CONTRA LA DEVALUACION,
AUMENTO GENERAL DE SUELDOS Y SALARIOS
Durante los últimos 12 años, los venezolanos hemos presenciado la más grande estafa en la historia política de nuestro país. Los ahora llamados «revolucionarios» y su «revolución bonita», valiéndose de una impresionante y grosera estrategia comunicacional, afirman, día a día, que han llegado para quedarse, para reivindicar a los más pobres, para avanzar hacia un supuesto «socialismo bolivariano» que, según ellos, beneficiará a los trabajadores y a los más humildes.
Los hechos dicen lo contrario. La economía venezolana es cada día más dependiente de la renta petrolera, y el gobierno nacional avanza en una política sistemática de destrucción del aparato productivo y la industria nacional, favoreciendo la importación y a las mafias que se esconden tras ella. Las grandes transnacionales y la oligarquía financiera internacional han visto incrementadas sus ganancias, consecuencia del entreguismo y el carácter neoliberal del actual régimen.
Los trabajadores sufrimos el deterioro de nuestra calidad de vida y el desempleo creciente. La recién anunciada devaluación de la moneda, cargará en los hombros de los trabajadores, el peso de una crisis generada por la ineficiencia y la incapacidad del gobierno de satisfacer los intereses reales del pueblo.
Ante el creciente descontento y la protesta de los trabajadores, el régimen chavista ha mostrado su verdadero rostro antiobrero y autoritario: la criminalización de la protesta y el permanente ataque a la libertad y autonomía sindical, se expresan en olas de despidos masivos tanto en empresas del estado como en organismos de la administración pública, donde los trabajadores han decidido organizarse y ejercer sus derechos, frente al desconocimiento de nuestras reivindicaciones por parte del patrono – estado.
El caso de Rubén González, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera Orinoco, quien lleva más de un año preso luego de haber encabezado una huelga en reclamo de reivindicaciones para los trabajadores del sector, constituye un ejemplo de la ofensiva que el gobierno ha lanzado contra los trabajadores y fundamentalmente contras las organizaciones sindicales que le hacen frente a su política hambreadora. El despido de 18 trabajadores tribunalicios adscritos a los Tribunales del Trabajo en Caracas, quienes realizaron una protesta exigiendo contratación colectiva y aumento de salarios, es otra muestra del autoritarismo.
La política de expropiaciones, lejos de significar un avance en materia de reivindicaciones y adquisición de derechos para los obreros, se ha convertido sin duda, en un retroceso en la calidad de vida de estos, ya que el nuevo patrono desconoce las contrataciones colectivas existentes y se niega a discutir y aprobar nuevas contrataciones que signifiquen mayores beneficios para la masa trabajadora.
Frente a esta arremetida, a los trabajadores no nos queda otro camino que la organización y lucha. Enfrentar y desenmascarar a un gobierno que se ha convertido en el principal enemigo de la clase obrera, requiere de la más amplia unidad y de un enorme compromiso para avanzar juntos hasta alcanzar nuestros objetivos. La creación del FRENTE AUTÓNOMO NACIONAL EN DEFENSA DEL EMPLEO, EL SALARIO Y EL SINDICATO (FADESS), con la incorporación de organizaciones sindicales y de base de los trabajadores a nivel nacional, es una demostración de ese compromiso, una iniciativa que surge del descontento y la protesta, de la firme convicción de rescatar a las organizaciones sindicales y convertirlas en verdaderos instrumentos de lucha, al servicio de los intereses de los trabajadores.
Exigimos un aumento de salario justo que mejore nuestras condiciones de vida, una política de seguridad social y de construcción de viviendas dignas que responda a nuestras necesidades reales; el cese a la ofensiva antiobrera, de la criminalización de la protesta y del terrorismo laboral ha emprendido el gobierno; así como la libertad para quienes han sido encarcelados y el inmediato reenganche de quienes han sido despedidos. Basta de engaños y de atropellos a la clase obrera.
Solo con unidad, organización y lucha, alcanzaremos mejorar nuestras condiciones de vida y legaremos para nuestros hijos una sociedad verdaderamente justa e igualitaria.
Que tiemblen quienes pretendan arrodillarnos, quienes crean que con la fuerza y la represión detendrán la lucha de los trabajadores, hoy más que nunca reafirmamos nuestro papel histórico de combate y sacrificio y nuestra inquebrantable voluntad de luchar hasta alcanzar la victoria.


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