Este documento histórico fue realizado con nuestra participación y acuerdo pleno, y conforme a lo ocurrido en la Conferencia de octubre de 2002 en Copenhague Dinamarca (fue publicado en enero de 2003)
Introducción
1- Durante la Conferencia Internacional que tuvo lugar del 16 al 20 de octubre de 2002 en Copenhague, Dinamarca, un incidente condujo a una crisis que desde hace tiempo estaba latente en el seno del movimiento comunista marxista-leninista.
2- Lo que podemos llamar incidente se produce a partir de la posición de enfrentamiento y de lucha del Partido “Bandera Roja” de Venezuela contra el gobierno de Chávez y la condena de esta posición por parte de algunos partidos comunistas m.l. latinoamericanos presentes en la Conferencia Internacional.
Nuestro partido, el Partido Comunista de Benin (PCB) planteó la suspensión de una de las sesiones de la Conferencia para evitar una degeneración estéril de esta crisis y para permitir situar los verdaderos problemas que se plantean al movimiento y para ayudar a encontrar las más correctas soluciones.
3- Nuestra posición, claramente expresada en la Conferencia, ha sido de saber si el bolivarianismo era una posición revolucionaria en sí misma o si, desde la gran revolución de Octubre 1917, para hacer una apreciación exacta y buscar los verdaderos principios marxistas-leninistas había que ir a otra parte cuando era necesario definir la táctica de los partidos marxistas–leninistas. Para ilustrar nuestras posiciones, hemos indicado como, en la época habíamos:
Primero: condenado las posiciones del Partido de Trabajo de Albania (PTA) que consistía en la invitación a sus reuniones a organizaciones pseudo-revolucionarias del Partido de la Revolución Popular de Benin (PRPB) de Kérékou. Recibimos excusas por parte del PTA, en aquella oportunidad.
Segundo: apoyado al Partido Comunista Revolucionario Voltaico (PCRV) en su combate sin cuartel contra el régimen de Sankara y condenado las posiciones del PTA que consistía en pedir el apoyo por parte del partido comunista voltaico a este régimen.
Después, hemos recordado esta situación que perdura y que consiste en que no nos fijamos claramente sobre los principios que sostienen nuestras respectivas actividades. Esto es la fuente de nuestras incomprensiones y de las limitaciones para darnos cuenta correctamente de los progresos que cumplimos dentro del marco de amistad y solidaridad entre los partidos.
4- Felizmente y una vez mas, ha sido unánimemente decidido que la próxima conferencia se realice alrededor del proyecto del llamamiento de los principios, proposición hecha por los camaradas mexicanos. Dejamos sentado en acta que nuestro partido producirá este proyecto y el Partido “Bandera Roja” de Venezuela se sumó a esta idea. Recordamos a todos los participantes que no hubo oposición alguna a nuestra proposición ni a la participación de los camaradas venezolanos para la realización de este proyecto.
5- Una dirección correcta de los debates realizados necesariamente debería de haber presentado la proposición hecha por nuestro partido antes de fijar cualquier plazo de presentación de documentos. Ahora bien, la dirección de la Conferencia concluyó en que presentaría un proyecto y que haría lo necesario para contactar a los participantes a fin de que estos presenten sus opiniones antes del mes de Mayo del 2003.
Es con gran sorpresa que en Noviembre del 2002, hemos recibido una carta del Comité de Coordinación, indicando en el punto 4 lo siguiente: “Concerniente a la próxima Conferencia, estamos en contacto con los camaradas huéspedes para definir una fecha oportuna. El orden del día… (?) estará centrado en las normas organizativas y de funcionamiento… (?) de la Conferencia y a más tardar en Enero del 2003, nosotros lo completaremos con un tema de actualidad y de interés general. En lo que concierne a las normas, el Comité Coordinador solicita de los partidos y organizaciones que envíen su opinión antes del 30 de Diciembre del 2002. Basándose en estos puntos de vista, el Comité Coordinador hará una proposición que servirá de base para la discusión. Si los Partidos y Organizaciones que han enviado sus opiniones desean que éstas sean conocidas por todos los miembros, deberán informarle al Comité a fin de que nos ocupemos de su difusión”.
Esta decisión conduce a dos problemas, a saber: la agenda definida en Dinamarca ha sido completamente ocultada. No solamente se habló y trató de normas organizativas (de hecho secundarias con respecto a los problemas presentados). ¡Las proposiciones sobre el proyecto de principios han sido completamente olvidadas!
6- Formulando nuevamente aquí, desde antes del mes de Mayo del 2003 el proyecto del llamamiento a los principios válidos para todos, el Partido Comunista de Benin obedece a una serie de principios y reglas:
- Él se acoge a las decisiones explícitas tomadas en la Conferencia Internacional que tuvo lugar del 16 al 20 de Octubre del 2002 y hace poco caso de los planteamientos que se presten a la confusión.
- Es fiel a él mismo y se otorga el deber de defender los principios internacionalistas hacia y contra las organizaciones que no convengan, a riesgo de quedarse solo.
- Es leal hacia las organizaciones con quienes contrae compromisos y está listo para trabajar con ellas aun si estas son minoría, sin preocuparse de herir la susceptibilidad de cualquiera.
- Da la garantía de trabajar en conformidad con los principios y adopta el derecho de combatir y de ayudar a combatir toda tentativa de favoritismo contrario a las normas proletarias.
7- En las proposiciones que seguidamente exponemos, tomamos en consideración, lo más escrupulosamente posible, las experiencias ya conocidas por todos de los Maestros desde la elaboración de los “principios del comunismo científico” con Marx y Engels, hasta el enriquecimiento de la III Internacional bajo la dirección de Lenin y Stalin.
Preámbulo
- De acuerdo con todo lo antes expuesto así como con todo el contenido del texto que seguidamente presentamos, el lector comprenderá fácilmente que hemos sometido el conjunto del proyecto al Partido “Bandera Roja” de Venezuela antes de presentarlo al conocimiento de las otras organizaciones políticas, incluso a la Coordinadora de la Conferencia.
- Lo que sigue, tomando en cuenta toda la riqueza del pasado del Comunismo, define las premisas reales que permiten superar el estado actual. Trata de ser lo mas sucinto posible y se dirige con certeza al proletariado contemporáneo, sobre la veracidad de la necesidad de organizarse y de estimular esta organización en Partidos Comunistas con objetivos precisos.
- Delimitándose a los principios que seguidamente exponemos, los Partidos Comunistas suscriptores satisfarán de hecho y naturalmente, un cierto número de criterios que conviene recordar sin más comentarios.
- Los Partidos comprometidos con la Conferencia suscriben sin reserva los principios descritos seguidamente y se adhieren explícitamente a ellos, sin coacción de ninguna naturaleza.
- Estos principios constituirán la base de acción de cada Partido y de las relaciones mutuas entre los Partidos integrantes de la CIPOML. La crítica y la autocrítica tienen cabida natural exclusivamente dentro de este marco, lo cual enriquecerá los principios iniciales, ayudados por la acción revolucionaria.
- En estas condiciones así definidas y sobre la base de la práctica ya precisada, los Partidos y las organizaciones integrantes de la CIPOML, se deben confianza mutua y sin reservas, confianza sin la cual la crítica y la autocrítica racional, sincera y fecunda son evidentemente inimaginables e imposibles.
Principios de los Partidos Comunistas
- El 5 y 6 de Diciembre de 1998, tres Partidos Comunistas de África, citando a Lenin (Obras elegidas, t 4, p. 293, Ediciones sociales, París, 1976) reconocieron en las dos aserciones siguientes, los principios sintéticos generales que deberán conducir sus acciones revolucionarias.
- La esencia del movimiento comunista en cada país es organizar la lucha de clases del proletariado para conquistar el poder político, entregar los medios de producción a la sociedad y reemplazar la economía capitalista por la economía socialista.
- La tarea del movimiento comunista en los países atrasados es organizar un partido revolucionario proletario teniendo como objetivo inmediato el derrocamiento del poder pro-imperialista de la alta burguesía y conquistar la libertad política.
- Una atenta lectura de Lenin unida a nuestra práctica al seno de nuestro Partido Comunista de Benin, nos condujo a desarrollar estos principios sintéticos, enunciados en las 11 tesis adoptadas por primera vez por la Dirección Central del PCB (en la época del PCD) en Febrero de 1982, luego sometidas a la consideración de los partidos hermanos en 1983, luego en 1996.
Estas 11 tesis que constituyen en sí mismas los principios elaborados esencialmente por Lenin, son aún de actualidad e invitamos a los partidos y organizaciones comunistas a suscribirlas.
TESIS 1
El objetivo fundamental de la Primera Internacional Comunista es fundar la República Socialista Mundial como antesala del Comunismo.
Los fundadores de la Primera Internacional no podían considerar inicialmente la disolución de la organización antes de que el objetivo fuese alcanzado, que sigue siendo el mismo del Movimiento Comunista Internacional (MCI) hasta la extinción de los Estados.
Independientemente de la voluntad de los hombres, circunstancias precisas condujeron a la disolución de las tres Internacionales. Cada una jugo un rol histórico con los logros definitivamente adquiridos por el MCI; logros que no hay que confundir con el objetivo fundamental.
TESIS 2
Lenin, subrayando la importancia de la Primera Internacional, señaló:
La Primera Internacional, fundada por Marx, existió de 1864 a 1872. La derrota de los heroicos obreros de París ─de la famosa Comuna de París─, señaló el fin de dicha Internacional. La Primera Internacional es inolvidable, ha quedado para siempre en la historia de la lucha de los obreros por su liberación. Puso los cimientos del edificio de la República Socialista Mundial que hoy tenemos la dicha de construir. (subrayado por nosotros – Obras t. 29, p. 242).
Así, el objetivo alcanzado por la Primera Internacional es haber echado las bases teóricas de la República Socialista Mundial. Es necesario ver estas bases dentro de los principios generales de la Gran Comuna de París, principios actualizados por Marx y Engels.
“Pero la Primera Internacional se muestra, después del fracaso de la Comuna, como una simple organización central que, cierto, potente, gracias a la firme dirección de Marx, pero no tenía base en las masas. Esta fue la causa determinante de su agotamiento” (“Las etapas de la Internacional Comunista”, folleto publicado por el Buró de publicaciones en la ocasión del 10° aniversario de la fundación de la III Internacional).
TESIS 3
En este mismo discurso, Lenin dice de la Segunda Internacional:
La Segunda Internacional existió de 1889 hasta 1914, hasta la guerra. Fue el período de desarrollo más tranquilo y pacífico del capitalismo, un período sin grandes revoluciones. Durante este período, se fortaleció y maduró el movimiento obrero en una serie de países. Pero en la mayoría de los partidos, los líderes obreros, habituados a las condiciones de paz, perdieron la capacidad para la lucha revolucionaria. Cuando en 1914, comenzó una guerra que inundó de sangre la tierra durante cuatro años, la guerra librada entre los capitalistas por el reparto de las ganancias y por la dominación sobre las naciones pequeñas y débiles, estos socialistas se pusieron de parte de sus respectivos gobiernos. Traicionaron a los obreros, ayudaron a prolongar la matanza, se convirtieron en enemigos del socialismo y se pasaron del lado de los capitalistas.
Las masas obreras dieron la espalda a estos traidores del socialismo. Comenzó en todo el mundo el viraje hacia la lucha revolucionaria. La guerra demostró que el capitalismo estaba perdido. Un nuevo sistema viene a sustituirlo. La vieja palabra “socialismo” ha sido profanada por los traidores al socialismo.
¿Cuáles son entonces las circunstancias de la muerte de la Segunda Internacional? Lenin da la respuesta a esta interrogante en Tareas de la Tercera Internacional (tomo 29, pagina 509), citamos:
Cuando se dice que la II Internacional murió después de sufrir una ignominiosa bancarrota, hay que comprender lo que esto significa. Significa que el oportunismo, el reformismo, el socialismo pequeño burgués han quebrado y han muerto. Pues, la II Internacional prestó un servicio histórico, se ha acreditado una obra perdurable, y de la que ningún obrero con conciencia de clase jamás renegará: la creación de organizaciones obreras de masas ─cooperativas, sindicales y políticas─, la utilización del parlamentarismo burgués, como de todas las instituciones de la democracia burguesa en general, etc.
TESIS 4
Lenin luego, en “Las tareas de la III Internacional” conforme a las condiciones concretas de la época, formula cinco criterios que distinguen a los partidos comunistas de los partidos burgueses y reformistas. Es aquí, basándose en estos criterios que los comunistas del mundo trabajaron por la constitución y la edificación de la III Internacional para la continuación del movimiento revolucionario.
Los objetivos de la III Internacional no son diferentes de aquellos que guiaron la fundación de la Primera y de la Segunda Internacional. Esto es lo que indica claramente Lenin cuando declara:
La Comuna de París “Puso los cimientos del edificio de la República Socialista Mundial que hoy tenemos la dicha de construir”.
Y más adelante, en el mismo discurso, agrega:
Ahora los obreros que permanecen fieles a la causa del derrocamiento del yugo capitalista se llaman comunistas. La unión de los comunistas crece en el mundo entero. El poder soviético ha triunfado ya en una serie de países. Pronto veremos la victoria del comunismo en el mundo entero, veremos la fundación de la República Federativa Mundial de Soviet.
El movimiento comunista Internacional no ha alcanzado aún su objetivo fundamental y final. Con la degeneración reformista del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y la transformación de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en un país imperialista, se produjo un retroceso del movimiento revolucionario; retroceso profundizado por la aparición de la degeneración revisionista y burguesa de los dirigentes de antiguas democracias populares, del revisionismo y luego del social-imperialismo chino.
Con la Gran Revolución de Octubre, el poder de los Soviet de Rusia y de muchos otros países, la III Internacional alcanzó logros definitivos del movimiento comunista Internacional. Logros que podemos ubicar en el contenido y la forma de la dictadura del proletariado con el poder soviético bajo Lenin y Stalin. Ningún obrero conciente en el mundo puede negar este logro. Los principios están expuestos en las obras de Lenin tales como El Estado y la Revolución y La Revolución proletaria y el renegado de Kautski.
TESIS 5
¿Cuáles son, entonces, las condiciones y las circunstancias de la disolución de la III Internacional?
Stalin responde en “Respuesta a la pregunta de la Agencia Reuter en Moscú” del 28 de Mayo de 1943:
La disolución de la Internacional Comunista es justificada y oportuna, pues ella facilita la organización de una ofensiva general de todas las naciones amantes de la libertad contra su enemigo común, el hitlerismo
La disolución de la Internacional Comunista se justifica pues:
- Ella denuncia la mentira de los hitlerianos que insinúa que Moscú tendría la intención de inmiscuirse en la vida de otros estados y de “bolchevizarlos”. Se pone término de ahora en adelante a esta mentira.
- Ella denuncia la calumnia de los adversarios del comunismo dentro del movimiento obrero que sugiere que los partidos comunistas de los diferentes países obran, supuestamente, no dentro del interés de sus pueblos, sino de una orientación emanada de otra parte. En lo sucesivo se frena esta calumnia.
- Ella facilita la acción de los patriotas en los países comprometidos con los ideales de libertad para unir las fuerzas progresistas de sus países sin distinción de partidos ni religión y en un solo frente de liberación nacional, para desarrollar la lucha contra el fascismo.
- Ella facilita la acción de los patriotas de todos los países para unir a todos los pueblos que luchan por la libertad en un solo frente internacional contra la amenaza de la dominación del hitlerismo sobre el mundo, allanando así un camino que permitirá organizar en el futuro la confraternidad de los pueblos sobre la base de la igualdad de derechos.
Pienso que todas estas circunstancias tomadas en conjunto terminarán por consolidar aún más el frente único de los aliados y de otras naciones unidas en la lucha que llevan a cabo para triunfar sobre la tiranía hitleriana
Estimo que la disolución de la Internacional Comunista es perfectamente oportuna, pues, hoy en día precisamente cuando la fiera fascista despliega sus últimas fuerzas, es importante organizar el impulso general de los países amantes de la libertad para aniquilar esta bestia y liberar los pueblos del yugo fascista.
Podemos ver a través de las indicaciones de Stalin que la decisión de disolver la Internacional Comunista respondía a las condiciones internacionales concretas que exigían sacarle provecho a todas las ventajas para liquidar la bestia fascista. Esta decisión colocada en el contexto general del desarrollo del Movimiento Comunista Internacional es por consiguiente de orden táctico. Es necesario agregar que la decisión de disolver la Internacional Comunista no exonera a ningún partido de su compromiso respecto al Movimiento Comunista Internacional ni al internacionalismo proletario. Ahora bien, hay que constatar que muchos partidos comunistas capitulando frente a las presiones de sus burguesías, consideraban esta decisión como estratégica y luego proclamaban alto y fuerte su nacionalismo, el apego a su patria y sobre todo su independencia respecto al extranjero.
Ya en 1940, bajo la presión de la burguesía americana, el revisionista Browder había hecho retirar el Partido Comunista de los Estados Unidos de América de la Internacional Comunista. Otros, como el Partido Comunista Francés (PCF) y el Partido Comunista de China (PCC) recibieron esta decisión de disolución como una real liberación. En el informe de Mao-Tse Tung sobre “La cuestión planteada por la disolución de la Internacional Comunista”, leemos:
Desde 1935, fecha del 7° Congreso Mundial de la Internacional Comunista, ésta no se inmiscuye en las cuestiones internas del Partido Comunista Chino, no obstante el Partido Comunista Chino, durante toda la guerra de liberación anti-japonesa hizo muy bien su trabajo.
Estas manifestaciones de patrioterismo se reforzaron durante la segunda guerra mundial cuando muchos partidos, olvidando la lucha de clases en el interior del país y el objetivo fundamental del proletariado, que es la toma del poder y el establecimiento de su dictadura, han dejado la dirección del frente a la burguesía, cuestión que frustra a la clase obrera y el campesinado que no ven en sus luchas este resultado.
Después de la guerra, las presiones de la burguesía sobre los partidos van acentuándose, afianzando así las tendencias regresivas y revisionistas dentro de ciertos partidos comunistas y obreros. Para frenar este desmembramiento, se funda el Buró de Información en 1947 bajo la iniciativa de Stalin. El Buró de Información tuvo el gran mérito de haber desenmascarado y aislado el revisionismo titista contribuyendo con el reforzamiento del Movimiento Comunista Internacional sobre las bases marxistas-leninistas. Naturalmente después de la muerte de Stalin y la instauración del revisionismo kruschovista, la reconciliación entre kruschovistas y titistas tuvo como resultado el desmantelamiento del Buró de Información, lo cual constituía una revancha de los titistas. Los revisionistas titistas necesitaban esta medida para mostrarles a sus amos norteamericanos que la reconciliación con Kruschev no significaba que se metían bajo sus órdenes ni que tuvieran que rendirle cuentas a ningún organismo internacional. Este desmantelamiento representa por parte de los kruschovistas una capitulación ante el imperialismo americano a fin de poder desarrollar de mejor manera sus políticas de coexistencia pacifica.
Esto les permitió también a los diversos partidos gangrenados por el revisionismo moderno desarrollar sus concepciones revisionistas sobre “las vías pacíficas hacia el socialismo” y otras tonterías patrioteras.
Esta turbia situación ha perdurado por mucho tiempo en el seno del Movimiento Comunista Internacional aun después de la ruptura ideológica y organizativa con el revisionismo kruschovista, principalmente por el hecho de que el revisionismo maoísta estaba siempre infiltrado y se oponía al desarrollo del internacionalismo proletario.
TESIS 6
El MCI no puede renunciar a su objetivo fundamental so pena de convertirse en renegado. Este objetivo es una necesidad que se explica por las condiciones económicas pasadas y presentes. Esta necesidad aparece particularmente aguda ante algunos virajes de la historia y los proletarios conscientes tienen que determinar sus tácticas en función de estos virajes. Es lo que hicieron nuestros maestros Marx, Engels, Lenin y Stalin, al frente del ejército internacional de proletarios.
Nos han dejado por su combate en el seno de los obreros del mundo entero ricas enseñanzas para el MCI, a saber:
Los principios teóricos para la fundación de la República Socialista Mundial, los principios de movilización y organización de las masas obreras, su educación sindical y política, el método del trabajo revolucionario legal e ilegal, la justa combinación de estas formas de lucha y en fin, la forma práctica que permite al proletariado ejercer su dominación que no es sino el régimen de los soviet con la dictadura del proletariado.
… esas enseñanzas son definitivas y ningún obrero consciente las puede negar hoy. Recordemos estas palabras de Lenin (Obras, T. 28, La revolución proletaria y el renegado Kautski).
El bolchevismo ha propagado en el mundo entero la idea de la dictadura del proletariado; estos términos los tradujo antes del latín al ruso y después a todas las lenguas del mundo: ha señalado con el ejemplo del poder de los soviet que aun en un país atrasado, los obreros y los campesinos pobres, aun los menos experimentados, los menos instruidos, los menos acostumbrados a la organización, han podido durante un año, en medio de terribles dificultades, luchando contra los explotadores (apoyados por las burguesías del mundo entero), conservar el poder de los trabajadores (…)
De hecho, el bolchevismo ayudó poderosamente al desarrollo de la revolución en Europa y América más que ningún partido lo ha hecho hasta hoy en ningún país (…)
Las masas proletarias de todos los países se darán cuenta cada día con exactitud que el bolchevismo ha indicado la vía más justa a seguir para escapar de los horrores de la guerra y del imperialismo. Que el bolchevismo sirve de modelo de táctica para todos.
Sin embargo, gracias al poder de los soviet, ese país, él sólo ha hecho tanto que aun si el imperialismo mundial llegara mañana a aplastar al poder soviético ruso, supongamos, un acuerdo de los imperialismos alemán y anglofrancés, aun en esa eventualidad, la peor de todas, la táctica bolchevique sería de gran utilidad para el socialismo y ayudaría al desarrollo de la invencible revolución mundial.
TESIS 7
Muchos países del mundo conocen en estos últimos tiempos situaciones revolucionarias que se suceden a ritmos acelerados.
Mientras tanto, nosotros no vemos que estas situaciones desemboquen en verdaderas revoluciones. Nosotros las concebimos como el resultado de la inmadurez de las condiciones subjetivas sobre las cuales volveremos posteriormente.
Ante esta posibilidad, apelamos a las “palabras proféticas” de Lenin pronunciadas en el Segundo Congreso de la Internacional Comunista.
Camaradas, llegamos ahora al problema de la crisis revolucionaria, como base de nuestra acción revolucionaria. Y ante todo, debemos señalar dos errores muy difundidos. Por una parte, los economistas burgueses pintan esta crisis como un simple “malestar”, según la elegante expresión de los ingleses. Por otra parte, algunas veces los revolucionarios procuran demostrar que esta crisis es absolutamente insoluble.
Es un error. No existe situación absolutamente desesperada. La burguesía actúa claramente como saqueadores que han perdido la cabeza, comete desatino tras desatino, agudizando la situación y precipitando su propio fin. Todo esto es cierto. Pero nadie puede “demostrar” que le resulta absolutamente imposible apaciguar a una minoría de los explotados con algunas pequeñas concesiones, y neutralizar algún movimiento o insurrección de una parte de los oprimidos y explotados. Intentar “demostrar” anticipadamente que no hay salida “en absoluto”, sería una vana pedantería, o un simple juego de palabras y conceptos. Sólo la práctica puede ofrecer una verdadera “demostración en este problema y otros similares. En todo el mundo el sistema burgués está viviendo una tremenda crisis revolucionaria. Los partidos revolucionarios deben “demostrar” ahora en la práctica que tienen suficiente conciencia, organización, vínculos con las masas explotadas, decisión y habilidad para utilizar esta crisis para una revolución exitosa y victoriosa (Lenin, Obras, t. 31).
Nosotros podemos hacernos de ricas enseñanzas de estas palabras proféticas de Lenin que parecen de una actualidad vibrante.
Primero: En períodos de crisis como la presente, explosiones espontáneas de las masas trabajadoras son inevitables. En América Latina ellas hoy son frecuentes. En Gran Bretaña, en Polonia, se producen tumultos, bullicios. Más cerca de nosotros, en África, se presentan movimientos de protesta diversos contra el alto costo de la vida, los bajos salarios, las difíciles condiciones de estudios de los jóvenes universitarios, en Nigeria, Alto Volta, etc.
En segundo lugar: a pesar de la gravedad y profundidad de la actual crisis, es absurdo decir que la situación es absolutamente insoluble para la burguesía y el imperialismo. La burguesía y el imperialismo disponen de capacidad de maniobra para salir de la crisis actual.
- Ellos pueden producir reformas (del sistema monetario, inversiones de capital en las neocolonias y países dependientes que conducen a un desarrollo aparente, conceder una mejor remuneración del trabajo a ciertos sectores, etc., así como las propuestas de eminentes economistas de la burguesía tal como el premio novel de economía en 1980, como los socialdemócratas franceses) a los fines de adormecer en los países capitalistas a una minoría de trabajadores.
La burguesía tiene esta posibilidad tanto en el plano internacional, como a escala de ciertos países capitalistas según las diferentes zonas de influencia de las potencias imperialistas.
La hostilidad de Reagan a estas manipulaciones no excluye en nada esta posibilidad, contrario a las ideas de Samir Amin.
La insistencia de los socialdemócratas franceses en defender el reformismo está hoy patente.
- La burguesía y el imperialismo pueden reprimir salvajemente como ya lo vienen haciendo a las sublevaciones populares e impedir desde allí que maduren rápidamente la conciencia revolucionaria de las masas trabajadoras (Alto Volta 1980, Dahomey, 1975, tomando ejemplos próximos a nosotros).
- El imperialismo a menudo, si no siempre, ha considerado la salida a la crisis con guerras imperialistas aun a costa de una guerra mundial. Cada potencia imperialista busca que la salida a la crisis opere a favor de sus intereses, buscando ampliar su esfera de influencia.
Las guerras permiten la destrucción de fuerzas productivas y el auge de la economía capitalista, en el caso donde ellas no han podido ser convertidas en guerras civiles revolucionarias. Los imperialistas no ignoran esta ley. Las crisis son precisamente rebeliones de las fuerzas productivas contra el modo de apropiación capitalista existente.
Al final de estas guerras, la burguesía exige impunemente el tributo a los trabajadores. Hoy los imperialistas atizan la guerra incluso en zonas de influencia propias, de uno u otro imperialismo. Se preparan febrilmente para una tercera guerra mundial, intenciones que ya no se ocultan a los trabajadores. En el mundo entero, tanto desde la burguesía como del proletariado, es unánime la afirmación de que el peligro de guerra mundial es real.
Tales son los manejos que el imperialismo y la burguesía tiene aun como una carta bajo de la manga
Tercero: La profundidad de la crisis actual es tal que la propia burguesía no la entiende como un pequeño malestar. Mientras busca soluciones definitivas a la crisis, ensaya aquellas políticas y medidas que le permitan sobrevivir, actitud que asumen de manera febril. Al contrario, algunos espacios revolucionarios se sienten satisfechos al proclamar la quiebra del sistema capitalista con sus plagas incurables (crisis, inflación, desempleo, etc.), evidenciando poca preocupación por los esfuerzos de la burguesía y el imperialismo para salir de la situación actual.
Con sus palabras proféticas, Lenin nos aconseja preocuparnos de los esfuerzos de la burguesía para resolver los problemas inmediatos. Si la situación objetiva es favorable a las revoluciones proletarias, así como a la revolución proletaria mundial, el triunfo de la revolución depende de las condiciones subjetivas.
¿Podemos demostrar por la acción práctica de los partidos revolucionarios que ellos poseen suficiente nivel de conciencia, organización, vínculos con las masas explotadas, decisión y habilidad para utilizar esta crisis para una revolución exitosa y victoriosa?
He aquí una pregunta de importancia en torno a la cual debemos reflexionar profundamente.
Si nosotros comunistas nos preocuparamos un poco de los esfuerzos de la burguesía para salir de la crisis pondríamos más atención a las decisiones que se toman en las oficinas del imperialismo internacional: Conferencias Norte – Sur, Conferencia de Cancún, (Comunidad Económica Europea, África, Caribe y el Pacífico), OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), constataríamos la debilidad actual del proletariado de cara a su enemigo de clase, su desmembramiento, su división.
Si las potencias imperialistas comenzaran mañana una tercera guerra mundial, ¿cual es el estado de preparación del proletariado para afrontar esta situación? Se convendrá seguramente en que las fuerzas de los partidos revolucionarios y del proletariado son mínimas. Se convendrá seguramente que en el momento actual, es la burguesía la que ha tomado la delantera frente al proletariado y no a la inversa. El desarrollo actual del Movimiento Comunista Internacional no está a la altura de las condiciones objetivas de la revolución proletaria mundial. A menudo nos solazamos en los esfuerzos realizados, sin percatarnos de si hemos hecho demasiado o no, diríamos que, no tanto para estar a la altura que demanda el movimiento espontáneo, sino al menos al nivel que nos permiten los medios con los cuales disponemos. Es teniendo en cuenta los esfuerzos actuales que realiza la burguesía para sostener el sistema como podremos ubicar mejor nuestras posibilidades reales. Contrariamente, los partidos serán derrotados por las orientaciones de la burguesía nativa para salir de la crisis. Se desarrollarán corrientes chovinistas en el seno de una capa de proletarios mixtificados, luego, por contagio en el seno de algunos comunistas y en seguida dentro de los partidos. Con los despidos masivos que se observan en los países capitalistas desarrollados, crece una oleada de xenofobia recreada por la burguesía y el imperialismo. Si una guerra mundial es decretada mañana sin esperar a que ella se transforme en algunos lugares en guerras civiles revolucionarias por la instauración del socialismo, el capitalismo habrá ganado (momentáneamente esto es verdad) sobre el socialismo y habrá que esperar la próxima crisis. Pero también la historia condenará por siempre a todos los comunistas que hoy no hayan opuesto una resistencia feroz a los enemigos del proletariado.
TESIS 8
De cara a las organizaciones y organismos internacionales del imperialismo; de cara a la crisis actual que ha madurado las condiciones objetivas de la revolución proletaria mundial; de cara a los esfuerzos multiplicados de la burguesía y del imperialismo para salvar el régimen capitalista; para impedir que los gobiernos burgueses encadenen por la mistificación a los obreros de su país a la “patria” imperialista; para salir del desmembramiento del movimiento obrero internacional, y abrir perspectivas al desarrollo de las ideas revolucionarias, para prevenir el daño de una tercera guerra mundial; para cumplir, en fin, una misión de alta importancia que le asigna la Historia, los comunista del mundo entero deben reconstruir inmediatamente la Internacional Comunista.
Partiendo del legado del M.C.I., los comunistas con su organización deben conquistar el poder político para construir la República Socialista Mundial. Es al menos a esta tarea fundamental que el PCB quiere brindar su entera contribución.
TESIS 9
La Internacional Comunista reconstruida será la unión de partidos comunistas. Pero, ¿a cuáles partidos comunistas se alude? Se alude a verdaderos partidos comunistas que para merecer este título tienen que responder a una serie de criterios.
La Internacional comunista deberá defender el marxismo contra las deformaciones burguesas y revisionistas y los partidos que la integrarán tienen que haber dado pruebas de esta defensa, en el combate contra los revisionistas de toda especie.
El deslinde verbal del revisionismo es fácil para los partidos que no están en el poder como el nuestro. Es más difícil deslindarse del revisionismo y del reformismo en los hechos cotidianos y esto es a lo cual debemos aplicarnos para merecer el título de partido comunista auténtico.
Los partidos comunistas deben asirse firmemente a la herencia revolucionaria que nos han legado nuestros predecesores. Es decir que desde el Partido Comunista de Dahomey, trabajaremos para consolidar los legados definitivos del Movimiento Comunista Internacional. Asimilamos estos legados y queremos salvaguardarlos firmemente, desarrollarlos y enriquecerlos. Es así como comprendemos, en tanto que partido que no está en el poder aún, el sentido de nuestras actividades revolucionarias hoy. Para consolidar los legados, para trabajar por el triunfo de la revolución y de la República Socialista Mundial, nosotros el PCD, desde hoy debemos:
Primero: orientar toda la propaganda y toda la agitación desde el punto de vista de la revolución y no de las reformas como lo pretenden los SPBP (Socialistas Pequeños Burgueses Populares), es decir, los revisionistas de nuestro país. Debemos orientar toda la agitación y la propaganda explicando esta posición a las masas. Tanto en la teoría como en la práctica, en cada paso de la actividad sindical, de la actividad en las organizaciones de masas. Hoy no existe en nuestro país libertad desde el punto de vista de la democracia burguesa. El poder burgués pro imperialista y seudo revolucionario de turno no establece en las elecciones parlamentarias más que una lista única. Por eso no podemos pues aprovechar el parlamentarismo. Los sindicatos autorizados en nuestro país son sindicatos de participación del aparato estatal. Todos los sindicatos de oposición han sido disueltos. Tendremos que reconstruir ilegalmente las organizaciones de masas y a partir de sus actividades imponer una nueva correlación de fuerzas en el país. No debemos menospreciar la utilización de las libertades que todavía existen. Los comunistas deben intervenir en todos los aspectos de la vida económica y política del país, explicando a los trabajadores ─a través de las reuniones suscitadas por el poder burgués con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y las comisiones de trabajo y de investigación─ la hipocresía de los representantes del sistema.
Segundo: nosotros tenemos que aferrarnos firmemente a nuestro plan de trabajo ilegal. Es una cuestión de principios. En el curso de nuestro tercer pleno hemos sistematizado el trabajo ilegal. Desde nuestro punto de vista todo partido comunista digno de este nombre, que no está en el poder, debe poner el trabajo ilegal en primer plano. Debe poner el acento en construir organizaciones de masa revolucionaria ilegalmente; porque, en ninguna parte del mundo, la burguesía no permite la lucha por la verdadera democracia y la revolución. Luego, para nosotros, los partidos que no están en el poder que llevan la supremacía sobre la acción legal, no tienen espacio en la Internacional Comunista. Se trata naturalmente, de los partidos que no están en el poder. Atención, lucha ilegal no significa lucha clandestina. Se puede promover abiertamente la lucha ilegal.
En tercer lugar: nosotros debemos ayudar a las masas en las demostraciones de fuerza tales como las huelgas, las manifestaciones de calle, la difusión de volantes, la puesta de afiches, los graffiti, los encuentros permitidos por las tropas, etc. Nosotros estamos comenzando nuestras actividades, por eso nosotros conocemos de altos y bajos. Debemos hacer aún más por el crecimiento del movimiento revolucionario. No reconocemos la revolución solamente en la palabra. Es la acción revolucionaria la que indicará si somos o no charlatanes.
Desde nuestro compromiso como desde nuestra acción práctica ahora, seguiremos fieles a los principios del marxismo–leninismo para sublevar a las masas para la toma del poder.
Cuarto: querámoslo o no, bajo un régimen burgués donde se desarrolla una lucha revolucionaria, se encuentran todos los días oportunistas. Todo partido que lucha se enfrenta todos los días en su seno con intrigas, con oportunistas y liquidacionistas. ¿Llega él a superar los obstáculos que tales enemigos erigen a su paso? La lucha ideológica en el seno del partido permite resolver estos problemas. Nosotros hemos discutido a menudo con partidos hermanos y nos asombramos al escucharles decir a veces que no tienen problemas mayores en el seno del partido. En lo que nos concierne, enfrentamos con la práctica revolucionaria serios problemas ideológicos. Conocemos rechazos de la línea por parte de miembros del Partido; sabemos que se cuelan en nuestro seno posiciones oportunistas y revisionistas. No hemos vacilado ante algunas de estas manifestaciones para depurar el partido de estos elementos degenerados. Nuestra literatura da suficiente información al respecto
Quinto: A pesar de nuestras difíciles condiciones de trabajo no escatimamos esfuerzos por hacer contacto con los partidos hermanos, para enviarles nuestras publicaciones, para exponerles nuestras experiencias y pedirles a cambio que ellos nos informen de sus problemas y las dificultades que encuentran en sus trabajos. En el curso de estos contactos, no vacilamos en decir a los amigos nuestras impresiones y sentimientos sobre sus experiencias. Hablamos francamente, con toda la amistad y camaradería que debemos a nuestros hermanos de clase. En la medida de nuestras posibilidades, difundimos las luchas de amigos y camaradas en las columnas de nuestro Órgano Político.
Tales son, según nosotros, algunas tareas de los Partidos Comunistas dignos de este nombre, tareas que nosotros tenemos disposición a realizar.
Existen criterios para saber si un partido se encuentra en esta justa vía, si él acomete las tareas que exige la situación presente.
El primer criterio es que el Partido haya trazado una clara línea de demarcación entre él y todas las corrientes oportunistas (Kruschevista, titista, maoísta, social-demócratas, trotskista, anarquista, socialista pequeño burguesa, etc.) Tanto en el plano internacional como el nacional.
El segundo criterio es que este Partido haya emprendido un estudio marxista-leninista de las realidades de su país, de su estructura de clase, y que sobre esta base, haya elaborado su línea política, su estrategia y sus tácticas conforme al marxismo-leninismo.
Nos podemos dar cuenta a través del Programa del Partido y las resoluciones en las diferentes instancias. La literatura de un partido revolucionario refleja necesariamente su nivel ideológico y teórico, su grado de combatividad, su influencia en las masas, su experiencia de lucha contra el oportunismo.
El tercer criterio es que este partido haya emprendido un serio esfuerzo de unión con las masas trabajadoras de su país sobre la base de la aplicación de sus tácticas.
El cuarto criterio es que el poder burgués persigue derrotar al partido como fuerza política y le declara la guerra.
Nosotros en el P.C.D. estamos seguros de la justeza de nuestra línea política. Con ella nosotros tenemos ya importantes triunfos de los cuales nuestro Tercer Pleno lo ha señalado. Nuestro Tercer Pleno y las instancias en general de nuestro partido no esconden nuestras insuficiencias. Las analizamos para superarlas, para llenar nuestras lagunas. En nuestro país hay traidores al movimiento democrático y los pro-imperialistas de siempre se han unido en una santa alianza contra nuestro Partido. El Partido Comunista de Dahomey es un espectro que les preocupa y quieren destruirlo. Ellos reconocen en nosotros sus verdaderos enemigos y no vacilan en proclamarlo en sus discursos ante las masas, discursos cargados de amenazas inútiles.
Las masas ven cada vez más que nosotros constituimos la única fuerza capaz de oponer una real resistencia al poder. Nuestros combates a la vanguardia de las masas son aún tímidos. Esto es lo que nosotros hemos honestamente reconocido en el curso del Tercer Pleno durante el cual hemos tomado además medidas para una organización más científica del trabajo revolucionario.
También participamos activamente en el desarrollo del Movimiento Comunista Internacional, en la reconstrucción de la Internacional Comunista.
TESIS 10
Nosotros debemos proponernos como objetivo reconstruir la Internacional Comunista enseguida y trabajar activa y eficientemente en ello; esto es a lo que nos lleva en conclusión el análisis de la situación actual.
Nosotros no vemos esta preocupación en la literatura de los partidos comunistas de hoy y esto nos inquieta.
Muchos partidos comunistas que han resuelto lo esencial de los problemas de línea política, de estrategia y táctica vacilan aún en cuanto a la reconstrucción de la Internacional. Ellos reconocen que esta reconstrucción es una necesidad pero lo que no comprendemos bien es cómo pueden ellos pasar de allí a las proposiciones del género siguiente: << Tenemos que privilegiar los encuentros bilaterales, regionales y multilaterales, el reforzamiento de los partidos>>.
Nos lo explican por el hecho de que las <<condiciones no están maduras para una reunión general>>. Nos precisan que las <<condiciones no son favorables para la reconstrucción de la Internacional>> y se nos señala para sostener esta Tesis la debilidad de los partidos, la pequeñez de la República Popular Socialista de Albania, etc.
En conclusión, se nos dice que habrá que << buscar nuevas formas para una organización del M.C.I. más tarde>>.
Nosotros debemos confesar, francamente, que no comprendemos muy bien estas proposiciones.
Ellos dicen que tenemos que <<privilegiar los encuentros bilaterales, regionales y multilaterales>> ¿para hacer qué?
¿No es la mejor manera de ampliar las diferencias de opiniones entre partidos que desembocarían, seguramente, en divergencias si al principio no se han establecido claramente los objetivos de tales encuentros?
<<Privilegiar el reforzamiento de partidos>> ¿para qué? ¿Para reforzar al M.C.I?
Nosotros no entendemos, en este caso, cómo se puede disociar el refuerzo de los partidos del refuerzo del M.C.I.
Si no existen las condiciones para una reunión general, ¿cuáles son pues estas condiciones necesarias cuya madurez hay que esperar antes del primer encuentro general de los partidos en el cuadro de una nueva Internacional?
De hecho, los camaradas y partidos que plantean problemas en estos términos, o bien vacilan en ir en la reconstrucción de la I.C., o no están de acuerdo, ni más ni menos, con esta reconstrucción.
No están lógicamente de acuerdo con la reconstrucción de la IC o internamente al menos no están preparados para esto porque no debiese haber tales vacilaciones una vez que se ha convenido este objetivo.
En agosto de 1915, desde que la quiebra de la Segunda Internacional fue consumada, Lenin afirmó lo siguiente (cf. Obras de Lenin, T. 21):
<<La Tercera Internacional, desde nuestro punto de vista, debería estar fundada precisamente sobre esta base revolucionaria. Para nuestro partido, la cuestión de la oportunidad de una ruptura con los social-patrioteros no está en discusión. La ha sancionado de una vez por todas. Sólo existe para él la cuestión de saber si este objetivo es realizable en el porvenir a escala internacional>>.
Esta última cuestión no dependía de la sola voluntad de Lenin y de su partido. He aquí por qué se presenta, se plantea que se necesita la firme voluntad de otros partidos en participar en la fundación de la Tercera Internacional. Lenin lo explica en el mismo texto cuando dice: <<se concuerda perfectamente que, para fundar una organización marxista internacional, hace falta la firme voluntad de crear partidos marxistas independientes en los diferentes países. Alemania, país del movimiento obrero más antiguo y poderoso, tiene una parte decisiva (señalado por nosotros). El porvenir mostrará si las condiciones hasta ahora han madurado para construir una nueva Internacional>>
El punto de vista particular de Lenin y del Partido Obrero Social – Demócrata de Rusia (POSDR) sobre la cuestión del tiempo es el siguiente:
<<Si es así, (es decir si las condiciones para constituir una nueva Internacional fuesen cumplidas), nuestro partido se adherirá con júbilo a esta Tercera Internacional, depurada del oportunismo y del Chauvinismo. Si no, esto querrá decir que esta depuración exige aún una evolución más o menos larga. En este caso, nuestro partido formará la oposición extrema en el seno de la antigua Internacional, hasta que se constituya en los diferentes países la base de una asociación obrera internacional situada sobre el terreno del marxismo revolucionario>>.
Si los partidos hoy hablan de que no han madurado las condiciones para la reconstrucción de la I.C., es que ellos no están listos para esta reconstrucción.
Esto equivale a decir que ellos no están listos para romper las relaciones con sus propios oportunistas y los revisionistas del mundo. O Ellos no saben lo que ponen en la maduración de las condiciones en la reconstrucción de la Internacional Comunista pues, de hecho, es ideológicamente inadmisible hablar, a nombre de otros, para expresar la oposición de aquellos en cuanto al avance del Movimiento Revolucionario.
Lenin indica (en agosto de 1915):
En Rusia tampoco, no faltan ni social- chauvinistas ni grupos del “centro”. Estas personas lucharán contra la formación de una Internacional marxista. Nosotros sabemos que Plejanov se pasea sobre el mismo terreno de principio que Südekun y que, desde ahora, él le tiende la mano. Sabemos que el “Comité de Organización” dirigido por Axelrod predica el Kautskismo sobre el terreno Ruso. Bajo el color de la unidad con la clase obrera, estas personas predican la unidad con los oportunistas y, para su artimaña, con la burguesía. Pero todo esto que nosotros sabemos del movimiento obrero actual en Rusia nos da la plena seguridad de que el proletariado consciente de Rusia permanecerá como en el pasado, con nuestro partido.
Más adelante en el mismo texto Lenin escribe:
Nosotros no sabemos ni podemos saber como evolucionarán las cosas en los próximos años en el plano internacional.
Pero lo que sabemos de seguro, de lo que estamos firmemente convencidos es que nuestro partido en nuestro país, en el seno de nuestro proletariado, trabajará incansablemente en esta dirección y, para toda su actividad cotidiana, creará una sección rusa de la Internacional marxista.
La cuestión de la determinación en la reconstrucción rápida de la Internacional Comunista así como el proceso en esa dirección aparece mejor reflejada en los pasajes siguientes del mismo texto de Lenin:
Los elementos social-demócratas revolucionarios existen a pesar de todo en muchos países. Ellos existen en Alemania, Rusia, Escandinavia (la tendencia influyente representada por el camarada Höglun) en los Balcanes (el partido de los “Tesmyaki” búlgaros), en Italia, en Inglaterra (una fracción del partido socialista británico), en Francia (Vaillant mismo ha reconocido en L’Humanité haber recibido cartas de protesta emanados de internacionalistas, pero se ha guardado bien en publicar una sola integralmente), en Holanda (los tribunos), etc. Agrupar estos elementos marxistas por poco nombrados que ellos sean al principio (señalados por nosotros), reafirmar en su nombre las palabras hoy olvidadas del socialismo auténtico (señalado por nosotros), convocar a los obreros de todos los países a romper con los patrioteros y a ordenarse bajo la vieja bandera del marxismo: tal es la tarea de la hora actual (…)
El único verdadero programa de acción será un programa marxista que provea a las masas de una respuesta completa y clara sobre lo que ha pasado, una respuesta que explique lo que es el imperialismo y cómo habrá que combatirlo, solicitando abiertamente fundar una Internacional marxista sin los oportunistas y contra ellos. Sólo tal programa, que muestre que tenemos confianza en nosotros mismos y en el marxismo, y que declaremos al oportunismo una lucha sin piedad, nos asegurará, tarde o temprano, la simpatía de las masas verdaderamente proletarias (señalado por nosotros).
En Abril de 1917, Lenin precisaba todavía sobre el proceso y la demora de la reconstrucción de la Internacional de cara a las tergiversaciones en las filas de los revolucionarios. El escribió particularmente (cf. T24, Las tareas del proletariado en nuestra revolución):
Nuestro Partido no debe “esperar”; debe fundar enseguida la Tercera Internacional; centenares de socialistas prisioneros en Alemania y en Inglaterra tendrán un suspiro de consuelo; los millares y millares de obreros alemanes cuyas huelgas y manifestaciones hacen temblar hoy a este miserable, este pirata de Guillaume, tomarán conciencia, en los periódicos ilegales, de nuestra decisión; ellos conocerán nuestra voluntad de luchar ahora también, contra el “chovinismo revolucionario” y allí los confirmará por su internacionalismo revolucionario.
A quien mucho se le ha dado, mucho se le pedirá. En ningún país del mundo no existe hoy tanta libertad como en Rusia, Aprovechemos esta libertad no para predicar el apoyo a la burguesía o al “chovinismo revolucionario” burgués pero si para crear ardientemente, honestamente como proletarios, a lo Liebknecht, la Tercera Internacional, enemiga irreductible tanto de traidores social-patrioteros como de los” tristes” vacilantes.
Después de lo dicho, no se necesita de largos discursos para demostrar que no será cuestión de la unificación de social-demócratas en Rusia.
Lo mejor es quedarse dos, como Liebknecht ─pues es permanecer con el proletariado revolucionario─ que admitir incluso por un instante la idea de una fusión con el partido del comité de organización, con Tchkheidze y Tsereteli, quienes toleran el bloque con Potressov en la Rabotchaia Gazeta, quienes votan por el préstamo al Comité Ejecutivo del soviet de los diputados obreros, quienes se han arropado en el “chovinismo revolucionario”. Dejemos que los muertos entierren a sus muertos. Cualquiera que vaya ayudar a los vacilantes debe primero dejar de vacilar él mismo.
Se nos dirá que puede ser que haya transcurrido un cierto tiempo entre agosto de l915 y abril de 1917. Esto será entonces no haber comprendido nada de la posición del verdadero internacionalista proletario que es Lenin.
En realidad, el primer congreso de la Tercera Internacional no se reunirá sino hasta 1919. Pero ya Lenin había escrito el 1ro. de noviembre de 1914 (obras, T. 21):
La Segunda Internacional ha muerto vencida por el oportunismo. Abajo el oportunismo y viva la Tercera Internacional limpia no solamente de “tránsfugas” (como lo desea De Goloss), sino también del oportunismo.
¡He aquí que está claro!
Lenin nos aconseja, puesto que nosotros pensamos necesario reconstruir la Internacional, ser firmes en nuestra determinación, no dudar un solo instante.
Él nos aconseja unirnos con los verdaderos comunistas del mundo entero, de unir a los que están determinados a luchar por la causa del proletariado, por la revolución proletaria mundial.
Él nos aconseja manifestarnos en nombre de los oprimidos, restituir en los manifiestos la pureza del marxismo-leninismo y los principios del internacionalismo proletario opuestos a las propuestas consideradas revisionistas, reformistas y patrioteros.
Él nos aconseja luchar por la democracia y el socialismo.
Nosotros nos acogemos en el PCD a seguir rigurosamente sus consejos.
El principio de la reconstrucción de la Internacional comunista no puede estar subordinado a la no preparación de tal o cual partido para esta reconstrucción. Los que están preparados no deben esperar. ¡Que importa el carácter reducido del número hoy!
Reafirmar en su nombre las palabras hoy olvidadas del socialismo auténtico, convocar a los obreros de todos los países a romper con los patrioteros (y los revisionistas de todo tipo ─este paréntesis es nuestro─) y colocarse bajo la vieja bandera del marxismo (leninismo); tal es la tarea de la hora.
En el dominio de la lucha ideológica y política, hacer mucho caso de las susceptibilidades y del subjetivismo, es dudar. Los verdaderos comunistas que no hayan participado de este núcleo de partida no podrán mostrarse susceptibles pues allí solamente se encuentra la vía del éxito, la vía de la revolución proletaria y de la supresión de los horrores de la humanidad.
Tal núcleo de partida suscitará al contrario una pasión entre los revolucionarios y, en consecuencia, entre los proletarios del mundo entero por la reconstrucción efectiva de la Internacional Comunista. Aquellos que no hayan participado en el núcleo de partida, si son verdaderos comunistas, (y allí no se podrá juntar a todos los comunistas a la vez) redoblarán el ardor en el trabajo revolucionario para el reagrupamiento en función de sus actividades sobre los principios revolucionarios anti-imperialistas y anti-revisionista.
“No sabemos ni podremos saber como las cosas evolucionarán en los próximos años sobre el plano internacional”.
Es posible que pase cierto tiempo antes de la reconstrucción de la Internacional Comunista. Esto va a significar simplemente que los Partidos habrán dedicado tiempo para desembarazarse de sus insuficiencias, para romper sus lazos con los oportunistas y los revisionistas. Pero lo que nosotros sabemos de seguro, de lo cual estamos firmemente convencidos, es que nuestro partido, el P.C.D. en nuestro país Dahomey, en el seno de “nuestro” proletariado y de “nuestros” trabajadores, va a trabajar incansablemente en esta dirección y, para toda su actividad cotidiana, creará una Sección en Dahomey de la Internacional Comunista.
Si al contrario hoy, la situación no ha madurado para la reconstrucción de la Internacional Comunista, si hubiera que esperar aún muchos años para asistir a esta reconstrucción, esta eventualidad no debe en ningún modo, hacernos abandonar este objetivo, y no puede en modo alguno servir de justificación a las corrientes vacilaciones de hoy.
TESIS 11
¿Cuál será la forma de la Internacional reconstruida?
Nosotros no podemos responder a esta cuestión dando desde hoy un esquema pre-establecido.
El desarrollo de un núcleo de verdaderos partidos comunistas, la lucha que emprenderá tal núcleo en el seno del proletariado internacional, las formas de organización que surgirán en el curso de este proceso, permitirá ir despejando el camino para la reconstrucción de la Tercera Internacional con la forma correspondiente al objetivo final de los comunistas, el cual permanece invariablemente definido como la fundación de la República Socialista Mundial para el advenimiento del comunismo.
La forma de organización debe corresponder a su meta teniendo en cuenta la situación presente y sin perder la riqueza del pasado, sin renunciar a la más mínima pulgada de las conquistas realizadas por nuestros predecesores (…)
Contrariamente a nuestros deseos formulados después de febrero de 1982, la Internacional Comunista no ha podido ser reconstruida y esta última situación no depende de la voluntad de nuestro Partido. Peor, el imperialismo y la burguesía, ganándole en velocidad al proletariado organizado, han programado y ejecutado sistemáticamente una contra-revolución como una salida a la situación internacional. Ya Lenin lo había previsto, entre otras indicaciones, en tales circunstancias. Esta contra-revolución que se ha producido de 1989 a 1992 pretende demostrar según sus defensores <<La muerte definitiva del comunismo y de la ideología marxista leninista>> produciendo así un paradigma a los ideólogos y escritores del capitalismo y del neoliberalismo. Diez años han transcurrido y esta pretensión se cae como un castillo de cartas. La contra-revolución ha llegado con una guerra de las más grandes potencias imperialistas contra Irak sin presentarse como una guerra contra el comunismo. Hoy, la principal potencia victoriosa de la contra-revolución, la superpotencia americana pretende retomar esta guerra después de haber sumido a este país en un embargo de más de diez años a fin de probar al mundo que ella es la única potencia, dominando a lo largo del mundo. Y, para mantenerse permanentemente en esta posición, se vio obligada a definir y apuntar a sus blancos, apelando a su mandato en el concierto de potencias imperialistas no sin dificultades políticas, diplomáticas, etc. Durante estos tiempos, los combates se orientan contra el capital financiero internacional así como contra las instituciones que lo representan, la mayor parte controladas por los Estados Unidos de América: Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Organización Mundial de Comercio (O.M.C.), Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Las cosas aparecen como si la victoria sobre el Fascismo hitleriano en 1945 apenas si hizo caer más que un aspecto de la dictadura del capital financiero, que continúa ejerciéndose y que se refuerza con esta forma llamada mundialización. Se comprende ahora que la lucha contra el capital financiero igual se identifica en la lucha contra de la mundialización.
Entonces, se hace necesario para los combatientes, fijarse los objetivos mencionados para las circunstancias de esta hora. A la dictadura del capital financiero, hay que oponerle su contrario desde que se manifiesta. Aquí, no puede ser sino que la dictadura proletaria tienda también a mundializarse. Así, hay que definir tres mundializaciones; la primera, la objetiva, es la dictadura ante todo empírica del capital financiero así como la organización de esta dictadura con el desarrollo de políticas de instituciones financieras. La segunda, subjetiva, es la producción de teorías y de la ideología que las sustenta, con el objetivo de eternizar esta dictadura, y aquí no debemos confundirnos con la dictadura ya establecida. Esta teoría y esta ideología se oponen de manera consciente a las luchas contra el capital financiero y son a la larga dictadas por estas. La lucha contra el capital financiero puede, en una etapa determinada, ser teorizada y profundizada bajo esta relación por los teóricos más apropiados que utilizan plenamente los recursos ideológicos adecuados. La mundialización de este combate teórico que se apoya sobre la mundialización empírica del mismo combate ya existente, es la tercera mundialización, también subjetiva, la cual debe apuntar a definir los objetivos en relación con las luchas del proletariado internacional. También, habrá que profundizar el Sovietismo de Río Grande del Sur y de su extensión eventual a una forma renovada y enriquecida de la Comuna de París y de los Soviet, a una formalización renovada de la República Socialista Mundial, de la República Mundial de los Soviet. Aún no estamos construyendo esta república contrariamente a lo que se pensó al principio de la Tercera Internacional con la victoria de la Revolución proletaria en octubre de 1917.
Se deben dar de nuevo las condiciones materiales para esta construcción. Para poder incidir en ellas y actuar efectivamente, debemos tener cuidado y evitar los errores cometidos, combatiendo todas las fuerzas que se resisten al avance. Tal debe ser hoy la significación de la reconstrucción de la Internacional Comunista para no perder nada de la riqueza del pasado.
La táctica general leninista
Marx y Engels han establecido que el capitalismo constituye un progreso de cara a la sociedad anterior a él, a pesar de sus horrores. Ellos probaron también que el socialismo proviene del capitalismo desarrollado. Los comunistas deben pues basar sus estrategias sobre esas tesis y dentro del cuadro del capitalismo en desarrollo acordar sus estrategias dentro de una tendencia general, la cual constituye su táctica general y cuyas premisas han sido observadas y descritas por Marx y Engels. Para definir esta táctica general Lenin necesito deslindarla de todos los puntos de vista teóricos y estratégicos, retrógrados o anarquistas, ultra izquierdistas o seguidistas. Desde su fundación, el PCB intenta tener en cuenta esos métodos, análisis y conclusiones. Combatimos en nuestro país todas las formas de populismo y oportunismo que hemos conocido. Intentamos deslindarnos de las formas no leninistas de tácticas generales tanto como hemos podido. Sin embargo cada época tiene una característica particular en donde en la forma dominante de la táctica general en los medios revolucionarios puede presentar alguna desviación de la táctica insurreccional leninista. Las cosas aparecen, en cierto momento, como si no se pudiera hacer otra cosa en la elección de un camino. Por ejemplo: ¿durante la Segunda Guerra Mundial hubiera sido posible llamar a la construcción de la República Mundial de los Soviet? ¿Podía uno deslindarse de “la táctica de la guerra prolongada” que, en China, movilizaba centenares de millones de hombres? La táctica insurreccional leninista ha conocido pequeñas desviaciones locales o generales. ¿Se han esforzado los comunistas en cambiar esta situación? Nosotros lo habíamos iniciado desde la creación de nuestro partido en 1977. Durante los 10 primeros años de su existencia nuestro partido ha sido fuertemente influenciado por la teoría revolucionaria del Partido del Trabajo de Albania, PTA, con su táctica general “frentista”. Y aun cuando hemos buscado deslindarnos de ella, a partir de fines de 1988, no pudimos hacerlo radicalmente temiendo quizás una división. Una cuestión que nos preocupaba consistía en realizar la unidad del pueblo alrededor del partido, esperando que el pueblo se levante unido en torno a una insurrección en todas partes. Nadie por si sólo había reflexionado y encontrado una solución clara. Había que tomar en cuenta a oportunistas de todo tipo. El Comité de Salvación Nacional (CSN) desde su nacimiento fue considerado como la dirección política de la democracia revolucionaria incluyendo al PCB. Estábamos en plena contrarrevolución y, mientras tanto, esperábamos el momento propicio para formar un gobierno revolucionario provisional con la ayuda de la insurrección popular.
No se podía pensar en Febrero de 1917 que el gobierno de Kerenski podía constituirse en un gobierno revolucionario provisional, que programara y condujera una insurrección general armada hasta la victoria. Por ello Lenin defendía que los bolcheviques no podían tomar el poder ellos solos y además, el gobierno de Kerenski contaba en aquel momento con apoyo popular.
Entre el 2 y el 11 de diciembre de 1989 la Convención del Pueblo en Benin gozaba de tal apoyo popular, pero el PRPB y sus organizaciones todavía no caían. El 16 de diciembre de 1989 la situación cambió después de la publicación de las resoluciones del 7 de diciembre que consistían en un apoyo del imperialismo francés a Kérékou y sus sicarios. En esas circunstancias se puede hacer notar que aun cuando la situación fuese insurreccional, ninguna insurrección general armada se podía programar y efectivamente no se programó. Un punto de dirección revolucionaria se constituía progresivamente en los medios de los trabajadores y atraía a las masas populares. Este era la Coordinación Nacional de Trabajadores (CNT) que a la larga hubiera podido incorporar a las uniones campesinas y a la juventud. En mayo de 1990 la CNT no podía constituirse en gobierno revolucionario provisional. Convocamos entonces una conferencia de cuadros para decidirlo y tomar las resoluciones necesarias.
Las divisiones entre oportunistas y revolucionarios dentro de la CNT no nos lo permitieron y pasó el tiempo sin una rectificación verdadera y profunda. Un profundo análisis del conjunto del movimiento nos condujo a volver firmemente a la táctica general leninista.
El 3 de octubre de 1992 plasmamos los resultados en un texto acordado por una Conferencia de Cuadros que se reunió en este sentido. La importancia del texto que profundiza los principios tácticos es tal que pensamos necesario reproducir aquí largos extractos:
1.- INTRODUCCION
Si a principios de este siglo en Europa el régimen decrépito de los capitalistas imperialistas tenían que enfrentar las potentes luchas del proletariado y del campesinado; hoy día, al fin del siglo en África y otras partes del mundo, notamos violentos enfrentamientos entre déspotas moribundos y burgueses pro imperialistas por una parte y el proletariado y otros trabajadores, en la otra parte. Si en los dos casos estamos en presencia de países capitalistas con diversos desarrollos, en lo que concierne a las relaciones de clase, la situación resulta mucho más compleja y necesita de un examen más minucioso. Como marxistas tenemos que basarnos en la realidad objetiva; debemos proceder a un análisis científico riguroso para evitar errores de tipo subjetivo. Desde este punto de vista hay que reconocer que el conocimiento de nuestra sociedad queda muy superficial y fragmentario.
Si nos basamos en las relaciones de clase se puede afirmar, con los clásicos, que la Europa de principios de siglo se componía de Estados donde se superponían dos formaciones económico sociales, el feudalismo y el capitalismo; hoy día la situación en África, como en medio del siglo en Asía, es una mezcla de arcaísmos, de edad media y de modernidad capitalista, dominadas por el imperialismo bajo la forma neocolonial o de dependencia. Si en la primera situación podemos afirmar que los movimientos revolucionarios conducían por lo menos a terminar las revoluciones democrático burguesas, que han sido seguidas en algunos lugares por revoluciones socialistas o con revoluciones que indicaban el inicio del socialismo, hoy día en África y, por otra parte, en el mundo, la complejidad de la situación no permite separar tajantemente estas etapas. Marx y Engels han dicho:
Nuestra doctrina no es un dogma sino una guía para la acción (carta de Marx a Sorge fechada en 29 de noviembre de 1886) “Los marxistas debieran de esforzarse por tener un cuadro más exacto, objetivamente verificable de las relaciones de clase y de las particularidades concretas de cada momento de la historia” (Lenin Obras Completas t. 24, p. 33) Esta primera tarea es permanente y no es fácil, exige trabajo, tenacidad y cultura científica. Sin ella los errores son inevitables en política y en el momento en que uno se da cuenta que los había cometido se necesita no sólo reconocerlo, sino también identificarlos lo más correctamente posible para corregirlos en la práctica.
Es basándonos en estos principios como examinaremos la experiencia de los 3 últimos años de la lucha revolucionaria de nuestro pueblo para ser capaces de definir una política científicamente correcta y si para esta tarea es necesario referirnos al pasado de nuestro pueblo y del partido igual que a la experiencia de otros pueblos no vacilaríamos para hacerlo de manera tal de comprender mejor el contenido de nuestras tareas actuales. Nos parece que las cosas se articulan alrededor del periodo que va desde finales de 1989 a principios de 1992 cuando habíamos estimado que una dualidad de poderes se estableció en nuestro país. Es concentrando nuestra atención particularmente en este periodo como sería posible constatar los errores e insuficiencias de nuestro partido. Recurriremos a los clásicos del marxismo para guiarnos.
1.- La dualidad de poder según Lenin (caso clásico)
En abril de 1917 Lenin hablaba de la dualidad de poder en los términos siguientes: (Obras t. 24, p. 28)
El problema fundamental de toda revolución es el poder. Mientras no se aclare, uno no puede desempeñar correctamente su papel en la revolución y menos aún dirigirla. Nuestra revolución tiene algo totalmente original: ha creado una dualidad de poder. Esto es un hecho cuyo alcance hay que comprenderlo ante todo. No es posible ir adelante sin haber comprendido esto. Hay que saber completar y corregir las viejas “formulas”, por ejemplo las del bolchevismo mientras se han rebelado justas en lo esencial, su aplicación concreta se ha rebelado diferente. Nadie antes pensaba ni podía pensar en una dualidad de poder.
Lenin dijo expresamente que es la sucesión de dos etapas de la revolución rusa la que crea la dualidad de poder; la cual debe ser considerada en particular como un fenómeno que expresa una esencia. Se refiere sencillamente al problema del poder en el curso de la revolución. Es lo que destaca claramente cuando insiste en los siguientes términos:
¿En qué consiste la dualidad de poder? En eso que al lado del gobierno provisional, el gobierno de la burguesía, se ha formado otro gobierno, todavía débil, embrionario, pero que a pesar de esto tiene una existencia real, irrebatible y que crece: son los soviet de los diputados obreros y soldados (op. Cit.)
Lenin da esta definición antes de abordar la composición de clase de este segundo gobierno y su carácter de clase: se trata de una dictadura revolucionaria del proletariado y del campesinado (con el uniforme de soldado).
A lo largo del segundo y tercer trimestre de 1917 Lenin precisará el contenido de la dualidad de los poderes en Rusia. Las particularidades de este fenómeno están subrayadas en el documento titulado Las tareas del proletariado en nuestra revolución (tomo 24, pp. 52, 53, 54) Exhortamos a la lectura integral de este texto.
En septiembre de 1917, después de acabada hace largo tiempo, la dualidad del poder, Lenin volvió sobre el concepto, en un proyecto de resolución en los términos siguientes:
Los bolcheviques hubieran cometido un error si los días 3 y 4 de julio, hubiesen decidido la toma del poder como objetivo pues la mayoría del pueblo y aun obreros, todavía no habían experimentado la política contrarrevolucionaria en el frente, de los grandes hacendados en los campos, de los capitalistas en las ciudades, política que se rebeló a las masas después del día 5 de julio y que constituyó la alianza de los socialistas revolucionarios y los mencheviques con la burguesía (obras, t 25, p. 341).
Aparece así que durante la dualidad del poder en Rusia el proletariado y el campesinado pobres, aunque fuerzas fundamentales de la revolución en desarrollo, no tenían todavía conciencia de su papel por razón de la política vacilante desarrollada por los representantes de la pequeña burguesía, esta clase, en efecto, lo arropaba todo creando y alimentando ilusiones en vez de disiparlas. La razón de eso, dice Lenin, es el grado insuficiente de conciencia y organización de los proletarios y los campesinos.
La dualidad de poder no es, al contrario de la opinión difundida y desarrollada por la imprecisión de nuestra literatura, el valeroso y vertiginoso desarrollo del nuevo poder, del poder dual o poder de los soviet. Se trata de lo contrario. Lenin dijo esto en los términos siguientes:
En 1.905, nuestro soviet no ha tenido, para hablar así, más que una existencia embrionaria ya que no duraron más que algunas semanas. Esta claro, no podía tratarse en las condiciones de ese tiempo, de un desarrollo armonioso ni completo. Y en la revolución de 1.917 no podía tratarse tampoco de eso, un tiempo de algunos meses siendo extremadamente corto, y sobre todo: los socialistas revolucionario y los mencheviques prostituyeron los soviet, reduciéndolos al papel de palabrería, el papel de apéndices de una política de alianzas entre dirigentes, los soviet se descompusieron y pudrieron estando bajo la dirección de los Liber, los Dan, Los Tsereteli, los Tchernov. Los soviet no pueden desarrollarse verdaderamente, no pueden cumplir verdaderamente sus tareas y desplegar sus posibilidades a menos que tomen todo el poder del Estado, si no, no tienen nada que hacer, al contrario, no son más que embriones (y no es posible ser embriones largo tiempo), o juguetes. La “dualidad del poder” es la parálisis del soviet (Lenin Obras. Tomo 26, p. 99)
Resulta de todo lo anterior, la existencia de 3 condiciones para el advenimiento de una dualidad de poder en el sentido clásico de Lenin.
1.- Una situación revolucionaria (las condiciones de esta son bien conocidas)
2.- Un partido comunista relativamente débil lo que implica una clase obrera y un campesinado poco conscientes y poco organizados.
3.- El nacimiento de Soviet, tomando el poder por abajo y que no se apoyen sobre ley de ningún tipo, pero sí en fuerzas locales del movimiento revolucionario dirigido contra las clases dominantes (los funcionarios del feudalismo y de la burguesía).
La dualidad del poder en el sentido clásico de Lenin admite 3 características observables desde su instalación.
- Una revolución que estalla o está cumplida. El poder pasa de los representantes de un sector de la economía a otros representantes de otro sector de la misma economía. Se puede tratar de clases distintas o de capas de la misma clase. La clase derribada lo ha sido principalmente producto del heroísmo revolucionario de los obreros y otros trabajadores sin que estos puedan tener el poder real.
- A los soviet embrionarios se añade por arriba un poder de control representado por un Soviet que ejerce algún control económico o político sobre el poder real. La debilidad organizativa de las clases fundamentales provoca el arropamiento de todo por los representantes de la pequeña burguesía que crean y/o desarrollan ilusiones de cara al poder real; este último siendo incapaz de resolver los problemas vitales de las masas populares. El poder de control y/o el poder de los soviet tanto por arriba como por abajo da pruebas de vacilaciones y llega a dejar el poder, voluntariamente o no, al poder real.
- La dualidad del poder dura todo el periodo desde el estallido de la revolución o la revolución cumplida, hasta la instalación y la estabilización de las instituciones previstas por la clase o la capa social en el poder. Durante este periodo las incursiones del poder real contra el poder de control son, o tímidas o, se enfrentan a las protestas de las masas populares. Esas incursiones existen durante este periodo, pasando de la sencilla intimidación hacia grados más elevados de violencia desde el momento que el pueblo se debilita en su ascenso victorioso. Las ilusiones son propicias al desarrollo de esta violencia desde el momento en que las fuerzas revolucionarias no se empeñan por disiparlas.
Así “la dualidad de poder” es la parálisis de los soviet.
2.- ¿Cuál táctica adoptar frente a la dualidad del poder en el caso mencionado?
Lenin lo indica en la consigna siguiente: “obreros, habéis cumplido prodigios de heroísmo proletario y popular en la guerra civil contra el zarismo. Tenéis que cumplir prodigios de organización proletaria y popular (subrayado por nosotros) para preparar vuestra victoria en la segunda etapa de la revolución” (tomo 25, p. 33 y 34) Conviene hacer notar aquí que una revolución acababa de cumplirse: la revolución democrático burguesa, no sólo por lo que puede ofrecer de ilusión, sino también que, produciéndose en un país capitalista relativamente avanzado en comparación al nuestro, el movimiento obrero tiene una importancia particular.
Lenin subraya que hay que tener en cuenta el movimiento soviético en desarrollo, el poder de los soviet en desarrollo aún si es embrionario. Desde entonces un nuevo objetivo estaba a la orden del día: “la escisión al seno de esa dictadura (se trata del poder de los soviet) entre los elementos proletarios y elementos de los pequeños propietarios o pequeños burgueses” (tomo24, p. 35). Lenin aconseja a los marxistas que “tengan en cuenta la vida, los hechos precisos de la realidad y no aferrarse a la teoría de ayer que, como toda teoría, es capaz de indicar lo esencial, lo general, de aportar una idea cercana de la complejidad de la vida” No se trata según Lenin, de contentarse con hacer la propaganda o la agitación con el programa del partido. Menos aún de ponerse a la cola de la burguesía, sino de demostrar con sus actos concretos, que los soviet resuelven los problemas de las masas populares por debajo y que debe ser lo mismo por arriba. Menos aún se trata de insistir en las campañas insurreccionales del periodo anterior, lo cual no tiene sentido por la credulidad ciega de las masa populares, sino de sacarlas de esa situación para que los soviet jueguen plenamente y a toda conciencia su papel.
¿Se hace necesario durante la dualidad de poderes derrocar inmediatamente al poder real? pregunta Lenin y responde:
1.- Hay que derrocarle pues es un gobierno oligárquico, burgués e impopular que no puede dar ni la paz, ni el pan, ni la libertad completa;
2.- No se puede derribarle en este momento pues se basa en un acuerdo directo e indirecto, formal y de hecho, con los soviet de diputados obreros y en primer lugar con el soviet principal, el de Petrogrado;
3.- No se puede, de manera general derribarlo por el método habitual pues goza del apoyo prestado a la burguesía por el segundo gobierno, el de los soviet de diputados obreros; mientras tanto este último gobierno es el único gobierno revolucionario posible, es el único que expresa la conciencia y la voluntad de la mayoría de los obreros y campesinos (tomo 24, p. 30)
Se ve la importancia del papel de los soviet no en lo que pueden o deben ser, sino en lo que hacen concretamente y lo que tienen que hacer en la expresión de esta táctica. Conviene pues investigar a Lenin a propósito de sus ideas acerca del sovietismo.
3.- Los soviet
La Comuna de París es el anuncio de los soviet que aparecieron realmente por primera vez como poder popular en Rusia en 1905. Algunos años más tarde fue el turno de Alemania de conocer el sovietismo bajo el nombre de espartaquismo en 1918.
Como marxista, Lenin ha seguido el movimiento del soviet a partir de 1905 desde su nacimiento y a lo largo de su vida. Anotaba minuciosamente las transformaciones que sucedían en el seno de esos órganos del poder popular, la contribución de las clases sociales en su desarrollo y las repercusiones de este movimiento en la conciencia de los hombres. A principios de 1905 los soviet nacieron espontáneamente para responder a las arbitrariedades de la autocracia zarista, al hambre, a la opresión capitalista y no duraron más que algunas semanas durante la revolución en ese momento; después los soviet aparecieron a principios de la revolución de 1917, se han consolidado a partir de septiembre de 1917 y fue en octubre de este año que se han generalizado en toda Rusia y han podido tomar el poder mediante la insurrección. Desde entonces, el soviet se transformó en un ejemplo para el proletariado y el campesinado en lucha contra el yugo feudal y capitalista por todas partes donde esas luchas están en el orden del día en el mundo. Vividos y entendidos, los soviet han devenido en un concepto con un contenido preciso, una idea. La idea soviética desde el momento en que penetra una realidad con condiciones para su desarrollo, una realidad que está madura para esto, toma cuerpo y nace el soviet en su sentido completo. Tal es, en resumen, la teoría de Lenin sobre el sovietismo. En 1905 no se podían formar grupos de agitación para promover la formación de soviet sobre la base de una acción agitativa, pero desde el mes de marzo al de octubre de 1917, la generalización de los soviet pudo hacerse sobre esta base. En 1902, en Rusia, la palabra soviet, que existía ya en lengua rusa, y que se traducía como “consejo” en lengua francesa, no tenía un contenido concreto que la acercara a la palabra poder, por el contrario integrada a la constitución alemana en 1918, toma vida y se materializa en poderes locales (ver Lenin Obras tomo 27. p. 100)
El partido de la clase obrera puede y tiene que decidir la formación de soviet en el sentido completo del concepto cuando las condiciones han madurado, y si al principio de ese momento esta realidad se ha concretado como un ejemplo viviente, rápidamente se puede generalizar en los sectores no tocados por la propaganda comunista mediante las resoluciones tomadas por el partido. Esta posibilidad viene del hecho de que la idea soviética es sencilla para explicarla a los obreros y campesinos, al contrario que los otros aspectos del trabajo de organización en periodos de paz, cuando las masas se dejan explotar tranquilamente. Es lo que se desprende de la siguiente declaración de Lenin:
hemos obtenido este resultado: que la palabra “soviet” se ha vuelto comprensible en todas las lenguas. Las masas han comprendido que su salvación está en el poder de los obreros y campesinos, en los soviet. Es por eso que nos fue fácil llegar a un acuerdo en el Congreso de la III Internacional en Moscú. En los lugares remotos, en alguna aldea italiana, jornaleros, obreros se reúnen y declaran: “saludamos a los espartaquistas alemanes y a los soviéticos rusos y exigimos que su programa se convierta en el de los obreros de todo el mundo” (Lenin Obras, tomo 29, p. 48)
La idea soviética posee matices en relación con el grado de desarrollo de los países. Resulta que el trabajo de propaganda, de agitación y de organización de los comunistas tendrá características particulares según los países. Pero, fundamentalmente, las características que son esenciales del sovietismo siguen siendo las mismas en cualquiera parte del mundo. Es lo que se destaca singularmente de esta otra declaración de Lenin al II Congreso de la Internacional Comunista:
la guerra imperialista introdujo a los países dependientes en la historia del mundo. Y una de nuestras tareas más importantes es reflexionar hoy mismo la manera de poner la primera piedra del movimiento soviético en los países no capitalistas. Los soviet son posibles allá; no serán soviet de obreros sino soviet de campesinos o soviet de trabajadores. Eso va a exigir un trabajo enorme, errores serán inevitables, grandes dificultades aparecerán en nuestro camino. Una tarea esencial del II Congreso es elaborar o indicar las bases prácticas que van a permitir que el trabajo que hasta ahora se hacía de manera desorganizada en el seno de centenares de millones de hombres se haga de aquí en adelante de manera organizada, coherente y soviética. (Lenin. Obras, tomo 31, p. 239 y 240)
Tal es resumidamente la teoría de Lenin sobre los Soviet, base necesaria de las revoluciones proletarias y de las revoluciones nacionales, democráticas, populares y antiimperialistas. Es con el nacimiento de estos soviet, seguido por su desarrollo más o menos rápido, que se puede aprovechar la dualidad clásica de poderes o de la revolución victoriosa.
4.- Otras formas de la dualidad del poder y formas de movimientos que no pueden conducir a eso
Aquí vamos a contentarnos con enumerar las formas principales con sus características generales sin buscar distinguir ni los matices ni los detalles.
- El guevarismo: consiste en producir artificialmente focos guerrilleros en medios principalmente campesinos, establecer zonas liberadas donde se instalan estados en el Estado con poderes duales, poderes constituidos y establecidos con la esperanza de que su extensión va a destruir al imperialismo. Esta teoría es consagrada en la famosa frase del Che Guevara: “crear un, dos, tres Vietnam y el imperialismo se va a derrumbar” El guevarismo a pesar de su sinceridad es una teoría errónea y la política que emana de ella es aventurera y dañina.
- El maoísmo: después de la fundación de un partido “comunista” en realidad pequeño burgués y después de las primeras tentativas en los centros urbanos y ciudadanos, los revolucionarios llevan el centro de gravedad de sus combates hacia los campos y durante una guerra prolongada (en una colonia, semicolonia o país dependiente) rodean las ciudades y buscan la conquista del poder. Muy a menudo la victoria es posible. ¡Pero, con que sacrificios! El economicismo es la base de esa política fundamentalmente populista. La práctica que emana de esta política conduce a la conquista de zonas liberadas extensibles a todo el territorio del Estado (dualidad del poder).
- La táctica del frente donde se ahoga el partido de la clase obrera: “Frentismo”: un partido comunista se rodea prematuramente de organizaciones de masas que le son cercanas y se lanza a la conquista del poder desarrollando luchas de masas hasta la insurrección. Aquí, el trabajo comunista previo es insuficiente, aún inexistente (es el caso de simples grupos) Insuficiente también es la maduración de las condiciones objetivas de la revolución. Después de muchas bajas, se puede desembocar en la dualidad del poder, con grandes ilusiones, difíciles y aún imposibles de disipar. La revolución puede detenerse a mitad de camino sin la esperanza de su continuación inmediata o la conservación de recursos para el resurgimiento ulterior del movimiento revolucionario. El sovietismo puede morir sin dejar huellas sobre todo cuando el movimiento comunista ha sido escondido a los trabajadores y los pueblos.
Estas tres corrientes son de izquierdas, corrientes ultra izquierdistas de cara al marxismo leninismo. Ahora vienen las corrientes de derecha:
- El trotskismo (variante del revisionismo): no distinguiendo los periodos de auge de los periodos de reflujo del movimiento revolucionario, el trotskismo propone hacer no más que el trabajo de organización, de propaganda y de agitación comunista simultáneamente en todos los países dejando pasar, en ocasiones, situaciones revolucionarias, las cuales degeneran, en países donde tienen lugar, mientras esperan una revolución proletaria mundial siempre esquiva. Eso es en resumen la teoría de la revolución permanente para la cual los principios organizativos de “OBJETIVOS NUEVOS, FUERZAS NUEVAS” son desconocidos. El trotskismo no puede conducir a la revolución. En caso de dualidad de poder se transforma en chovinismo y se aproxima de hecho al socialchovinismo.
- El Kautskismo (revisionismo clásico). En teoría: la franca afirmación de la adhesión a los principios del marxismo leninismo es aceptado. Pero, en la práctica, durante los momentos decisivos, cuando se trata de tomar decisiones audaces, los partidarios de esta corriente no solamente vacilan, sino que también expresan miedo frente a la fuerza y la organización real de la burguesía provocando, a su vez, temores en las masas trabajadores
- Notamos que el revisionismo moderno consiste en la aparición de esta corriente en los dirigentes comunistas en el poder, en su miedo a la fuerza y organización y a la potencia del armamento de los países capitalistas desarrollados. Se transforma, de hecho, en socialpacifismo y para un gran país, inicialmente socialista, en socialimperialismo, para fatalmente conducir a la degeneración burguesa, a la restauración capitalista, e inclusive a la dependencia de cara al imperialismo.
5.- El leninismo de cara a otras formas de poder
Si las formas del movimiento que pueden conducir a la dualidad del poder contrariamente a la forma leninista, así como las formas de movimiento que no pueden conducir a la dualidad del poder son esencialmente erróneas, no se puede rechazarlas rotundamente en todas circunstancias. Es decir que existen condiciones concretas donde los revolucionarios no pueden hacer más que dominarles, rectificando todo lo que caractericen como erróneo.
- Si por ejemplo en una colonia, neocolonia o país dependiente, campesinos se lanzan en rebelión por ejemplo, liberando territorios de cierto país o si una guerra estalla en un país por la agresión de una potencia imperialista y todo eso con la ausencia de un partido comunista, se puede imaginar un agrupamiento rápido de todos los que se reclaman marxistas leninistas para ir a clarificar y dirigir tales movimientos hasta obtener victorias. Hasta una dualidad de poder. Tal táctica general leninista es correcta aún cuando se parezca al guevarismo
- Si la misma situación objetiva que la precedente se presenta con una guerra localizada en el campo y la existencia de un partido comunista esencialmente urbano, el partido puede, sin abandonar completamente las ciudades llevar el centro de gravedad de los combates al campo para dirigir al movimiento en desarrollo hasta su culminación con la insurrección en la ciudad. Se puede observar en estas condiciones el surgimiento de una dualidad de poder. Aquí también hay una táctica general leninista que se parece al maoísmo en la forma pero es únicamente en la forma.
- Un joven partido comunista, sin experiencia, débil o que se ha debilitado por una razón u otra, por ejemplo la represión y que debido a dicha debilidad no ha podido controlar una situación revolucionaria que estalla, con grandes movimientos de masas, puede y tiene que buscar la agrupación alrededor de si de todas las fuerzas combatientes en un frente que va a continuar el movimiento general hasta la victoria o, a pesar de él, hasta una dualidad de poder. Tenemos aquí también una táctica leninista.
- Es leninista también la táctica que consiste, en el caso de un potente movimiento de masas y en presencia de un partido comunista fuerte, en detener la tentativa de tomar el poder en condiciones de hostilidad total en la situación internacional y la interposición de fuerzas armadas extranjeras, sobre todo cuando el partido no esta basado más que en una región de un Estado multinacional donde nacionalidades del mismo se colocan al lado del enemigo. Aquí se trata de una cuestión de evolución y correlación de fuerzas. La revolución diferida no significa aquí el estar esperando la revolución proletaria mundial. Puntualmente uno puede pensar que se trata de una táctica trotskista. Es en lo real leninista si sirve efectivamente a los intereses del proletariado. Se trata para los revolucionarios adaptarse a las condiciones concretas
- En fin, la participación en un gobierno de coalición no es erróneo en sí; las alianzas no son erróneas en sí. Lo esencial es poder responder afirmativamente a la pregunta de si realmente uno esta trabajando por los intereses de la clase y de la revolución. Liberar la energía revolucionaria del proletariado y sus aliados es la meta que debe tener tal táctica.
Es evidente que el leninismo no es fácil. Esto es así con todas las ciencias y particularmente en la ciencia marxista leninista. En estas condiciones es necesario ser prudente no solamente de tal o cual situación sino también y sobre todo cuando se trata de decisiones que hay que tomar frente a condiciones constantemente cambiantes en la vida de los pueblos. El apoyo maduro en las condiciones concretas sigue siendo la llave para la acción después del manejo acertado de la teoría general. Los comunistas tienen pues que deslindarse del dogmatismo y de la frase revolucionaria que ignoran las condiciones concretas, las dificultades reales, el nivel de cultura y la experiencia de los combatientes y de las masas, cosas que no deben excusar las insuficiencias.
Bien aplicado, el sovietismo permite superar las insuficiencias sin poder evitar todos los errores. Las autocríticas son inevitables. Tienen que ser fundamentalmente prácticas en la continuidad del movimiento revolucionario.
6.- Aspectos históricos de la dualidad de poder
Acabamos de observar las condiciones objetivas y subjetivas que presiden al advenimiento de la dualidad del poder en un país dado. ¿Existen condiciones históricas para esto? Tal es la pregunta que vamos a tratar de resolver en esta sección.
Observamos que el marxismo, al momento de su nacimiento, no era conocido sino en los países capitalistas desarrollados de Europa durante la mitad del siglo XIX. La evolución general del mundo parecía coincidir con la de Europa, cuyos países conocían casi simultáneamente parecidos hechos económicos y sociales: crisis, huelgas, insurrecciones, guerras, etc. La revolución proletaria mundial pudiera aparecer al principio como la meta empírica inmediata e inminente del movimiento obrero internacional y, si triunfaba podía permitir la instauración más rápida del humanismo absoluto, el comunismo. Pero los fundadores del marxismo notando que las épocas se sucedían y no se parecían, las diferencias de culturas de los pueblos provocando distancias en la maduración de las condiciones subjetivas de la revolución, las diferencias en los niveles de desarrollo económico cultural de cada país implicando en algunos lugares la persistencia de formas arcaicas de Estado, mientras en otras partes adelantos considerables eran observables, los clásicos del marxismo leninismo se pusieron a reconsiderar la posibilidad de una revolución proletaria mundial al mismo tiempo. Al fin de su vida, Engels llegó a la conclusión que cada país va a conocer su propio proceso revolucionario antes de la revolución proletaria mundial. No podía todavía teorizar el imperialismo estando en curso el primer reparto del mundo. Las tesis de Trotski son, pues anticuadas tanto más que, la historia ulterior pues las rebatió.
La revolución rusa produjo desde febrero hasta julio de 1917 la forma clásica de la dualidad de los poderes pero, Rusia si bien era menos desarrollada que los países de la Europa del oeste era mucho más avanzada que los países de oriente, de Africa y de América del sur donde había todavía muchas colonias. Es por eso que los movimientos guevaristas y maoístas eran posibles en estos países, mientras por otra parte la táctica general del frente era posible y, en última instancia, admisible.
Desde el advenimiento del imperialismo, la humanidad no ha parado de progresar tanto en el dominio cultural como en el aspecto técnico. Todos los países hoy han llegado a un nivel de desarrollo capitalista y cultural de tal modo que la penetración del marxismo leninismo es posible en todos los países del mundo. La aplicación de los principios soviéticos se vuelve más y más fácil, más y más accesible a los trabajadores y a los pueblos a pesar de las grandes diferencias que quedan. Si es normal que durante los años 1950, 60 y 70 el maoísmo ha podido conquistar los corazones y los espíritus y que el guevarismo ha podido durante los años 1960, en América Latina sobre todo, hacer lo mismo, hoy día esas corrientes del pensamiento revolucionario han caído en el estancamiento y se puede decir que las dualidades de poder a lo Guevara o a lo Mao se han vuelto más y más inadmisibles. No quedaría pues más que las corrientes del frente o del leninismo, porque queda entendido que el trotskismo y el kautskismo no pueden producir dualidad de poder por sí mismos, no la pueden producir sin la presencia a su lado, luchando simultáneamente de la corriente marxista leninista.
Las próximas revoluciones proletarias o las que se aproximan (RNDPA) van a ser dirigidas por verdaderos partidos comunistas con tácticas leninistas o no van a triunfar. Nos aproximamos en consecuencia al fin de una época y en esas circunstancias, grandes problemas teórico y prácticos no pueden más que plantearse para los revolucionarios que tendrán el deber de elevar su perspicacia a la altura de los acontecimientos” (Conferencia de cuadros de 0ctubre 1992. Informe del Secretariado Ejecutivo sobre la situación desde diciembre de 1989 y las tareas del partido del proletariado. Octubre 1992)
A MANERA DE CONCLUSION
En líneas anteriores hemos dicho que los camaradas mexicanos proponían “que sería importante escribir en la Revista sobre la realidad de cada país. Que hay que elaborar las normas de la Conferencia. Que teníamos que encaminarnos hacia la creación de una verdadera Internacional. Que hay que reforzar los campamentos de la juventud pero también pensar en una asociación de la juventud internacional.” Es seguro que casi todos los partidos han apoyado la necesidad de elaborar nuevas normas para la Conferencia. ¿Es suficiente eso para resumir todo lo que se propuso a este denominador común como propone la Coordinadora? “el orden del día va ha centrarse sobre las normas organizativas y de funcionamiento de la Conferencia y a más tardar en enero de 2003…” El término norma en el contexto de la proposición de los camaradas mexicanos no puede resumirse en el sentido como lo han hecho los camaradas de la Coordinadora. La construcción de una organización de hombres no empieza por normas organizativas a menos que se convenga que ya está construida y que ahora se trata de centrarse en su funcionamiento regular. Ahora bien, “encaminarse hacia la creación de una verdadera Internacional” ciertamente no se trata del funcionamiento de una Internacional ya construida. ¿Cuáles han sido los objetivos de las Internacionales en el pasado? ¿Cuáles son los objetivos de una Internacional proletaria hoy reconstruida? Esto objetivos según todo lo que hemos dicho arriba no son diferentes de los ya conocidos desde la I Internacional. Por sus experiencias empíricas, el proletariado y los pueblos profundizan cada día la comprensión de sus objetivos y hacen progresos época tras época.
Los objetivos de los partidos comunistas, todavía hoy válidos, lo son después demás de un siglo, así como se puede notar que fueron definidos desde esa época. Si estamos todavía reivindicándolos hoy, es porque el proletariado conoce un retroceso general que es necesario precisar. Esta reivindicación es indispensable para todo progreso ulterior. Evadir esto e ir a la formulación de normas organizativas, es anclarse en el retroceso y no comprender la noción de progreso en el terreno de lo que estamos analizando. Si desde 5 años hubiésemos hecho ese esfuerzo y nos apoyáramos sólidamente en ellos, hoy podríamos hablar de normas organizativas luego de haber estudiado y vuelto a estudiar a nuestros maestros Marx, Engels, Lenin y Stalin. Y si más de un decenio antes hubiésemos redefinido los objetivos de los partidos comunistas individual y colectivamente, si dos decenios antes hubiésemos cumplido estas tareas, ¿no hubiéramos evitado las consecuencias desastrosas de la contrarrevolución?
La tarea del día para el conjunto de los proletarios se resume en una palabra: liquidar el marasmo teórico que sigue todavía vigente en su seno. No se puede olvidar las etapas e ilusionarse en la falsa esperanza de ir de prisa a menos de pecar de oportunismo y profundizar el marasmo teórico. Si uno o dos partidos entienden correctamente este punto de vista, tarde o temprano, van a extender su influencia al resto de los partidos comunistas y el marasmo teórico será completamente liquidado.
La adhesión a los principios aquí reivindicados constituye el punto de partida. Una vez haber obtenido esto de ciertos partidos no se necesita la totalidad de los partidos que se reclaman marxistas leninistas o revolucionarios; los protagonistas encontraran las vías y medidas para organizarse. Tendrán que empezar por el análisis de la situación actual. Tendrán que buscar y saber donde y como los soviet existen y se extienden hoy. Entonces van a darse las tareas para esta extensión en el marco del objetivo que sigue siendo la construcción de la República Mundial de los Soviet. Mientras tanto, debemos estudiar las razones del marasmo teórico, las premisas de la contrarrevolución, la presentación de paradigmas contrarrevolucionarios en el mundo de parte de la burguesía y el imperialismo. Así, un núcleo firme se consolidara. Sin ese núcleo no habrá un paradigma nuevo para el proletariado (la mundialización subjetiva del proletariado indicada más arriba) Las masas se educan con paradigmas sucesivos que reciben determinaciones particulares en varios y diversos dominios. Los elementos objetivos existen para combatir y vencer la mundialización subjetiva del imperialismo y la burguesía. Es a partir del núcleo ya mencionado que es posible crear en los países donde la situación ha madurado subjetivamente círculos de materialistas militantes que se esfuerzan para desarrollar y difundir el materialismo. Aquí no se necesita ser comunista pero si los comunistas toman la iniciativa, pueden contribuir a la aceleración del movimiento para echar las bases de la liquidación definitiva del marasmo teórico. Es lo que tratamos de realizar en Benin con el Instituto Internacional de Investigación y de Formación (INIREF). De seguro el marasmo teórico no ha sido liquidado en nuestro país. No tendríamos la pretensión de poder hacerlo solos. Seguramente, la liquidación del marasmo teórico es una suerte de revolución filosófica a escala mundial, una victoria de clase donde una correlación de fuerzas se establecerá a favor del materialismo dialéctico, vanguardia del materialismo militante en contra de todas las formas de idealismo así como sus ramificaciones.
La utilización en las condiciones mencionadas del materialismo militante para la orientación de las organizaciones de masas, permitirá pues, la renovación de la acción revolucionaria en diferentes sectores, país por país, y, con la integración a escala mundial.
- Al nivel del movimiento sindical
- Al nivel del movimiento estudiantil
- Al nivel del movimiento de la juventud
- Al nivel del movimiento de las mujeres, etc.
En esa perspectiva es necesario fijarse como objetivos parciales.
- La creación de sindicatos rojos, de confederaciones sindicales rojas en cada país y, porqué no, la confederación sindical mundial de trabajadores.
- La creación en cada continente de nuevos movimientos estudiantiles revolucionarios y su federación a escala mundial.
- La creación en cada continente de nuevos movimientos revolucionarios de juventud y su federación a escala mundial.
- La creación de movimientos revolucionarios de mujeres y su federación a escala mundial.
- En los países pobres, de uniones campesinas y su federación por continente y también en escala mundial.
Las organizaciones revolucionarias que existen deberían contribuir a estas creaciones y saber tener paciencia para no llevar agua al molino de las organizaciones reaccionarias u oportunistas. Esas importantes bases de masas van a permitir la búsqueda de nuevos paradigmas y la instrucción de grandes masas populares y con un aprendizaje que no le faltara el conocimiento y la organización.
NOTA FINAL
Es en el contexto aquí descrito y así construido que los partidos comunistas van realmente a aprender a construirse. Encontraran fácilmente los materiales que se han perdido. Sabrán distinguir la práctica bolchevique de la práctica menchevique. Fue reflexionando en estas últimas cuestiones que nuestro Partido, el Partido Comunista de Benin elaboro para su militancia y para los comunistas que lo deseen, estas “aclaratorias” durante su IV Congreso Ordinario que tuvo lugar los días 3, 4 y 10 de febrero de 2.001 en Cotonou, aquí incorporadas en anexo.
Quien dice normas dice acción práctica. Las cuestiones de acción práctica se resuelven cuando se conocen sus metas y se persevera en su logro sin desfallecer y firmemente.
Cotonou, 4 de enero de 2.003