Como anunciamos desde hace meses, el gobierno se adelantará en la adopción de medidas de claro corte liberal para atender problemas y seguir favoreciendo a los grandes ricos.
Evidencia clara de esta afirmación y de la naturaleza del régimen chavista lo representa la devaluación del bolívar frente al dólar de más de 45%, sin que muestre señales de cambio de una política económica en favor del capital financiero y los importadores.
La devaluación disparará aún más el alto costo de la vida, por lo que los ricos se harán más ricos y los pobres más pobres. El precio de todo lo importado, o sea, casi todo, se hará más costoso. No le quedará más remedio al gobierno que aumentar los salarios para que la demanda no llegue a niveles críticos que afectarían a quienes ellos defienden. Esto es, al no haber poder adquisitivo de un conjunto de rubros, unos importados, la mayoría, otros de producción nativa, caerá la demanda y serán afectados los niveles de venta, de realización pues. De allí que el gobierno aumentará el salario, claro, para mayo. Mientras, los ricos venderán más caro y, siendo el mismo salario, quienes venden ganan más y quienes somos asalariados nos hacemos más pobres. Esto demuestra claramente que se trata de un gobierno que no defiende el salario. Se trata de un gobierno que está a favor, en general, de los burgueses, pero, principalmente de los importadores y de los banqueros, quienes con está devaluación verán fortalecido su patrimonio en dólares, mientras especulan en el mercado paralelo.
No es de extrañar que en lo sucesivo se subasten dólares y papeles del tesoro, aumentando aún más la deuda pública, cargando más al presupuesto de gastos, compromisos que conducirán a una rebaja de los gastos en cuestiones sociales para así honrar la deuda contraída.
Con todo, el gobierno no alcanzará el equilibrio fiscal. De allí que, junto al incremento de precios producto de la devaluación, habrá más aumentos producto de la inflación. O sea, como no lograrán aumentar la recaudación –que no sea por la devaluación que acaban de producir, lo que no alcanza para equilibrar el presupuesto de ingresos–, pondrán a funcionar la máquina de billetes sin respaldo en el crecimiento de la economía real, lo que se traducirá en un aumento de la inflación. Repercusión mediante en la desvalorización del salario.
Esta medida, además, al no estar acompañada de políticas de incentivos de la producción, de protección del aparato productivo frente a la importación, conducirá a una tendencia recesiva y de mayor freno al desarrollo nacional. Recordemos que el gobierno ha anunciado como una gran cosa la incorporación de Venezuela en Mercosur, lo que se traducirá en una mayor flexibilidad de lo importado desde Brasil y Argentina, con las consecuentes repercusiones negativas en la capacidad competitiva del producto nativo, ahora más acentuada con la devaluación.
Un gobierno de los banqueros y los importadores no podía hacer otra cosa. Pero, con el cinismo de seguirse presentando como patrióticos y a favor de la gente. De allí los esfuerzos previos para presentarse como revolucionarios. Por eso utilizan la noble figura de Noél Rodríguez y los hechos del 4 de febrero, como preámbulo que les permite para afianzar el ropaje, sólo eso, de revolucionarios socialistas, otorgándose unos a otros medallas y órdenes de primera clase y tal… lo que nos recuerda las palabras de Aquíles Nazoa en La historia de un caballo que era bien bonito cuando se lo llevan a la guerra y el general le dice: “mira caballo, déjate de jardines y de maricadas de esas y ponte al servicio de tal y cual cosa, que yo voy a defender los principios y tal, y las instituciones y tal, y el legado de yo no sé quien, y bueno, caballo, todas esas lavativas que tú sabes que uno defiende”.
Basta de farsa chavista, rebélate!
Carlos Hermoso
Caracas, 8 de febrero de 2013

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