Reunión plenaria del Comité Central

12 y 13 de noviembre de 2016

Agenda:   1) Situación política (ponencia central: GP; agregados: CH, RF, JC, BS, PAM).

2) Elección del CPN.

Director de debate. PAM / Secretaría de acta: BY y PG.

 

1)      Situación política.

El momento coyuntural es muy complejo, pues exige prontos readecuamientos tácticos y coloca en circunstancia de mucha exigencia a quienes promovemos un verdadero cambio en el país.

Sin lugar a dudas, el mayor peso de la grave crisis por la que atraviesa el país ha sido, y está siendo, descargado en el pueblo y en especial en los trabajadores, con salarios pulverizados que ya no alcanzan siquiera para su supervivencia y la de sus familias, en un proceso continuado de desvalorización del salario real, con caídas abruptas en los dos últimos años. La política económica que ha impuesto el gobierno implica que la población y en especial los asalariados subsidien vía impuestos y tributos el presupuesto nacional y el elevado déficit fiscal, en el marco de una devaluación de la moneda que en magnitud y celeridad no tiene parangón en nuestro país. La situación es de tal gravedad que muchos trabajadores prefieren aceptar la rebaja de sus ingresos en el monto del bono de alimentación planteada por algunos patronos, con tal de mantener sus empleos, lo que confirma la máxima del capital de trasladar aumentos de costos operativos sobre la clase trabajadora y el pueblo en general.

Con esta determinante agudización de la crisis social, política y económica, también se han acrecentado los niveles de conflictividad social, presentándose formas de luchas que van más allá de las constitucionales y pacíficas, como son la toma de instituciones, los saqueos, el cierre de vías y otras expresiones de protesta popular. Pese a que aún no implican una rebelión popular o un estallido social generalizado, estas manifestaciones se han hecho presentes en la cotidianidad del país y apuntan hacia una actitud definitivamente de mayor determinación y coraje en la pugna por la consecución de reivindicaciones sociales, e incluso por paliativos que permitan sortear este desastre.

Estamos en un punto en que los acontecimientos que se derivan de la crisis general son muy cambiantes, contradictorios y complejos, lo que implica atender la coyuntura con base en la certera máxima marxista que exige “un análisis concreto de la situación concreta”, nada menos, requiriendo una mayor atención tanto a las particularidades de las contradicciones en pugna, como a las condiciones subjetivas que emergen y que se van gestando en el proceso. Asimismo, el momento requiere especial atención a las diversas contradicciones, entendiendo que algunas de ellas están en el seno del pueblo mismo y no pueden ser tratadas de igual manera que las contradicciones con el Estado, con el poder. Las contradicciones en el seno del pueblo requieren mucha racionalidad, un método y un tratamiento especiales.

Nos corresponde a los revolucionarios desenmascarar las prácticas sobreexplotadoras del empresariadoque en connivencia con el régimen de dominación política profundizan la desvalorización del trabajo, sin importar las graves consecuencias sociales y sus implicaciones políticas, para lo cual debemos difundir nuestra propuesta programática para superar el actual estado de cosas y atender algunos elementos fundamentales en relación con el momento político y sus múltiples manifestaciones.

Estamos pasando por una crisis económica muy aguda pero el país no está quebrado, como aseguran algunos voceros de oposición, ya que las inmensas riquezas minerales —coltan, oro, diamante, bauxita, hierro,caolín, etc.—, junto a las reservas probadas de petróleo, son un colchón muy importante de recursos para atemperar la actual crisis. El gobierno se orienta hacia una diversificación de los ingresos a través de la misma política rentista —en que se inscribe también la explotación del arco minero—, manteniendo el endeudamiento externo para paliar en lo inmediato los efectos de la crisis, sumado al desarrollo de una cruenta política impositiva. Se trata entonces de seguir corriendo la arruga y por ende provocando la agudización de la crisis. Aunque las condiciones del gobierno no le permiten crear esperanzas y carecen de los recursos de otrora para el mantenimiento del clientelismo y la demagogia, y a pesar de que su discurso luce desgastado y sin aliciente para atraer a su base de apoyo social, pues nadie escapa a los efectos de esta aguda crisis generalizada, aún el gobierno tiene un margen de maniobra, pues efectivamente controla el poder.

Aumentan las contradicciones internas del régimen, sobre todo las relacionadas con vinculación con las bases sociales. El deterioro del partido de gobierno sigue avanzando, con desprendimientos significativos de intelectuales, clase media y trabajadores. Dentro de la FAN hay muchas fracturas e inestabilidad, pero sigue privando la unión del alto mando en defensa de sus intereses y del pacto de mafias que caracteriza la estructura de poder.

Sin embargo, diversos factores contribuyen de una u otra forma a la supervivencia del gobierno. En forma determinante los intereses del imperialismo, su lucha por los mercados y el suministro de materias primas y la significación que Venezuela representa en este ámbito, son factores que han contribuido a la preservación del gobierno; evidentemente no conviene a tales intereses una protesta desbordada o focos de rebelión que apunten hacia una situación insurreccional. En cualquier caso la presión internacional está dirigida a producir mejoras y a establecer líneas que permitan la conservación del sistema; su presencia en el diálogo y la puja por evitar un descontrol social son evidentes, asimismo contribuye la gran empresa al mantenimiento del sistema. Por su parte, las fuerzas armadas —enlazadas al gobierno y uno de sus sostenesprincipales— han generado intentos de control por vía de una feroz represión y la creación de una atmósfera de terror, cuestiones que son usadas para chantajear la movilización, la protesta y otras formas de rebeldía e insumisión . A todo ello cabe sumar la ausencia de una dirección política visible del descontento, capaz de interpretar el momento y articular las luchas, y, por otro lado, las acciones apagafuegos —como el diálogo y su consecuente desmovilización—, que son factores que sirven de soporte al sostenimiento del gobierno, el cual, además, mantiene su unidad interna en el marco de mafias dispuestas a no entregar el poder. El análisis del cuadro que configura la crisis, como condición objetiva, y las condiciones subjetivas —que se traslucen como un movimiento espontáneo de masas, pero con posibilidades ciertas de una rápida politización— apunta a que uno de los escenarios con mayor posibilidad de ocurrencia lo constituye la irrupción en el escenario político de un estallido social generalizado y más politizado, al cual debemos dejar de satanizarlo, al igual como se hace con las formas de lucha que se salen de lo electoral, pacífico, constitucional, legal, institucional, etcétera.

La inminente posibilidad de un estallido social no debe dar lugar a confusiones y mucho menosestigmatizaciones. Lo tradicional es que se produzcan y se materialicen amenazas desde diversas instancias, tanto desde el ámbito internacional con su diplomática coacción intervencionista, como desde el gobierno y/o las fuerzas armadas con sus advertencia de control a sangre y fuego, bien sea por el riesgo de la acción de los llamados colectivos o del control a través de una cruenta represión militar/policial. Por encima de tales chantajes, amenazas y riesgos, el estallido social es una realidad que puede manifestarse en cualquier momento por la agudización de esta catastrófica crisis, dado que los elementos perceptivos y vivenciales son fundamentales y la brecha entre ricos y pobres se ha ampliado significativamente, por lo que una rebelión popular generalizada —en la que participe la población más depauperada y que abarque a múltiples sectores populares y nacionales— es una posibilidad cierta hacia la cual el pueblo venezolano ha ido avanzando y que requiere dirección, claridad, firmeza y organización.

Hay que entender que las diversas formas de lucha se encuentran imbricadas con su contenido social; la racionalidad política conduce a no casarse con ninguna forma específica de ellas, es aquí donde el análisis histórico y la comprensión de la realidad concreta son imperativos; incluso luchas que fueron rechazadas pueden ser reivindicadas, llega un momento en que las formas constitucionales de lucha son inútiles, su discurso y su práctica ya no son viables, no sólo no calan sino que dejan de tener sentido convertirse en fútiles.En estos momentos, las formas de lucha constitucionales y pacíficas, las marchas multitudinarias (que sirvieron para demostrar la capacidad de convocatoria y para presionar) son de muy poca utilidad, la realidad y las condiciones subjetivas presentes en la población expresan la demanda de elevación hacia otras formas de lucha.

El nivel de la crisis no le da al gobierno posibilidades de crear confianza y mucho menos esperanza. Aunque la oposición llegue a procesos de absoluta conciliación y a menos que lleguemos a extremos deineficacia en nuestra acción política, todo apunta a un cambio político o, en su defecto, a un reacomodo del gobierno y/o del régimen de dominación. Vivimos momentos en que están por definirse algunas tendencias políticas, y que aunque muestran una direccionalidad aún no se dibujan claramente ante los venezolanos. Llevar el ritmo correcto —sin adelantarnos pero tampoco sin rezagarnos— de la confrontación implicaapurarnos en los preparativos del partido en todos los sentidos, pero principalmente en su convicción de tener mejores condiciones para convertirnos en factor beligerante de los posibles desenlaces que pudieran presentarse, en vanguardia que represente los intereses de los trabajadores, del pueblo y de la nación ante los distintos bloques o fracciones que vayan conformándose, y que a su vez sea un factor de unidad nacional para establecer un nuevo orden.

El análisis de la situación coyuntural y sus imbricaciones, lo condicionante de la realidad objetiva y la emergencia de nuevas condiciones subjetivas, la comprensión de la tarea principal y de la labor del partido, la clara importancia de la flexibilización en materia de alianzas y en torno a las instancias unitarias, todo ello demanda una sincronización táctica que requiere mucha disciplina política, una gran capacidad de iniciativa y el despliegue de todos nuestros esfuerzos poniendo el énfasis en el elemento principal: la urgencia de un cambio político que desplace el actual gobierno y cree condiciones favorables para el pueblo y la nación para un cambio de régimen.

 

Unidad y articulación de fuerzas

La articulación de fuerzas ha de establecerse no sólo en cuanto a las luchas inmediatas, a las circunstancias políticas y a la salida revolucionaria, sino, además, en relación con un programa alternativo, es así que el Programa de Reconstrucción Nacional (PRN) es un instrumento que cobra importancia por los elementos estructurales que contiene y sobre su base es factible lograr y establecer alianzas con amplios y diversos sectores de la sociedad venezolana. Se trata, entonces, del acoplamiento y enlace de las luchas en todos los terrenos, de establecer coordinaciones y unificar a sectores de los de arriba, comprometidos con una idea nacional, así como a los sectores populares en torno a un programa mínimo, que apunta hacia una nueva democracia y nuevas políticas económicas y sociales.

En consecuencia la difusión del PRN, la promoción de su debate y su adopción por diversos sectores es una labor que ha de ser asumida en todos los organismos y colectivos del partido. El programa permite la vinculación, en todos los regionales e instancias organizativas del partido, con gremios de trabajadores, así como con los frentes sociales, sectores empresariales y organizaciones políticas. La pertinencia del programa permite articular tanto a sectores pequeño-burgueses, como intelectuales, a representantes de la burguesía y a la clase obrera, en torno a sus elementos programáticos. Se trata de unir diversos sectores sociales para alcanzar un objetivo, el cual se condensa en la propuesta de una nueva democracia, así como aprovechar lasreagrupaciones en torno a objetivos específicos.

El programa comprende la construcción de un poder alternativo, el eje de una nueva democracia fundamentada en el desarrollo de un movimiento asambleístico como poder de base, es decir, la promoción de asambleas como espacio de dirección política, de decisiones y ejecución. En consecuencia, es fundamental que en las asambleas populares se debatan, junto a los elementos de la plataforma de luchas, los temas que recoge el programa y sus determinaciones; las condiciones para una revolución industrial, exaltando la preponderancia de la producción nacional en términos de empleo, de satisfacción del mercado interno, de la reducción de las importaciones a su mínima expresión, de la configuración de una burguesía nacional, con condiciones para una nueva política económica, bancaria e impositiva.

El PRN promueve el debate de todos los elementos éticos, del protagonismo social, del poder de base, de los objetivos reivindicativos y otros elementos que están al alcance de las asambleas. El programa es, entonces, un instrumento de la cotidianidad, como plataforma de lucha es una articulación estratégica que puede recoger además todo el descontento chavista, a los sectores avanzados de las masas y de los partidos en articulación clara con el partido. Es el programa un elemento subversivo de la política nacional y supone una entrada para la difusión y comprensión de nuestro programa de democracia popular.

En cuanto a la unidad, la MUD y las alianzas con los diversos factores políticos, sociales y gremiales, la complejidad de la situación y las situaciones en pleno desarrollo exigen la flexibilización y el mantenimiento de los análisis centrados en los elementos concretos que al respecto se presenten. El partido ha de centrarse en la construcción de la unidad superior para la salida del gobierno y la reconstrucción nacional, este proceso requiere distinguir con claridad quién es el enemigo principal. Mantener un análisis concreto, crítico, e ir a la raíz de los fenómenos no implica centrar los ataques hacia sectores que son potenciales aliados en la actual coyuntura y que pueden convertirse en compañeros de ruta, por el contrario el análisis concreto ha de derivar en la propagación de la ruta de salida. La lucha por la hegemonía en estos tiempos de cambio se hace mucho más aguda y nosotros tenemos que ser claros en la defensa de los intereses de los trabajadores y del pueblo en su conjunto, frente a las imposiciones de las potencias imperialistas y frente a las ansias desmedidas del capital, que en su exigencia de “confianza” para invertir lo que buscan es más retroceso en materia salarial y deterioro aún mayor en las relaciones de trabajo, con el impulso de la flexibilización y la desregulación.

 

Formas de lucha. Luchas políticas sociales, gremiales

En cuanto a las formas de lucha, destaca la importancia y la urgencia de una vanguardia en la línea de la lucha social, aspecto en el cual se coloca el mayor acento en las actuales circunstancias. Nos corresponde a los revolucionarios levantar en la acción y la vinculación orgánica con las masas, de no hacerlo no tendría ninguna razón la vanguardia.

Uno de los elementos puntales es la lucha por un salario suficiente, el cual apuntala la acción en el sector de los trabajadores. Es aquí que las iniciativas y las vinculaciones orgánicas de la Comisión Obrero Sindical cobran preponderante importancia, en materia de organización de actividades de lucha reivindicativa por el salario en todas las instancias, tanto nacional como regional y sectorialmente.

Así como la lucha por un salario suficiente, corresponde en esta etapa impulsar luchas por reivindicaciones sociales, por seguridad, servicios, por la supervivencia, luchas en el movimiento estudiantil por el pasaje, luchas en el sector universitario por el presupuesto, es decir, se impone un momento en que el protagonismo social, la organización y agitación de las bases, aunada al liderazgo, exigen la acción de la vanguardia, ponerse a la cabeza para dirigir, para articular y para crear plataformas de lucha en la que se integren gremios, asociaciones y organizaciones de lucha social con un marcado tono político.

Acciones específicas y las orientaciones generales deben ser llevadas con especificidad a todos los sectores. Iniciativas como la creación de equipos de respuesta rápida, orientados por el partido, constituyen una instancia organizativa válida para enfrentar la política represiva del régimen y es una tarea a abordar por parte de los cuadros. La lucha social debe asociarse al cambio de régimen y no sólo de un gobierno, para lo cual la vinculación con las masas es fundamental. El acento de las luchas sociales en estos momentos está en plantear la defensa y aumento del salario real para los trabajadores, las reivindicaciones sociales generales, el mejoramiento de los servicios deteriorados, especialmente de salud y educación, el pasaje estudiantil.

El programa mínimo es el instrumento unificador de estas instancias orgánicas a ser promovidas, aunque el contenido no necesariamente tiene que ser estrictamente revolucionario, sino lo suficientemente amplio para unir todo el descontento y articular todas estas formas de lucha.

En cuanto al protagonismo social y al acento en las luchas de este sector, es necesario impulsar un movimiento que aglutine y que constituya una plataforma de articulación de las luchas reivindicativas, cuyo telón de fondo es el cambio político y que configure en sí mismo los elementos que establecen el logro de una unidad superior.

Con respecto al diálogo, para cualquier eventualidad se debe tomar en cuenta que en el mismo participan actores fundamentales del poder establecido, allí están los factores imperialistas, la institucionalidad del Estado, los factores políticos y económicos, y además secundarios como la MUD. Un posible fracaso o percepción de un fracaso de este diálogo entre las masas implicaría la elevación de las formas de lucha a otros niveles, para los cuales debemos prepararnos. Cualquiera sea el desenlace de este diálogo nos conduce a la reformulación de la actual táctica por cuanto los acuerdos no van a favorecer al pueblo. Ello nos coloca en una situación de emergencia en la adecuación de nuestras fuerzas en correspondencia con el desenlace en ciernes, pues tenemos una situación de debilidad en la cual la poca vinculación orgánica con los mismos sectores del pueblo y con sectores aliados —además del hecho de no tener el instrumento electoral en nuestras manos— hace que tengamos mermada nuestra capacidad de iniciativa política, a lo que hay que prestarle mucha importancia para revertir en el corto plazo estas dificultades.

 

En cuanto a lo electoral

La vinculación orgánica, la fuerza y liderazgo de las luchas, la promoción de ideas y formulaciones para la resolución de la crisis, conforman elementos que han de dar fortaleza a los dirigentes del partido para asumir condiciones de protagonismo y participación en el ámbito electoral. Los posibles escenarios electorales (regionales y municipales), además de alguna consulta nacional como la “resurrección” del referendo revocatorio (RR) u otra similar, nos obligan a mantener comunicaciones estrechas con los posibles liderazgos que se vayan levantando y que estén cerca de expresar nuestros planteamientos programáticos, e ir consolidando esos acercamientos con compromisos de promover también a nuestros compañeros.

Por otra parte se requiere la conformación de un organismo rector en el partido —junto a comisiones electorales en las regiones— que diseñe planes y trace líneas maestras en relación con la política electoral, que evalúe, haga seguimiento y arribe a resultados eficaces en la promoción de liderazgos y de alianzas en lo electoral. Dada la condición del partido en cuanto al secuestro de su tarjeta, se han de materializar formas electorales que puedan dar la necesaria representatividad del partido en materia electoral. En todo esto, seguramente influirá la recomposición o realineación de fuerzas que pueda producirse tanto en el campo de la oposición como en las propias filas oficialistas.

Lucha contra la represión

El régimen está dispuesto a seguir profundizando la represión, no solamente selectiva sino masivamente, hacia los sectores sociales que reclaman sus reivindicaciones, hacia las protestas pacíficas. La violencia del régimen también se expresa en las decisiones acomodaticias del TSJ en contra de algunas acciones de la oposición, de las limitaciones legales para que se legalicen los partidos, en el saboteo judicial al RR y en general a todo tipo de decisiones que favorecen al gobierno y que vulneran la legalidad. En estas circunstancias el partido y sus cuadros deben prepararse ideológica y políticamente para enfrentar la represión, los conflictos violentos, pasar de una forma de lucha a otra, de prepararse para la toma de decisiones, de organización ante la represión y la escalada de violencia del régimen. La educación, formación y preparación de las masas se convierte en una tarea insoslayable que debe ser asumida por los cuadros del partido y ello implica un elevado grado de disposición y confianza, en principio, en nosotros mismos y en nuestras fuerzas y, por supuesto, en las masas.

Se requiere enfrentar la represión desde lo ideológico y lo político, con una posición de fortaleza y resistencia, esto comprende profundizar los aspectos ideológicos y el compromiso revolucionario con la lucha y la convicción de que esa lucha es correcta, el fortalecimiento para resistir la presión y las diferentes formas de tortura. En lo político el partido ha de tomar las acciones necesarias para superar la represión, en los organismos ha de discutirse y diseñar normas y procedimientos que permitan preservar la estructura del partido, sin menguar la lucha y la combatividad, es decir dar respuesta y preservar la estructura. Ello pasa por la elaboración de planes, planes de contingencia, y emergencia, así como de funcionamiento en casos de emergencia.

Nuestra trayectoria y tradición constituyen una gran fortaleza; los elementos que derivan de nuestra experiencia son de vital importancia en los momentos actuales. En este sentido, el partido tiene una historia de la cual derivar varios elementos, tanto organizativos hacia el seno de las masas en dispuesta posición de lucha, como en la vinculación con los organismos de derechos humanos, la organicidad, la articulación y la capacidad de funcionamiento, así como la denuncia y las posibilidades de respuesta con la asesoría y presión de los sectores populares hace más difícil al Estado la violación de los derechos humanos.

 

Defensa de los derechos humanos

Estamos frente a la judicialización de las luchas sociales, civiles y políticas con el uso adicional de colectivos armados y grupos paramilitares, el objetivo de esta represión judicial y general es buscar quebrar la voluntad de lucha del individuo y de las organizaciones.

El partido debe rescatar su tradición e impulsar y vincularse a los organismos de DDHH, crear desde los organismos regionales organizaciones de defensa de los derechos humanos y vincularse a las existentes, ayudar a dotarlos de los elementos teóricos, ideológicos y políticos que fortalezcan su trabajo y convencimiento en su justa lucha por la defensa de los derechos humanos, en lo concerniente a la represión la persecución y a los presos políticos, en la vinculación con familiares y amigos y el impulso de luchas, denuncias y acciones de contundencia. Ello puede incluir promover la lucha ante la violación de elementales derechos humanos como la alimentación, la salud y la vida; entendiendo que derechos humanos son tanto los civiles y políticos, como los económicos, sociales y culturales.

 

El partido

El partido ha de convertirse en una referencia política en las actuales circunstancias. La construcción del partido, su acrecentamiento y la formación de los cuadros es una laboral de principal preponderancia en los actuales momentos. Ello implica prepararse para dar respuesta teórica y política a cualquier cambio o desenlace de la actual coyuntura. Se trata de formar una fuerza real, que actúe como autoridad frente al movimiento de masas, prepararse para cualquier eventualidad, para cualquier forma de lucha y elevar la preparación y calidad de los cuadros.

El partido requiere de un protagonismo en la acción, de demostración de liderazgo. El entendimiento de la coyuntura, de las diferentes contradicciones, de los métodos y de formas de lucha que requiere el contenido social como unidad indisoluble de las mismas, pasa por la formación acelerada de los nuevos cuadros y de la incorporación de nuevos militantes, así como por el refrescamiento y reanimación de los cuadros de mayor experiencia. La captación en los sectores avanzados de las masas, en los sectores de trabajadores, de la pequeña burguesía investida de valentía y rebelión, así como en los sectores disidentes del chavismo, se acompaña con la propagación de ideas y conceptos revolucionarios e indudablemente se nutre de la vinculación orgánica con las masas y los frentes de lucha.

El momento indica la necesidad de buscar mayor cantidad de aliados, incluidos los compañeros de ruta en todos los sectores y clases sociales. Estamos, en resumen, en una situación donde los bloques están definidos entre la élite y el poder de base que supone nuevas formas de lucha, el apertrecharse del instrumento programático, de estructuras, equipos y una dirección general, de un estado mayor en lo operativo. El partido debe articular sus fuerzas y analizar el acercamiento incipiente de sectores burgueses hacia lo nacional por lo golpeada en sus intereses y por la urgencia de cubrir la demanda interna insatisfecha por la reducción drástica de importaciones. Hay que prestar mayor atención al estudio del comportamiento del lumpen-proletario quien juega un papel muy negativo en este proceso y porque el chavismo tiene el control de este sector social. Se debe ir hacia la construcción de un poder alternativo a través del movimiento asambleístico para sentar las bases de una nueva democracia, de una nueva relación con el sector externo, para la producción nacional y la productividad.

Convertir al partido en un organismo de combate político, de empujar su presencia y beligerancia en las instancias decisorias. Para ello necesitamos acrecentar nuestras fuerzas, con una formación rápida y asociada a organismos que funcionen y operen con efectividad. En este sentido se requiere combinar el correcto funcionamiento de los organismos, su dinamismo y capacidad de respuesta e inserción en el terreno político, el mejoramiento de nuestra capacidad de dirección y acción ejecutiva, así como la vinculación orgánica y política con las masas, todo ello en función de generar una marcada incidencia en la resolución del conflicto político y en la demostración de la calidad y capacidad política del partido para la consecución de garantías de desarrollo y de una democracia de nuevo tipo.

Es necesaria una forma diferente de hacer política en el partido, las nuevas adherencias han de encontrar un organismo con funcionamiento colectivo, que atienda y dé a conocer las líneas de trabajo organizativo. Este mismo fortalecimiento ha de generase tanto en las comisiones como en la conformación de plataformas amplias, esto implica varias líneas que resolver con rapidez: la construcción de colectivos, de instrumentos funcionales, de renovación rápida y expedita cooptación, direcciones regionales eficaces y construcción de células. Requieren atención inmediata, resolución, conformación y activación las comisiones nacionales de Finanzas y Electoral, así como la reactivación de la universitaria, la obrero-sindical y la vecinal que no logró su materialización, aun cuando avanzó en la presentación de líneas generales.

En cuanto a la UJR y su dirección nacional se presentan flaquezas que demandan inmediata atención, el partido ha de disponerse a construir núcleos de la UJR en las regiones, sin desmedro de su autonomía pero atendiendo su formación. A su vez la UJR requiere vincularse estrechamente con las masas juveniles, con el movimiento estudiantil y sus luchas, diseñando un plan de inserción y captación en educación media y por supuesto de ampliación de influencias en el sector universitario. La UJR requiere determinaciones fundamentales para su crecimiento y el desarrollo de planes en conjunción con la comisión universitaria. Dado que muy pocos regionales tienen dirección de la UJR, el partido debe ayudar a incorporar y establecer los contactos pertinentes. Algunas iniciativas como la lucha por el pasaje estudiantil, la aprobación de la ley de pasaje y la ley de bienestar estudiantil, la exigencia de presupuesto suficiente para las universidades, constituyen luchas reivindicativas, entre muchísimas otras, en que la iniciativa y la dirección política de la UJR cobran mucha relevancia.

Todos los elementos esgrimidos, todos los análisis, críticas y discusiones, nos conducen hacia el partido y la contundente relevancia de demostrar su papel en el desarrollo de una fuerza revolucionaria alternativa, con una respuesta de cambio que no se quede en la mera reforma. Esto requiere ir avanzando en el fortalecimiento del partido como referencia, en la participación en la política —con todo y lo degradada, mercantilizada y pestilente que ella es—, en la inserción del partido en la lucha por la hegemonía. Se hace indispensable reconstruir el partido y apertrecharlo ideológicamente, ubicándose en las contradicciones de este momento, en sus tendencias y posibilidades, en la táctica de la coyuntura. Esto remite al partido como una fuerza real vinculada a las masas, que se convierta en autoridad en la conducción del movimiento de masas y orientador hacia la conquista de victorias. El partido como referencia de la unidad, de una propuesta de organización y articulación de fuerza, con un programa, actuando como una dirección política general y operativa que articule todos los equipos direccionales y operativos.

Un partido de referencia ética y combativa, representado en cada uno de sus militantes, cuyo desprendimiento, aporte, disciplina consciente y compromiso constituyan una unidad ideológica y política que produzca seguridad, confianza y esperanza, que le dé el carácter de dirigente revolucionario. Es el momento de un partido que pueda arribar a la ejecución de la táctica que la coyuntura exige, entendiendo esta situación compleja en la que se debe jerarquizar que es lo principal y lo secundario. En esto destaca la formación del partido en las diferentes formas de lucha y en la plena confianza en las masas para articular fuerzas que conduzcan a la victoria.

2)      Elección del CPN

La reunión plenaria del partido decidió la elección del nuevo CPN, el cual quedó configurado por los siguientes miembros: principales: GPA, CH (miembros directos del organismo), PAM (por unanimidad), RF, BY, JH, JC, RC, DT; suplentes: VP, EB, CL, SM.

 

Incorporación del MVTC

En la plenaria fue leído el documento que como resolución tomó el pleno del MVTC el sábado 12 de noviembre, luego de sus análisis y coincidencias con nuestra política en el marco de las concepciones marxista-leninistas. El MVTC decide incorporarse al partido y solicita la cooptación al Comité Central y su integración orgánica. El CC saluda y da la bienvenida a este grupo de compañeros, y acogiendo de la mejor manera su solicitud determina que sea el CPN quien tome las determinaciones específicas para cumplir con su incorporación al partido.

Transcribimos como anexos tanto la resolución del MVTC como la inmediata respuesta dirigida por la Comisión de Organización Nacional.

Caracas, 25 de noviembre de 2016

MOVIMIENTO VENEZOLANO DE TRABAJADORES COMUNISTAS

Resolución política emanada de la Tercera Asamblea Nacional de Delegados

El Movimiento Venezolano de Trabajadores Comunistas el día de ayer 12 de Noviembre del 2016 en reunión extraordinaria y con la participación de la mayoría de sus miembros (6 militantes) frente a las circunstancias económicas políticas y sociales de nuestro país que demandan una imperiosa evaluación y un análisis concreto para la realización de una táctica acertada que se adapte a las condiciones actuales y así lograr la unificación de los Marxistas-Leninistas de Venezuela para la superación de la actual crisis concluye lo siguiente:

 

CONSIDERANDO:

1. Que el sistema capitalista imperante nos mantiene bajo la dependencia de las potencias imperialistas que hoy pugnan por un nuevo reparto del mundo y que ejercen sobre nuestro país una gran presión para evitar el completo desarrollo de las fuerzas productivas y por ende la permanencia del mismo bajo el sistema de dominación imperialista y la división internacional del trabajo.

2. Que la situación política inminente en Venezuela es la de la conformación de un gobierno de coalición donde el Estado Burgués garantiza la explotación de las mayorías oprimidas por los bloques de partidos burgueses PSUV/MUD hasta ahora en conflicto pero que busca un nuevo reacomodo político bajo la fachada de “paz” para disfrazar la dictadura de la oligarquía financiera y la crisis, mientras la población se encuentra en una situación desesperante.

3. Que estamos a las puertas de una situación revolucionaria donde las clases dominantes muestran claros rasgos de debilidad, confusión y falta de liderazgo, mientras las clases oprimidas sufren un escalado deterioro de sus condiciones materiales y espirituales dando paso a un proceso de auge o flujo del movimiento revolucionario en su lucha por superar las actuales condiciones en las que se encuentran donde afloran elementos espontáneos en todo el territorio nacional que deben ser correctamente direccionado por una verdadera vanguardia.

4. Que las condiciones actuales demandan una inmediata correlación de fuerzas para la elaboración de una táctica acertada que se adecúe a las condiciones materiales así como una vital y crucial alianza de los Marxistas-Leninistas por el fortalecimiento del

partido del proletariado para que sea capaz de colocarse en la dirección política de las masas y luchar por desgajarlas de la influencia de los partidos burgueses dominantes que siembran la confusión ideológica y que buscan apaciguar la lucha de las clases y sectores oprimidos minando el camino de la revolución.

5. Que es necesario aclarar frente a las masas, organizaciones, fuerzas revolucionarias y progresistas del país, la naturaleza de este régimen de explotación y su subordinación a las potencias imperialistas y que mediante la utilización de un discurso pseudorevolucionario pretende esconder la total entrega de nuestros recursos al capital trasnacional sumergiendo en la ideología burguesa del “socialismo del siglo XXI” a los sectores más pobres de nuestro país.

6. Que en Venezuela no se ha levantado un verdadero frente popular erigido desde las bases que pueda unificar a las clases y sectores explotados en torno a un programa amplio que plantee la liberación nacional y la ruptura con el imperialismo para lograr el desarrollo de las fuerzas productivas, la abolición de las actuales relaciones capitalistas de producción y así sentar las bases de la nueva democracia, una democracia directa y de asambleas donde el partido juegue un papel hegemónico como catalizador e impulsor.

7. Que nuestro movimiento siempre ha tenido presente la necesidad de la creación de un partido verdaderamente Marxista-Leninista que agrupe a la vanguardia del proletariado de nuestro país encargado de la educación y preparación política e ideológica que luche por la revolución de liberación nacional, la dictadura del proletariado, la construcción del socialismo y el avance a la sociedad sin clases.

8. Que a principios del mes pasado se inició un proceso de acercamiento entre el MVTC y el partido BR para intercambiar perspectivas políticas y avanzar en la elaboración de la táctica necesaria para el momento actual.

RESUELVE:

1.  Que el Movimiento Venezolano de Trabajadores Comunistas (MVTC) se incorpore de inmediato a BR contribuyendo directamente a su fortalecimiento y así cualificar las luchas venideras que se nos presentan.

2.  Que desde BR se conforme un equipo desde la comisión internacional para establecer enlaces que permita dar inicio a un proceso de diálogos con camaradas de otras organizaciones como el Partido Comunista del Trabajo de España (PCTE), así como con la coordinadora de trabajadores en Turquía y así sentar las bases para unas buenas relaciones internacionales como parte del internacionalismo proletario.

3.  Que se integrará toda nuestra militancia al partido BR.

4.  Proponer la participación de un miembro ante el CC como principal y dos invitados permanentes.

A los 13 días del mes de noviembre del 2016, Tinaquillo, Estado Cojedes

 

RESPUESTA Y BIENVENIDA POR PARTE DEL PARTIDO

Camaradas

Movimiento Venezolano de Trabajadores Comunistas

Presente.-

 

El Comité Central (CC) de nuestro partido, mientras realizaba su reunión plenaria, fue informado de las conclusiones a las que ustedes arribaron en el día de ayer sábado 12 de noviembre, y con un gran alborozo y entusiasmo recibimos vuestra solicitud de incorporación al partido, y más aun conociendo las consideraciones que les sirvieron de base para esa importante decisión. Mediante esta pequeña comunicación, expresamos no solo nuestra alegría por la identificación alcanzada entre ambas organizaciones, sino por el agrado de encontrar que la realización de la teoría de los grandes pensadores del marxismo leninismo se materializa de manera inesperada en jóvenes como ustedes, que gracias al talento teórico y al compromiso práctico llegan hoy a la conclusión de unir su voluntad y capacidad a la consolidación de una vanguardia comunista para nuestro país, y apuntar al afianzamiento de un importante destacamento de los proletarios del mundo.

Como ustedes indican, por estatutos y por tradición de los comunistas en buena parte de las organizaciones ML a nivel mundial, corresponde su inmediata incorporación a las organizaciones del partido no solo con su presencia en el Comité Central (CC), sino en los Comité Político Regionales, Comisiones Nacionales y demás frentes de trabajo en los cuales ustedes puedan dar su mejor y más decidido aporte.

Deberemos, en lo sucesivo y lo más pronto posible, iniciar no solo un proceso de integración pleno, sino también de conjunción de esfuerzos para alcanzar mayores espacios geográficos, sociales, mayor influencia en la clase obrera y los trabajadores, que en esta etapa tan compleja contribuyan a fortalecer la vanguardia revolucionaria en estas condiciones de crisis de nuestro país.

Como hemos considerado en el Comité Central, realizado este 12 y 13 de noviembre, las circunstancias nos conducen al desarrollo de una táctica sumamente compleja, que nos obliga a redoblar esfuerzos en diversas direcciones; al fortalecimiento político, ideológico de la vanguardia; y al fortalecimiento operativo de nuestra organización. A ello están invitados a aportar su mayor esfuerzo.

En este sentido, de manera inmediata, trabajaremos por asistir a Cojedes, en primer lugar, para determinar juntos el establecimiento de un comité político regional, y desde ahí elaborar un plan para atender de manera inmediata la incorporación del resto de camaradas en cada uno de los CPR que bien tengan la decisión de incorporarse, así como atender los demás detalles operativos e incluso políticos que sean necesarios en algunos de los casos señalados por ustedes.

Su incorporación a las filas del partido son la expresión de que en las entrañas del pueblo avanzado y de su juventud descansan grandes reservas para la revolución proletaria en nuestro país, lo que sin duda nos llena de entusiasmo. Bienvenidos a Bandera Roja, para consolidar la vanguardia y avanzar…

Comisión Nacional de Organización / Bandera Roja (cumpliendo mandato del CC)

Caracas, 13 de noviembre de 2016

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