Los jóvenes y el pueblo venezolano hemos librado en los últimos años heroicas acciones por la libertad y la democracia, por la dignidad y la justicia social, por la independencia y la soberanía nacional. Este 2016 no será distinto. Comienza un año de luchas por nuestras reivindicaciones y por la libertad. Es imprescindible la participación ciudadana para terminar de consolidar la salida del régimen. En este 2016 seguiremos azotados por la crisis general que en todos los órdenes afecta a la sociedad venezolana, producto de la destrucción del aparato productivo nacional y de una economía que cada día depende más de los precios del petróleo. Esto que padecemos es el resultado de la gestión de un liderazgo político cuyo objetivo ha sido mantenerse en el poder sin importarle el destino de nuestra patria. Tampoco le importa a este régimen la dependencia a la cual somete a Venezuela, hoy endeudada hasta hipotecar nuestro futuro. Que sean chinos o estadounidenses los acreedores lo que viene es a demostrar que el antiimperialismo de quienes dirigen al país es puro palabrería hueco. 

Terminamos un año con un salario pulverizado y con las condiciones de vida de los venezolanos cada vez peor. Lo cual se tradujo, en las elecciones el 6 de diciembre, en un castigo por parte del pueblo venezolano hacia el gobierno y una abstención de casi dos millones de venezolanos que dejaron de creer en la gran farsa del “Socialismo del Siglo XXI”. 
Los jóvenes siempre han sido un factor fundamental en la reconstrucción de sus naciones. Nosotros no seremos la diferencia. Así como lo demostramos en el 2014 al enarbolar las luchas de quienes aspiramos tener un futuro que no esté fuera de nuestras fronteras, que no esté hipotecado y al acompañar las luchas del pueblo en su clamor de cambio político, con la misma gallardía, insumisión y rebeldía lo haremos en este 2016. Les corresponde a los jóvenes alzar las banderas de lucha por sus reivindicaciones, por la calidad de la educación media y universitaria, que cada vez se ven más deterioradas. Además de las reivindicaciones de los jóvenes trabajadores.
Los jóvenes no podemos ser indolentes ante la fuerte crisis que viven los estudiantes de educación media. Jóvenes a quienes permanentemente les promedian sus notas por falta de profesores. ¿Y quién va a querer ser docente en Venezuela donde no hay un ajuste salarial, seguridad social y condiciones de trabajo que dignifiquen la profesión docente? Es necesario elevar la calidad de la enseñanza, el respeto y el prestigio social de esta profesión. Por ello, este año 2016 los jóvenes debemos acompañar las luchas por la dignificación del salario docente para que el educador no continúe siendo el peor remunerado de la administración pública. 
La ley de bienestar estudiantil es un punto imprescindible en nuestra agenda de luchas. Es necesario tener buenas condiciones de estudio para que los jóvenes no se vean obligados a desvincularse de la cotidianidad del estudio y formación. Una Ley que contemple: un presupuesto que se ajuste a la inflación y a otras dificultades económicas; una beca igual a un salario mínimo para los estudiantes; residencias estudiantiles acordes con la población demandante de este servicio y un sistema de salud eficiente. Sin olvidar la exigencia de aumento del salario real que, al igual que los educadores, demandan los trabajadores y profesores universitarios. De esta forma las universidades tendrán posibilidades de convertirse en grandes centros de desarrollo para el país, con base en el avance científico- técnico que le brinden grandes aportes al país enmarcado en una visión de independencia y soberanía nacional. Asimismo, debemos propiciar el debate sobre la reforma de la ley orgánica de educación y la ley de educación universitaria.
Con todos aquellos que no han podido finalizar o darle continuidad a sus estudios porque han tenido que dedicarse a subsanar la crisis familiar, tenemos el compromiso de impulsar el debate sobre las condiciones inhumanas por las que atraviesa buena parte de la juventud trabajadora. Se debe luchar por condiciones que garanticen un salario suficiente, seguridad social integral, trabajo formal y condiciones laborales que permitan combinar el estudio y el trabajo. Sin olvidar la lucha que debemos dar por una “ley del primer empleo” y proteger a aquellos jóvenes que se gradúan y son excluidos por no poseer experiencia laboral. 
Así, manifestamos como juventud la urgencia de un cambio político, esta aguda crisis ha acabado con la dignidad, posibilidades de progreso y bienestar del pueblo venezolano. Lo menos que queremos es complicidad y colaboración con el gobierno por parte de algunos sectores de la oposición. El cambio que buscamos comienza por propiciar una politica que logre una gran unidad nacional, que incluya a todos los sectores sociales y políticos y no solo a unos pocos partidos. En este sentido, se requiere que se active la facultad de la Asamblea Nacional y se convoque a un referéndum revocatorio. Teniendo en cuenta que la oposición puede definir las reglas con las cuales se debe llevar a cabo este proceso. Un referéndum fuera del chantaje que el gobierno pretendía implantar en la población por el solo hecho de participar en un evento democrático de este tipo.
Finalmente, un punto esencial de nuestras luchas en este 2016, no negociable, debe ser una Ley de Amnistía que permita la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados. Nuestros jóvenes que lamentablemente se encuentran tras las rejas y que gracias a su lucha en el 2014 fueron parte fundamental de esta aplastante derrota a la farsa oficialista se merecen estar en libertad plena. Así como todos aquellos jóvenes que aún deben comparecer ante un tribunal y tienen juicios abiertos. 
Los jóvenes en este 2016 seremos los sepultureros de un régimen retrógrado. De un régimen que busca acabar con nuestro futuro y con las posibilidades de progreso, ascenso social y desarrollo de todos los venezolanos. Sepultaremos a quienes han obligado a miles de jóvenes y familias a buscar un futuro fuera de nuestras fronteras. Enarbolaremos cambios democráticos que sirvan al interés nacional y busquen la reconstrucción del país; no un cambio al servicio de cúpulas o elites que solo buscan perpetuarse en el poder, mientras otros aspiran participar en el festín con más cancha. ¡Los jóvenes somos la esperanza, el cambio es ahora! Rescatemos nuestro Futuro, hagamos historia. 
Secretariado Nacional
 Unión de Jóvenes Revolucionarios
 Juventud del Partido Bandera Roja
11 de enero del 2016. 

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