cotidiana va a convertirlas en categorías, esto es, palabras que van a integrar, cada una de ellas, nociones abstractas en que se encuentra organizada la realidad. En el caso de la España convulsionada por la guerra fueron muchos los términos que alcanzan tal dimensión. Estas categorías y su contenido saltan las fronteras de España y se difunden por el mundo entero, se internacionalizan, adquieren vida más allá de España. Mientras, en medio del conflicto, acusar a alguien de “rojo” conllevaba condena de muerte si se era apresado en los sectores controlados por los fascistas. Luego de la derrota republicana, tal señalamiento las más veces conducía a la muerte, la tortura, la cárcel, y quienes lograban escapar la salida era el exilio. “Rojo”, republicano, “facho”, entre muchas, viajan por el mundo, en medio de consignas, canciones, poemas. Una de las categorías más negativas y despreciables fue la de quintacolumna por el papel que jugó en favor del fascismo.
En nuestro caso, en la experiencia venezolana reciente, en estos tiempos de confusión creada por el chavismo -caldo de cultivo para propiciar este espíritu abyecto- el gobierno chavista ha estado desarrollando una política cuyo objetivo es precisamente crear una quintacolumna dentro de la oposición. Los llamados saltos de talanquera forman parte de esta política siendo su preámbulo la labor de zapa contra las fuerzas democráticas, creando confusión, sembrando escepticismo.
Indiscutiblemente algunas de las falencias políticas de la oposición contribuyen a que algunas de estas gentes justifiquen su labor, y a partir de aquéllas van a elaborar ideas y políticas inscritas dentro de la estrategia chavista. O, bien, dividiendo las fuerzas opositoras, como se expresa en el municipio Libertador.
Además, la prepotencia chavista, el uso de las instituciones del Estado en función de “contribuir” con quienes se inscriben dentro de esta política, hace aún más deleznable esta determinación de la política. Esto es, el chavismo pone recursos diversos al servicio de quienes asumen la felonía como política, desde dineros del Estado hasta instituciones como el Tribunal Supremo de Justicia.
La quintacolumna excretada de las filas de Bandera Roja ha jugado un papel nada despreciable. Contribuye con la confusión reinante. Como aspiraban los fascistas españoles: siembran especies para desmoralizar. Por ello se presentan como de oposición, pero planteando “alternativas” unitarias “nuevas”. Incluso, hablan con gente del partido y les manifiestan sus posiciones en favor de la salida democrática y en contra del oficialismo, mientras cumplen orientaciones que claramente favorecen al régimen despótico, en tanto que dispersan las fuerzas.
Aparte de esto, los quintacolumnistas no pierden oportunidad para propagar vilipendios contra dirigentes del partido sin sustento alguno que no sean sentimientos de odio y revancha. Ellos saben que debilitar una vanguardia de los trabajadores atenta contra un aspecto esencial de la política desde la perspectiva popular y revolucionaria. Cuestión que es de las que más favorecen al régimen despótico imperante en Venezuela y a quienes propugnan salidas continuistas en el sentido de mantener el actual esquema en la distribución de la riqueza.
La quintacolumna, de otra parte -nutriéndose de elementos inestables-, asume por momentos el discurso más extremista para atraer alguna que otra voluntad. Razones suficientes que permiten entender una problemática que encuentra terreno fértil en la descomposición ética y política de un grupo de personas que se han apartado del camino revolucionario. Que buscan algún espacio donde realizar aspiraciones que nada tienen que ver con el interés popular y nacional, ni con la perspectiva revolucionaria de los trabajadores venezolanos.
Teniendo su origen en la España revolucionaria y republicana, que sufrió de la acción de la quintacolumna franquista, hoy se repite la historia, tal vez, como dijera Marx, como comedia, dado que sus efectos -y lo decimos con mucha convicción- serán anulados por la firme respuesta de todo el colectivo de Bandera Roja y sólo quedarán como un episodio rayano en el ridículo.
Carlos Hermoso, Secretario General (adjunto) de Bandera Roj
Caracas, 17 de septiembre de 2013