En Venezuela hemos vivido desde el mismo nacimiento de la democracia moderna una suerte de “polarización obligatoria”. Cuando el Puntofijismo el argumento fue que para Construir la Democracia y enfrentar los vestigios de la Dictadura se necesitaban solo 2 Partidos y en la llamada “5ta República” se argumento que para superar a la 4ta república y defender la “revolución o proceso” éramos 2 bandos enfrentados. Así, hemos vivido 16 años de extrema polarización al mejor estilo de Goebells, estratega de propaganda y política del Fascismo.

Esta polarización ha traído terribles consecuencias para la población venezolana, con practicas sociales alejadas de nuestra cultura: como el odio entre familias, negación extrema de las personas diferentes, resentimiento social exponenciado, violencia política y chantajes de todo tipo. Situación que ha cercenado sistemáticamente los Derechos Humanos y en particular nuestros Derechos Políticos. Esta acción política no solo ha estado estimulada y promovida desde el régimen, que por su propia naturaleza autoritaria necesita estas estrategias para imponer su hegemonía, sino también ha estado presente dentro del sector opositor y de su desarrollo como fuerza política.

El sector opositor ha pasado por un proceso en estos 16 años manejando la contradicción entre ser una Plataforma de Luchas Sociales y Políticas que se plantee la superación del régimen en todas sus dimensiones o ser una plataforma electoral para competir por el Poder con el Régimen y solo cambiar los actores políticos y algunos detalles del accionar político, sin profundizar en el cambio necesario que la población venezolana espera y requiere.

La democracia ha sido debilitada como sistema político, sus postulados han mermado ya de manera evidente con consecuencias graves para la población venezolana. De la misma manera ya la Ciudadanía muestra señales de agotamiento y de una intensión cada vez mas clara, de romper esta polarización como única forma de superar la grave crisis general en la que estamos sumergidos. La última Encuesta IVAD Agosto 2015 nos da evidencias de esta situación: Para el 68,3% este Gobierno NO es Democrático y para 47,8% de las personas encuestadas el Gobierno Nacional es el mayor responsable de la situación de desabastecimiento/escasez, no dando crédito a los fantasmales argumentos del Gobierno para eludir su responsabilidad y además un 14.3% responsabiliza directamente Presidente Nicolás Maduro de esta situación. Lo que nos muestra que más del 62% de la población ubica en el Régimen la responsabilidad de lo que considera el 1er problema que le afecta, ya que un 81,8% de la gente considera el desabastecimiento su mayor problema. Esto evidencia un rechazo al Régimen que será reacomodado hacia los sectores opositores, dentro de los cuales, si no le hacemos culto a la polarización, encontramos una diversidad interesante. Esta clara división dentro de la fuerzas opositoras se evidencio en el año 2014 cuando un sector de la oposición acompañó al pueblo en sus protestas de calle, como forma de lucha ante el régimen, mientras otro sector llamaba al diálogo con un régimen que reprimía y encarcelaba a miles de venezolanos y venezolanas. Hoy el pueblo venezolano diferencia claramente tanto al Régimen como a los diferentes sectores de la oposición como una señal de mayor conciencia democrática.

Vemos como si bien aún encontramos una polarización en la preferencia electoral con un 19,3% hacia el PSUV, un 57,5% hacia la “oposición” hay un 22,8% que se ubica en No sabe. Cuando vemos con lupa estas cifras encontramos en el ítems de bloques políticos, de la misma encuesta IVAD, la siguiente conformación: Oposición 43.8%, Independientes 34,3% y Oficialismo 21.9%. Y al enfocar mas estos Bloques de manera situacional encontramos la siguiente composición: Prooposición 36,6% , Oposición(MUD) 31.9%, Oficialismo (PSUV) 21.8% y Prooficialismo 1,2%.

Esta es una clara tendencia a despolarizar el escenario político como evidencia de una necesidad de ampliar la Democracia y no dejarse atrapar en una falsa polarización, ahora abiertamente promovida desde el PSUV y la MUD como polos interesados en ella.

La fuerza de la conciencia democrática del pueblo venezolano, asfixiada hasta hoy en medio de esta polarización que limita la reflexión y nos coloca en una seudodemocracia, se empina ante esta realidad, se abre camino y opta por una ALTERNATIVA INDEPENDIENTE.

Queda de este sector opositor hacer el esfuerzo consciente de transformar esta intención en acción política que pueda ser contada en votos este 6 de diciembre y lo mas importante que pueda convertirse en una plataforma organizativa de luchas sociales y políticas basada en una UNIDAD SUPERIOR que trascienda las siglas partidistas excluyentes y que de al traste con el Régimen y con este nuevo bipartidismo entre el PSUV y la MUD que menoscaba la democracia que la mayoría aspira construir.

Sí hay Alternativa Independiente, sí hay una fuerza social y política dispuesta a la Reconstrucción Nacional.

Parte de la Encuesta IVAD Agosto 2015
Parte de la Encuesta IVAD Agosto 2015

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