La Plataforma Nacional de Conflicto (PNC) recorre Venezuela para debatir con base en una pregunta muy sencilla ¿Vamos bien?
El debate participativo y abierto en torno a los tableros del cese de la usurpación, en asambleas, con valiosos dirigentes sociales y políticos vinculados a todos los sectores, nos permite afirmar que somos un pueblo maravilloso, valiente, analítico, con un alto nivel de conciencia y decidido a luchar hasta poner fin a la dictadura que nos oprime y subyuga. Aunque agobiados por las terribles condiciones de sobrevivencia, el temple de organizarse y luchar hasta vencer sigue siendo firme y poderoso.
Esa es la respuesta a la coyuntura actual. Ha quedado demostrado que la fuerza para la liberación está en el pueblo organizado. Fuese cual fuese la vía de desenlace o el tablero en que se actuara, solo la presión interna, no como un elemento auxiliar, sino como determinante poder social, es capaz de lograr el cambio de régimen y la superación a esta tragedia impuesta por las mafias que usurpan el poder. Definitivamente Venezuela clama por una transformación y como protagonista de sus luchas, está decidida a conquistarla.
También coincidimos en que solo con una clara estrategia y con una verdadera organización del poder social, es posible desarrollar una rebelión popular consecuente en poner fin a la dictadura. Urge una conducción unificada y consensuada, firmemente democrática, combinada con una verdadera organización desde las bases, con participación real de los líderes naturales.
La experiencia nos demuestra que organizar no es solo agrupar personas, a ello hay que agregarle estrategia, objetivos, responsabilidades, debates, toma de decisiones, iniciativas y acciones. Basta de ser erráticos, de cocinar decisiones en macollas, de nada sirve el pescueceo y las figuraciones, basta de ensayos e improvisaciones, es indispensable un plan estratégico que nos lleve a la victoria, sobran las condiciones materiales para lograrla.
Es imperativo hacer de TODAS LAS LUCHAS, UNA SOLA LUCHA. La coyuntura nos indica que es momento de levantar nuestro espíritu combativo, de sacar todas las ganas de poner fin a la dictadura y sus miserias, de empoderar a la dirigencia de todos los niveles. Por eso, es momento de sumar, organizar, formar, articular y luchar. Hay suficiente madurez para escalar en formas de organización y lucha hasta concretar un movimiento que se unifique en una determinante acción nacional. Esa es la verdadera unidad, la unidad para luchar hasta que cese la usurpación, la unidad para construir una nueva democracia.
Indispensable que avancemos hacia una unión que integre y respete la diversidad. La unidad no puede seguir siendo una simulación. La verdadera unidad debate y acuerda, consulta y no impone. Unidad sin consenso, sin cohesión, sin confianza, sin estrategia, no es unidad. La unidad superior no es desde los cogollos, aunque allí sea donde más se necesite, la unidad superior es dar paso a la participación desde las bases, para construirla.
La solidaridad entre nosotros, que es diferente a ser solidarios con la gente, requiere elevar los niveles de conciencia, de sensibilidad social y hacernos cooperativos en la acción permanente. Un pueblo que se ayuda, que lucha unido, transciende y supera lo clientelar de las dádivas más o menos generosas de la clase política. Se trata de dotar de herramientas de conciencia, solidaridad y ciudadanía como una forma de construir una nueva democracia.
Desde la PNC seguimos trabajando, como una plataforma de lucha, promoviendo el análisis de la coyuntura, el debate, la organización y la acción estratégica. Nuestro quehacer permanente está orientado a estimular la integración de sectores, con amplitud y democracia, con visión de lucha. Convencidos de la unión como fuerza, estamos decididos a propagar con la práctica … Todas las Luchas, Una Sola Lucha