Manipulación desde la infancia
El Consumismo puede referirse tanto a la acumulación, compra o consumo de bienes y servicios considerados superfluos como al sistema político y económico que promueve la obtención competitiva de riqueza como signo de status y prestigio dentro de un conjunto social. El consumo a gran escala en la sociedad contemporánea compromete seriamente los recursos naturales y el equilibrio ecológico. El consumismo, entendido como obtención desaforada, idealiza sus efectos y consecuencias asociando su práctica con la obtención de la satisfacción personal e inclusive de la felicidad personal El Compro, luego existo, en sustitución del Pienso, luego existo. Es esa necesidad que poseen unos cuantos de cambiar continuamente sus teléfonos móviles, por miedo a perder status social, a ser menos que sus pares. Es lo que obliga a miles de personas a realizar filas frente a las tiendas para comprar, por ejemplo, un iPhone. Es ese enceguecimiento, esa compulsión, que nos obliga a adquirir algo previamente de preguntarnos si verdaderamente lo necesitamos. Lo peor del caso es que ha quedado demostrado que la felicidad no se puede comprar. Las sociedades ricas, presas del consumismo, son las que, estadísticamente, registran más grandes casos de depresión, alcoholismo, crimen, ansiedad, obesidad y suicidios. Ya lo dicen en la película El Club de la Pelea: “La publicidad nos posee persiguiendo autos y ropas, laborando en trabajos que odiamos para adquirir cosas que no necesitamos”.

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