LAS 13 ROSAS

Fue uno de los episodios más crueles de la represión franquista. El 5 de agosto de 1939, trece mujeres, la mitad menores, fueron ejecutadas ante las tapias del cementerio del Este. Su historia sigue viva hoy en forma de libros, teatro, documentales y cine.

La historia de Las Trece Rosas empezó a principio de los años 30 del siglo XX en Madrid, en el seno de las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas), rama política de los más jóvenes afiliados al PCE. Se trataba de un grupo de muchachas jóvenes de entre 18 y 29 años, siendo siete de ellas menores en una época donde la mayoría de edad estaba establecida en 21 años.
A finales de la guerra el bando sublevado tomó Madrid y, con ello, el control del país. Franco declaró por acabada la contienda el día 1 de abril de 1939 y a partir de aquí comenzó su particular caza de brujas, es decir, la represión de todos aquellos que eran del bando rival y contrario a sus ideales (que en boca del dictador eran «los que tenían las manos manchadas de sangre») y, cómo no, los comunistas tenían el «honor» de ser de ese grupo.

Condenas a muerte tras la contienda

De las JSU fueron condenados 56 afiliados, entre los que se encontraban trece jóvenes mujeres que habían pasado los días de presidio en la cárcel para mujeres de Ventas en unas condiciones inhumanas (4.000 reclusas para un sitio donde cabían 450). 
La ejecución se programó para el día 5 de agosto a la madrugada y todas ellas hicieron gala de un pundonor y un coraje solo visto anteriormente en la figura del que fuera presidente de Cataluña, Lluís Companys i Jover: al levantarse el día del fusilamiento se ataviaron con sus mejores galas como si de una cena se tratase y al llegar al paredón, ante la fila de militares, gritaron al unísono: ¡Viva la República!

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