Valió la pena el sudor de los hombresque lucharon en las aceras de mi cuadra,en el campo de juego,frente a la casa de Roberto. Mientras los niños escondidos e inciertos exigen el paradero de su padre ausente, el fuego de las balas a quemarropaarrasa por doquier ahuyentando alinsurgente.Valió la pena el sentir de nuestroshermanos,encaminados a la conquista de sus ideales.Valió la pena la roja sangre de los caídosdurante el desigual combate,cuya remembranza exalta el vivirdeliberadamente,de quienes vencidos por la suciedadlabraron las armas que aprehenderán losflameantes rebeldes.