¡Oye Pancho, no vengas tú con esa! Y disculpa la confianza, pero la inspira la manera como te diriges a los trabajadores de este país, tu discurso resume la mayor ironía que sufrimos los venezolanos, para no reflejar aquí frases célebres que descarguen el enojo que uno siente.
Haré referencia a cada una de las partes de tu mensaje que me llaman más la atención. Tu discurso justifica la violación de los más elementales derechos de los trabajadores. Derechos conquistados a lo largo de la historia de Venezuela, pero vulnerados por los gobiernos de las últimas dos décadas, utilizando estrategias disfrazadas de un discurso socialista y reivindicativo de la clase obrera por parte del Estado y sus defensores. En realidad tu discurso es expresión de la más vil flexibilización laboral, propio de los más conspicuos tecnócratas del neoliberalismo (busca y refresca lo que eso significa).
Pero antes de responderte con precisión, Francisco Torrealba, no puedo dejar de comentar el reciente discurso del Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, a las FANB: “Es inviable pagar la tabla salarial que teníamos en julio”. Esto es como un antecedente inmediato a lo que traman con las nuevas tablas salariales. Del planteamiento de Padrino López se puede concluir que la verdadera intención de fondo no es dirigirse solamente a las FANB (quienes gozan de otros beneficios), sino que es un mensaje desesperanzador para los trabajadores, pues perciben sus salarios a través de tablas, escalas y tabuladores. “Si eso les dicen a los militares, que quedará para el resto de la sociedad” es lo que llega al subconsciente de los que ya veníamos sacando cuentas un tanto favorables, con base en los múltiplos del salario mínimo aumentado en el mes de julio. Es que los del gobierno saben que la tabla de los salarios de los militares levanta polvo en la sociedad y por eso comienzan por allí.
Francisco, cuando afirmas que “al abordar este tema debemos comenzar por tener en cuenta que no hay NI UNA SOLA tabla salarial, escala o tabulador que no haya sido ampliamente superada por el incremento anunciado por el Compatriota Bolivariano Trabajador Presidente y Comandante en Jefe Nicolás Maduro Moros” dices algo que suena fantástico pero es una perogrullada: ningún sueldo podría estar por debajo del salario mínimo nacional, así que eso no es ninguna reivindicación heroica.
Luego dices, “además, se debe sin dudas destacar que el ANCLAJE AL PETRO del salario mínimo nacional de las trabajadoras y los trabajadores representa un antes y un después en el mundo sindical y en las relaciones del Proceso Social del Trabajo; esto en pocas y cortas palabras entierra los viejos esquemas reivindicativos y obliga a recrear los modelos de negociación colectiva. Las tablas, escalas o tabuladores deben renacer como han renacido el salario y el trabajo a partir del Programa de Recuperación Crecimiento y Prosperidad Económica.” Por supuesto que va a representar un antes y un después en el mundo sindical y en la lucha de la clase trabajadora. Estaríamos en presencia de la mayor estafa tramada contra los trabajadores de este país. Ya confiesan que van a cambiar los modelos de negociación (los de julio), pero en realidad los han cambiado cada vez que les viene en gana. En el sector de los trabajadores universitarios lo hemos vivido: asesinaron las normas de homologación que establecían los aumentos sobre la base de la inflación promedio y con ello se hundió desde hace una década nuestra capacidad adquisitiva , llegando a lo sumo a no más del 20% de la canasta básica y siempre con la rimbombancia de los anuncios hechos de forma unilateral por el presidente, acompañado de un grupito sindical patronal haciendo coro, recibiendo halagos de Maduro, quien los califica como los más increíbles de toda la historia de la humanidad.
Considera lo que dices cuando afirmas que “por tanto debemos sacarnos el cassette de las viejas tablas, tabuladores y escalas y disponernos a asumir con lealtad y mucha claridad política el Pacto de Clase que tenemos con el Obrero Primer Presidente Chavista Nicolás Maduro Moros”. Francisco, no es un cassette, son DERECHOS ya establecidos y adquiridos, son conquistas de los trabajadores. Tampoco es un pacto con Maduro, primer violador de las contrataciones colectivas del sector público. No es un asunto de lealtad, no manipules ni confundas las cosas. Se trata de la defensa de derechos laborales. No creas que porque tienen a un público que les aplaude el resto de la sociedad no piensa. Es más, hasta su propio público piensa, pero por alguna o varias razones, no dicen nada y sus quejas son secretos a voces.
Esto es un claro indicador de la imposición en ese “nuevo paradigma” de relaciones laborales: “Adicionalmente y para tranquilidad de todas y todos, las tablas, tabuladores y escalas están siendo elaboradas no sólo por el Ministerio del Poder Popular para la Planificación sino también por el del Proceso Social del Trabajo que está bajo la responsabilidad actual del Profesor Eduardo Piñate, un hermano de clase que sabe bastante de este tema, y por si fuera poco, toda propuesta pasará al final por la aprobación definitiva del Compatriota Bolivariano Trabajador Presidente Comandante en Jefe Nicolás Maduro Moros quien sabe todavía más del asunto.” Es decir ¿no pasarán por las distintas bases sindicales y sus sindicatos? ¿No hay negociación posible? Saben que habrá descontento y críticas, por eso lo evitarán o en el mejor de los casos harán un show de los acostumbrados, propaganda gubernamental para engañar a los más desprevenidos.
El tufo autoritario y antidemocrático se evidencia en lo siguiente: “Por último, ayer se instaló el Congreso Constituyente de la Clase Obrera, convocado por el mismísimo Obrero Primer Presidente Chavista Nicolás Maduro Moros, por lo que cabe la pregunta siguiente: ¿les parece que después de este evento tan especial y trascendente haya espacio para sembrar en la Clase Obrera Venezolana el Síndrome de las tablas, tabuladores y escalas salariales?”.
Es como una falta de respeto calificar la desesperación de los trabajadores como un “Síndrome de las tablas”. Desde los anuncios hechos por el presidente el día 17 de agosto los precios subieron durante los días 18 y 19 de ese mes. Frente a la incertidumbre la gente salió masivamente a comprar alimentos. Luego del día 20 de agosto, hubo un aumento en los precios de los productos de primera necesidad, realizado de manera descontrolada y disfrazada como un “ajuste de precios acordados”. Con esos “ajustes” el salario mínimo de 1.800 bolívares soberanos se convierten en sal y agua, pues con él no se podrá comprar 16 productos de los 25 que recientemente fueron “ajustados” conjuntamente con unas 35 empresas (leer Soberano engaño: los 1.800 de Maduro).
De esta forma se vuelve a golpear el poder adquisitivo de los trabajadores. Y para colmo, el viernes 31 de agosto en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.401 se “modificaron” (léase aumentaron) los precios de siete productos que habían sido “ajustados” (vuélvase a leer aumentados) en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6397 del pasado martes 21 de agosto (leer Ajustan precios a siete de los primeros 25 productos regulados)
El gobierno durante esos días mostró contradicciones sobre cuando comenzaría a regir el nuevo salario. Finalmente acordaron que a partir del 1 de septiembre, pero los aumentos de productos fueron hechos 10 días antes, no obstante, el trabajador deberá esperar hasta su quincena para cobrar aún no se sabe cuánto porque no han salido las tablas y preguntar por ellas es sufrir del “síndrome de las tablas”, es decir, que toca aguantar callado durante 25 días y sobrevivir en medio de aumentos de pasajes, servicios, alimentos, entre otros, pero con un salario calculado en Bs. fuertes y sobre la base del salario de 50 Bs S, que fueron cobrados antes de los anuncios ¡Que arremetida tan fuerte y brutal contra la clase trabajadora y sus familias!
Otro elemento a destacar es que lo descrito anteriormente da cuenta de las preferencias que tiene el gobierno con un sector de la economía y no con los trabajadores. Primero salió la lista de “ajuste de precios acordados” antes que las “tablas, escalas y tabuladores” y de comenzar siquiera a cobrar un nuevo salario de no se sabe cuánto.
No existe ningún socialismo más allá de los discursos de los funcionarios gubernamentales y el PSUV. Lo que existe es la ejecución de las políticas capitalistas de lo más salvajes que ha conocido nuestra historia venezolana. Lo hace una dictadura disfrazada de revolución. Lo hace un gobierno entreguista, que ha profundizado nuestra dependencia, que poco le importa la producción nacional pero sí los negocios de las mafias con las importaciones, que ha incrementado el endeudamiento externo, que se postra ante los imperialismos chino y ruso en el caso del Arco Minero y lo que queda de industria petrolera.
Francisco Torrealba, te voy a recordar el artículo 19 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sobre la progresividad de los derechos:
«El Estado garantizará a toda persona conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los Derechos Humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del poder público”
Tu discurso disfrazado de nuevo paradigma no es más que el anuncio de que van a violar, una vez más, nuestra Carta Magna y el principio de progresividad en ella establecido. Desde esa instancia fraudulenta que llaman asamblea nacional constituyente (sí, así en minúsculas) y de la cual formas parte, intentarán dar un zarpazo a los derechos laborales conquistados por los trabajadores venezolanos.
Hago un llamado a los trabajadores: no permitamos que consuman una nueva estafa con las tablas y escalas salariales. Debemos hacer respetar lo acordado en las contrataciones colectivas. Preparemos la huelga general contra el paquetazo madurista y organicemos la tercera rebelión para salir de la dictadura.
De acuerdo con el planteamiento de este documento, los trabajadores debemos ser más activos, en la respuesta al gobierno,en la defensa de derechos adquiridos.
Estas medidas no hacen otra cosa más que preconizar las medidas totalitarias y unilaterales, soslayando la esencia misma de las convenciones colectivas y las organizaciones sindicales. Pretenden que seamos nosotros, los trabajadores y las trabajadoras, meros apéndice del estado.
Considero que debe nacer un liderazgo obrero fundamentado en los verdaderos principios de la clase obrera para no volver a la regresión de los viejos estadios de luchas y de la barbarie. Eso si, ese liderazgo debe estar desprendido de os intereses partidistas y oportunistas de las viejas estructuras mafiosas y sindicaleras.