A cincuenta días de rebelión democrática contra la dictadura, y de soportar represión férrea por parte de los órganos militares, policiales y de fuerzas paramilitares a su servicio, podemos resaltar la decisión del pueblo venezolano de salir del régimen.
El dictador, en su afán de enfriar la calle y ganar un tiempo, desesperado tira al campo político el humo de la constituyente con lo cual pretende distraer y desviar el objetivo central de la resistencia civil y democrática, con ella factores tarifados le hacen el coro y enfilan su verbo en esta propuesta, que en contra de lo que exige el pueblo en rebelión, atornilla al régimen en los espacio del poder del estado.
Más de 40 muertos en más de 40 días de represión y enfrentamiento con los sectores paramilitares a zonas residenciales y populares, nos demuestran que este pueblo perdió el miedo y desarrolla su capacidad de defensa por encima de la dirigencia, que no solo siente que este se les está saliendo el control de las masas en la calle, sino que también se les pudiera agotar el tiempo si no se pone a la altura de los acontecimientos.
Hay que insistir, seguir en la lucha, mantener la resistencia hasta la caída del régimen, cosa que pudiera ocurrir en cualquier momento sin obviar la capacidad de maniobra que la dictadura aún tiene en sus manos.
Sin embargo también existen factores que ven como una mejor salida mantener el régimen existente. Nos referimos a la oligarquía financiera, la cual en estos años de estafa que ha significado el chavismo en el poder, es el sector que más ganancias han obtenido con la política económica instrumentada por el chavismo en 18, condición envidiable por otros sectores, en especial por los trabajadores, que solo reciben migajas con aumentos de salarios ante una inflación que ya sobre pasa los 3 dígitos. Asimismo, representantes de diversas industrias en un amplio marco de ramas de la producción se han acercado al régimen para formar parte de su programa de activación nacional de la industria, con lo cual obtiene jugosas ganancias sin importar el sacrificio que está pagando nuestro pueblo. Parte del viejo capital y la boliburguesía mantienen la defensa de sus intereses, de su inversiones y de sus riquezas sin importarle los altos niveles de desempleo, de desabastecimiento y de inflación que cada día devora ferozmente el poder adquisitivo de los trabajadores, que por más aumento de sueldos que decrete el régimen simplemente se queda en el papel porque la inflación no tiene control alguno y minimiza la posibilidad de obtener más productos de la cesta básica. Eso aumentos de salarios son solo un ilusión momentánea porque al pasar de los días el aumento se disuelve por los altos precios de los productos de primera necesidad, aumentando el desespero y la frustración.
Cuarenta días de resistencia, cuarenta días de lucha, cuarenta días de rebelión, de sacrificio de vidas entregadas por la libertad. ¿Cuántos días más faltan para liberación? Solo el pueblo responderá en la calle esa pregunta, solo el pueblo en la calle marcará el fin de la dictadura, solo el pueblo construirá su nuevo camino a la libertad.