No habían transcurrido 24 horas del controversial anuncio del CNE que proclamaba triunfador al candidato del gobierno, Nicolás Maduro, por un margen apenas superior a 1 por ciento, cuando todo el régimen despótico ―empezando por el gobierno nacional, seguido por el CNE, la Fiscalía, la Defensoría, el Tribunal Supremo y cerrando los cuerpos policiales y de seguridad del Estado― toma la vía de atropellar y reprimir la gigantesca protesta popular que solicita el recuento total de los votos, acompañando la solicitud formal y legal hecha por el candidato de la Unidad Democrática, Henrique Capriles.
Esta “santa alianza” institucional ha querido hacer ver que el requerimiento electoral es parte del inicio de un golpe de Estado y ha llamado a sus seguidores a confrontar violentamente la protesta popular, especialmente sus colectivos armados y sus frentes de choque. Y ha hecho uso de una táctica típicamente fascista, como es el uso de sectores civiles armados para enfrentar el pueblo en la calle, e incluso utilizan infiltrados y disfrazados, para construir falsas agresiones contra sus propios seguidores, locales partidistas o sedes de instalaciones públicas. Fascismo del más puro, donde la mentira, el cinismo y el fariseísmo son desplegados en su extendido sistema de propaganda, intentando convertir mentiras en verdades y construyendo “realidades” que les sirven para dar soporte “legal y jurídico” a las acciones represivas contra los luchadores democráticos.
Acertadamente, Henrique Capriles, como vocero de la MUD, ha denunciado toda esta componenda represiva y antidemocrática de las distintas instituciones y ha llamado a no caer en provocaciones, para no dar cabida al desarrollo del plan fascista que ha orquestado este régimen autoritario. Esto no significa miedo ni falta de valentía, sino una orientación correcta para evitar que nuestras acciones sean utilizadas para desviarnos del objetivo principal, que es evidenciar los miles de atropellos, ventajismos y violaciones ocurridos durante el día de las elecciones, y que configuran un claro cuadro de irrespeto a la verdadera voluntad popular expresada en los votos ese domingo 14 de abril.
Bandera Roja condena esta razzia represiva y llama al pueblo a no desmayar en la exigencia de reconteo voto por voto, en paz pero en férrea lucha, pues seguro estamos de que así se evidenciarán las trampas que ocurrieron no solo el día de la votación sino toda la estructura parcializada, desigual, chantajista y antidemocrática que concurre en los procesos eleccionarios. El ilegítimo presidente y el régimen autoritario ven en esta exigencia el fantasma de sus trapacerías, y por ello se resistirán e impedirán cualquier revisión que dé transparencia a los resultados electorales. La ilegitimidad se extiende como una aureola sobre el gobierno, y eso que aún no ha sentido la presión que significa dar respuestas a la crisis económica y social en que está sumido nuestro país. Si el régimen decide continuar por este camino represivo, se topará con un pueblo que estará unido más allá de sus preferencias electorales, pues estará reclamando salarios y sueldos dignos, contratos colectivos, viviendas, seguridad personal y social, servicios públicos eficientes, vialidad, electricidad, agua…
La nueva mayoría política que comenzó a mostrarse el pasado 14 de abril tiene el reto de transformarse en una nueva mayoría social alrededor de un programa de Salvación Nacional, que apunte hacia un cambio de fondo de las injustas y desiguales condiciones de vida de nuestra población, que acelere nuestra verdadera independencia política y económica, que asegure una soberanía que no se quede en palabras vacías sino que de verdad esté apuntalada en un desarrollo de todas nuestras capacidades productivas. Libertad, democracia, desarrollo, soberanía y progreso deben dejar de ser meras palabras altisonantes y tener vida en cada uno de los venezolanos que sentimos nuestra la patria.
En lo inmediato, llamamos a defender a quienes sufren los rigores de la represión, a quienes se les ha acusado por participar en los actos de protesta pacífica. Llamamos a denunciar por todos los medios las tropelías, abusos y violaciones de los derechos humanos y de los derechos ciudadanos. Y, por último, creemos pertinente asumir con brío la jornada del venidero 1º de Mayo, para exigir las reivindicaciones sociales y económicas de la clase obrera, de los trabajadores en general, de los gremios profesionales, de los universitarios, de quienes trabajan en el campo y en la economía informal.
Es la hora de fortalecer la unidad del pueblo venezolano. Basta de llamar a la intolerancia y a la polarización que solo sirven para ocultar el deseo de un pequeño grupo de enchufaos de seguir viviendo a costa de la miseria y la pobreza con un falso discurso socialista.
RECONTEO VOTO A VOTO ¡YA!
LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLÍTICOS
CESE A LA INJERENCIA EXTRANJERA EN LA FANB
QUE LA CRISIS LA PAGUE EL GOBIERNO, NO LOS TRABAJADORES
Caracas, 17 de abril de 2013
Vocero: Gabriel Puerta Aponte, Miembro del Comando Simón Bolívar
y secretario general nacional de Bandera Roja
Comité Político Nacional
Bandera Roja