Por: Katiuska Huerta
valio la pena |
Valió la pena el sudor de los hombres
que lucharon en las aceras de mi cuadra,
en el campo de juego,
frente a la casa de Roberto.
Mientras los niños escondidos e inciertos
exigen el paradero de su padre ausente,
el fuego de las balas a quemarropa
arrasa por doquier ahuyentando al
insurgente.
Valió la pena el sentir de nuestros
hermanos,
encaminados a la conquista de sus ideales.
Valió la pena la roja sangre de los caídos
durante el desigual combate,
cuya remembranza exalta el vivir
deliberadamente,
de quienes vencidos por la suciedad
labraron las armas que aprehenderán los
flameantes rebeldes.