Una bien orquestada tramoya dirigida por Gerardo Blyde y Jorge Rodríguez; un capítulo más en el que se obvian absolutamente las voluntades de los venezolanos, acuerdos que tienen de inicio en la agenda la recuperación de fondos para el régimen que que sabemos de sobra que no contribuirán a disminuir la crisis que se vive en el país. Las delegaciones que coinciden hoy, parecen construidas y armadas por el mismo régimen. Incluyeron además a la esposa de Alex Saab , para demostrar ante la comunidad internacional, quién lleva la batuta en esta nueva ronda de obsequios para el régimen. Las negociaciones ya comienzan con una profunda debilidad, en la que aparentemente el único que exige y obtiene, es el gobierno de Nicolás .

Aun así y a pesar del escepticismo reinante, la población esperaba al menos algo de firmeza por parte de la comisión que hace el papel de oposición; que estableciera condiciones mínimas para asistir a dicho encuentro. Pero esto queda a un lado .

La agenda está construida de tal forma que los problemas de fondo sea y aparenten ser lo menos escencial .

Una agenda que debió ser plenamente política, que girara en torno a las miles de circunstancias que padece la población y en las que no se vislumbra salida sin un cambio de gobierno que pueda girar el timón.

El régimen padece una crisis y en esta monta una vez más un teatro de negociación en el que solo pretende recuperar fondos y levantar sanciones, los mismos fondos que de manera atlética ha desperdiciado.

Un ejemplo, la quema de capitales que inyecta a diario para contener el valor paralelo del dólar, sin tener mejores efectos. La crisis avanza porque las políticas económicas no contribuyen a un crecimiento real y mucho menos levantan el aparato productivo. Por el contrario, las políticas del régimen han contribuido a que los grandes capitales nacionales y extranjeros despeguen desmesuradamente sus ganancias mientras los venezolanos hacen milagros para subsistir.

El régimen fue vencido de hecho hoy está derrotado, pero se mantiene gracias a sus aliados dentro y fuera del país, y a una oligarquía nacional que ha construido y funciona de coraza para mantenerse estable, llevando las riendas del Estado. A sangre y fuego continúan siendo gobierno, mientras la oposicion intenta organizarse. Evidentemente le mostraron al país dos versiones de oposición y con una de estás están negociando. Ahora nos preguntamos ¿Cuál es la oposición verdadera? ¿La que busca hacerse de un candidato unico mediante primarias en el 2023 o esa que negocia capitales en el extranjero?

La cordura nos llevaría a darnos la respuesta. La oposición real es la que padece las mayores atrocidades del régimen, la que es diezmada con salarios de hambre, la que muere en hospitales; la oposición real es la representada por los que murieron luchando o los que miles que están presos, a los que se les encarceló injustamente .

Para quienes hemos padecido esta ruda tragedia que ha llevado al país al borde de la quiebra y nos mantienen en la subsistencia; los que a duras penas podemos medio comer, ha llegado la hora.

El asunto aquí es definitivamente darle un orden a la esperanza y el ímpetu de lucha por un cambio real, que permanece intacto en los venezolanos .

Ordenar esto implica que se empuje en una sola dirección y además es determinante la participación de la población. Es vital levantar un movimiento asambleario que ordene las necesidades reales y construya un pliego de exigencias.

Para que podamos crear un clima de acuerdo político verdadero, es necesario:

  • Es innegociable la libertad plena de los presos políticos y primera condición.

  • Aumento salarial y cancelación de todos los compromisos pendientes.

  • Conciliación de una fecha para las nuevas elecciones presidenciales.

Es desde este punto desde dónde se puede construir un acuerdo de gobernabilidad, que permita cambiar el rumbo económico y político para la transición .

El régimen feneció y los próximos meses para las elecciones requieren de un clima que permita a la población llegar a las elecciones para un cambio .

Condicionar el diálogo y las elecciones al levantamiento de las sanciones, a la obtención de fondos, no es más que un chantaje, una estrategia dirigida a mantener la dictadura. La incapacidad de mantenerse sin el dinero que intenta recuperar y con las sanciones, les impide moverse a sus anchas, pero ninguno de estos factores inside en las condiciones dignas de vida población, o paliar salir de la crisis.

Para que podamos crear un clima de entendimiento es imprescindible empujar en la dirección correcta. Recientemente Jorge Rodríguez indicaba que iban en camino a la normalidad. Pues la normalidad implica liberar los presos, cesar la persecusión sindical y la disidencia política, y frenar los procesos injustos en contra de luchadores sociales .

Pero también implica el cese de la entrega del país a consorcios y potencias internacionales, elevar los salarios y cancelar los compromisos pendientes.

Hay que ampliar el abanico y cambiar esos negocios que abre el régimen de forma unilateral con particularidades que no representan los intereses del pueblo. Quienes negocian obvian a los presos y a los familiares, desconocen y olvidan a los que murieron, a los torturados y a los desplazados, obvian que el peso de la crisis cae sobre los más pobres, los damnificados y los exiliados.

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