Al llegar Marx a los 200 años de su nacimiento todavía hay quienes se dejan seducir por oportunistas y populistas que se aprovechan de los ideales, principios y filosofía del genio alemán. Pero desde tiempos de Lenin, a esos oportunistas, esquiroles reformistas y quinta columna, los marxistas leninistas los calificamos como Revisionistas. No es socialismo ni comunismo lo que ellos representan, son solo una gran estafa.

El revisionismo es una fuerza económica, política y social que tiene como propósito impedir veladamente cualquier cambio, transformación, progreso o evolución verdaderamente revolucionaria de la sociedad; es un instrumento o herramienta que prácticamente desde antes de que naciera Marx, ya estaba haciendo de las suyas. El revisionista se disfraza, se mimetiza, se transforma en cualquier elemento que le permita seguir ejecutando su política de distracción, de confusión, desorganización y desmovilización, bajo el manto de apariencia ultrarevolucionaria. Enmascarado generalmente en el seno de los movimientos revolucionarios del mundo, el revisionista se roba las aspiraciones de bienestar y justicia social de los pueblos con discursos y promesas; se roban los símbolos, las luchas y el sacrificio de los verdaderos revolucionarios, socialista y comunistas, y los troca en beneficio de su propia mascarada.

Pero el revisionismo no solo roba y se apodera del discurso, los símbolos, las luchas y las victorias, o incluso los mártires de los procesos revolucionarios del mundo. Además, todo lo banaliza, todo lo burocratiza, a todo le quita el significado real para hacerlo una comedia, una puesta en escena, una estatua. Sin análisis, sin método, solo retórica, solo insultos, solo chismes, el socialismo científico y la dialítica desaparecen de su hablar y por supuesto de su accionar. A Marx, Lenin, el Che, entre otros, los convierte en simples adornos estéticos, en «moda», en frases vacías que manipulan a sus propios intereses, en tattoos, en camisetas… Se arropan con las lucha de los pueblos, de los trabajadores y los estudiantes, se arropan con los mártires de los procesos revolucionarios, socialistas y comunistas, pero solo se arropan para decir que son como ellos, que son un ejemplo a seguir. Pero en el fondo, le temen a esos hombres, a esas mujeres, a esos pueblos y a esas rebeliones y revoluciones.

Para los marxistas leninistas el socialismo científico, el materialismo histórico y la dialéctica son fundamentales para el método de análisis político y social. Esto, como inicio, es importante definirlo ya que si no es así, pues no es un análisis ni socialista, ni comunista, es revisionismo. De allí también se desprenden o salen las categorías o definiciones que se usan en los análisis o discusiones sobre lo político y social.

El revisionismo tiene o ha tenido diferentes etapas y se ha calificado de diferentes formas: posmarxismo, enmiendas de Marx, revisión de Marx, socialismo premarxista, en fin, el propósito es el mismo. Diluir, desvanecer, borrar y hasta desaparecer los elementos históricos, científicos y/o filosóficos del pensamiento de Marx y de todos aquellos que levantamos las banderas del marxismo.

Hacer frente a todo esto no es fácil ni sencillo, pero es necesario y crucial para poder lograr los objetivos de construcción de un poder popular y democrático. A lo largo de estas luchas, con derrotas o reveses que han tenido los movimientos y los gobiernos revolucionarios y socialistas, el revisionismo ha jugado un papel importante y crucial ya que se mete en lo más profundo de esas luchas, movimientos y gobiernos, para destruirlos. Esos revisionistas que levantan la Bandera Roja para oponerse a la Bandera Roja, que tratan de dar una cara “marxista” a la contrarrevolución y la opresión. Los revisionistas son los que cambian la ciencia revolucionaria en lo opuesto, los que la convierten en una teoría revolucionaria en reformista. El revisionismo es revisar el corazón revolucionario del marxismo, es amputarlo de su esencia revolucionaria, transformadora.

El otra gran frente que tiene el revisionismo es la socialdemocracia. Aunque ésta no defiende ni respalda los documentos de Marx y Lenin, es un factor sin dudas de distensión y confusión de la clase obrera y popular en el mundo. La socialdemocracia resume las mismas aspiraciones de los reformistas, burócratas y tecnócratas. Con un barniz de socialismo y «justicia social», los socialdemócratas dicen a menudo que «no necesitamos una revolución». Dicen que el sistema puede ser reformado gradualmente. Ellos piensan que pueden llegar al socialismo (no al comunismo) a través de medios legales y parlamentarios. Ellos no ven el estado actual como es, Un instrumento de dominación de la clase reaccionaria y dominante. Ellos lo ven como un agente neutral o medio independiente que está por encima de la lucha de clases. Ellos creen que las fuerzas populares pueden ser elegidas, que pueden cambiar las cosas a través de los grupos de presión, etc. Esto está relacionado con la opinión de que la conciencia comunista evoluciona espontáneamente a partir de las luchas economicistas como mejoras de salarios. Este gradualismo y evolucionismo formaron la línea de los revisionistas. Como lo podemos observar, en la segunda internacional socialista en donde las diferencias de cómo llevar a cabo el proceso revolucionario que el mundo experimentaba, creó divisiones. En la revolución rusa también creó diferencias entre los bolcheviques y los mencheviques. Esto se profundiza y toma toda una cultura y política. Durante la guerra civil española, en la que terminaron perdiendo la guerra y la República, quedando España en manos del fascismo y la monarquía por diferencias políticas en el frente revolucionario. Estas fuerzas se conocen como socialdemócratas.

Los revisionistas se hacen pasar como revolucionarios, socialistas o comunistas. Pero en el fondo solo luchan y pelean por sus intereses personales. A lo largo de la historia podemos ver cómo se destruyen los triunfos de los pueblos por su liberación, bienestar y progreso, desde adentro. Por quienes supuestamente están ahí para defender los intereses de las mayorías. Esos que antes ique luchaban por un cambio y una transformación de la sociedad, terminaron de rodilla ante los explotadores y hambreadores del pueblo, o siendo ellos mismos los hambreadores, supuestos líderes que después que asumen el rol de gobernantes, subyugan al pueblo a un simple rol de espectadores o de ejecutores de unas políticas diseñadas y planificadas desde el Gobierno, para repetir el mismo ciclo de explotación.

Al revisionista hay que señalarlo como lo que es: un instrumento del poder dominante del régimen explotador y opresor, que sabotea e impide que los cambios revolucionarios de justicia social y progresistas se den. Desde la toma de la bastilla, pasando por la comuna de París, la revolución de octubre, la revolución cubana y las guerras en Centroamérica, el mayo francés, por nombrar algunas, fueron penetradas y destruidas por los revisionistas. Por supuesto, no quedaron excentas las organizaciones, frentes, comités, federaciones, congresos internacionales conocidas como ML, o la internacional socialista. Todas fueron minadas por los reformistas, burócratas, colaboracionistas y oportunistas de turno que convirtieron en hostil al marxismo.

El socialismo no surge automáticamente y bajo cualquier circunstancia de la lucha cotidiana de la clase obrera, sino que solo puede ser consecuencia de las cada vez más agudas contradicciones de la economía capitalista y del convencimiento, por parte de la clase obrera, de la necesidad de superar tales contradicciones a través de una revolución social. Si se niega lo primero y se rechaza lo segundo, como hace el revisionismo, el movimiento obrero se ve reducido a mero sindicalismo y reformismo, lo que, por su propia dinámica, acaba en última instancia llevándolo al abandono de las lucha de clases y borrando por completo al sujeto histórico.

Lo vimos y lo vemos a lo largo de todo el mundo, en los frentes guerrilleros o milicias que nacieron como expresión genuina de los pueblos a defenderse del opresor y el explotador, y fueron convertidos en paramilitares o terroristas, abandonado la lucha armada contra el orden establecido, para convertirse en enemigos del pueblo y protectores del narcotráfico la corrupción el tráfico de seres humanos. A la par de todo esto también vinos al socialimperialismo. Hacer estragos y destruir las victorias de los pueblos del mundo contra el imperialismo. El socialimperialismo tuvo sus inicios y su mayor expresión desde mediados de los anos 50. Impulsado por la URSS. La cual tuvo las mismas políticas económicas y sociales aplacadas por EE.UU. para mantener su hegemonía sobre los pueblos donde ellos tenían el control. Este socialimperialismo destrozó a casi todo los movimientos frentes coordinadoras consejos congresos sindicatos y partidos M.L. del planeta. Este socialimperialismo no es más que una dominación control y explotación de los pueblos. Con un discurso socialista y comunista. (Revisionismo). En américa cuba fue la cabecera de playa para esa política junta con todos los partidos comunistas. Ya que resabian line directa de la URSS. Esa política dañina perversa y oportunista todavía hoy esta haciendo mucho daño a los movimientos revolucionarios, socialistas y comunistas del mundo.

El revisionismo o socialimperialismo. Impide la lucha de clases impide el desarrollo de las fuerzas productivas y por lo tanto son políticas que no favorecen los procesos de cambio o las revoluciones. La lucha de clases y el desarrollo de las fuerzas productivas. Son las primeras cosas que son anulada dentro del El revisionismo o socialimperialismo. Junto a la dialéctica el socialismo científico. El materialismo histórico y el centralismo democrático. También son minimizados. Y pasan hacer un elemento de solo retorica fraseología o fetichismo dentro del revisionismo o el socialimperialismo, que les permite mantener un barniz o una apariencia de socialista o comunista.

Hoy el mayor exponente de esa política es China. Que se hace llamar socialista o comunista cuando en realidad su política económica y social es otra forma más de explotación y esclavitud moderna. China un monstruo que crece y se fortalece con la explotación y la esclavitud moderna de sus habitantes. Sin derecho a huelgas con mas de 12 hora de trabajo continuo, con salarios miserables. En fin, nada que envidiarles a las fábricas de los años de 1848.

«En la esfera política, el revisionismo intentó revisar realmente los fundamentos del marxismo, o sea, la teoría de la lucha de clases. La libertad política, la democracia, el sufragio universal — nos decían los revisionistas — destruyen el terreno para la lucha de clases y desmienten la vieja tesis del Manifiesto Comunista de que los obreros no tienen patria. Puesto que en la democracia prevalece «la voluntad de la mayoría», según ellos, no se debe considerar al Estado como órgano de dominación de clase ni negarse a establecer alianzas con la burguesía progresista, socialreformista, contra los reaccionarios». V. I. Lenin, MARXISMO Y REVISIONISMO.

Hoy, el gran exponente de esa política nefasta y despreciable que significa el revisionismo, es sin duda alguna el régimen chavista madurista. Es el vivo ejemplo de esas políticas revisionistas. No es una versión histórica, tergiversada, sino que es algo vivo, actual, en pleno desarrollo.

En Venezuela, el régimen chavista madurista puso en ejecución una política revisionista en todos los ámbitos de la sociedad. Empezó con el robo del discurso revolucionario, progresista y de izquierda que tiene el pueblo venezolano desde hace décadas. Avanzó con el robo de las luchas y los sacrificios del pueblo para lograr los cambios. También tomó toda la simbología que el pueblo identificaba como de cambio, progreso, justicia social y revolución. Se arrogaron para sí, y a pesar de nunca participar en ninguna de ellas, las luchas y procesos de los revolucionarios; se arrogaron todos los mártires de las luchas revolucionarias para después presentarse como los defensores y protectores del pueblo, en nombre de las luchas que otros libraron.

Todo fue y es una gran farsa, una gran mentira y manipulación que fue y es apoyada por el revisionismo y el socialimperialismo, no solo en Venezuela sino también en el mundo.

El régimen chavista madurista, el revisionismo, apalancado por el Estado petrolero, empujó una política de dispersión de todas las forma de organización y lucha que las masas tenían para enfrentar a los opresores y explotadores de turno. Con ello creó instrumentos que estuvieran al servicio del régimen, como los círculos bolivarianos, las llamadas misiones, los consejos comunales, los colectivos, y más recientemente, el carné de la patria. Pero en los demás aspectos también avanzaron con su política de destrucción y desmantelamiento del vínculo social existente. La toma del control del régimen sobre las empresas del Estado fue con el propósito de desmantelarlas, de destruirlas paulatinamente, y las que después fueron expropiadas o tomadas por el régimen, sufrieron el mismo destino.

En estos casos el régimen, apoyado en su discurso de justicia social, progreso, bienestar, cambio y socialismo, impuso medidas política y sociales neoliberales que dejaron a Venezuela en las condiciones que hoy están. Sin agricultura, sin empresas, sin organización de bases. En medio de una debacle nunca antes vista desde las guerras federales (1859-1863) hoy como nunca estamos a merced del amo imperialista. A merced Rusia y China, y también a merced de EEUU o cualquier otro que se aparezca por ahí. El régimen y sus mafias, apuntalados por dinero que entraba por vía del petróleo y con la asesoría política del revisionismo y socialimperialismo, pusieron en práctica en Venezuela todas estas medidas.

Hoy vemos cómo la deuda que se tiene con esos países imperialistas le está pasando factura al régimen. Como dicen algunos, el dinero no tiene ni amigos ni enemigos, solo intereses comunes.

Empujaron y siguen empujando una economía de importación de los bienes de consumo de la sociedad venezolana en todo los ámbitos. Nada, pero nada, escapa de la política mediocre, hambreadora y entreguista del régimen, que se vanagloria de tener al servicio del pueblo a PDVSA, CANTV, CONVIASA o CORPOELEC, por nombrar algunas. La verdad es que solo están al servicio de los intereses del régimen. Nunca estuvieron bajo el control obrero, nunca fueron vistas como parte el desarrollo de las fuerzas productivas de Venezuela. Solo fueron vistas como una especie de caja chica, de donde se sacan recursos para la política populista y de importación de los bienes de consumo del pueblo.

Tampoco se plantearon una política de transferencia tecnológica o de industrialización y procesamiento de todos los productos que se pueden sacar del petróleo. Ni de la industrialización del campo. Solo impostan productos ya terminados para ser ensamblados en Venezuela como los famosos tractores iraníes, las computadoras VIT o los autos Chinos Chery, que fueron una estafa; el vehículo del Ejército venezolano, Tiuna. ¿Qué pasó con todo eso? pues fue un gran negocio para las mafias y colaboracionistas del régimen en Venezuela y el mundo. Nada de progreso desarrollo nos dejó eso.

Para que se pueda asegurar la independencia y soberanía, en lo industrial se tiene que inventar, diseñar y fabricar en Venezuela los bienes de consumo, línea blanca, vehículos, muebles, electrónicos, vestido y calzado, herramientas para la construcción, materiales de salud y los medicamentos. Estos sí es el desarrollo de las fuerzas productivas correspondiente a la etapa socialista, acompañada por supuesto de una veloz industrialización del campo y sus diferentes niveles de producción (siembra y cría), recolección, almacenamiento, procesamiento y distribución de alimentos.

La materia prima sobra en Venezuela para inventar y fabricar cualquier bien de consumo humano o animal. Solo es necesario tener la voluntad política para realizar la transferencia tecnológica necesaria para comenzar.

Nada de esto se hizo en el país. Todo se fue en el saqueo que hicieron las mafias del régimen, en dádivas y en migajas para el pueblo. Nada se invirtió sino en discursos y cadenas para distraer, confundir y neutralizar al pueblo.

El revisionismo en Venezuela tiene su mayor exponente o vitrina de exposición, porque nada escapa al revisionismo impuesto por el régimen en la política, lo económico, social y comunicacional. Fíjense en este ejemplo: Imperio es usado a cada momento por el régimen y sus seguidores. Pues esa categoría fue acuñada por Antonio Negri, un «teórico» italiano del revisionismo moderno para «diferenciarse» de los comunistas que usamos el término correcto, que es Imperialismo. Imperio es un sistema de Estado particular. Imperialismo es un sistema económico, una fase del desarrollo capitalista.

Lo otro, es que hay que ubicarse en que el revisionismo consiste en barnizarse de socialista, en colocar estas luchas entre supuestos pobres y ricos, entre supuestos proletarios y burgueses, entre socialistas y capitalistas. Todo eso amalgama a unos sectores importantes de la sociedad que sí desea y aspira un sistema que sin nombrarlo, es de fondo el socialismo.

El revisionismo destroza, banaliza o ridiculiza, le quita la fuerza a las definiciones o categorías marxistas leninistas para que no tenga la trascendencia ni la vigencia necesarias para la transformación de la sociedad actual hacia una sociedad de bienes abundantes y de desarrollo colectivo. En Venezuela lo vemos a cada instante en los medios de comunicación del régimen. Eso permea Asia las bases y luego se vuelve algo cotidiano.

Ante todo esto, ¿qué hacer? Principalmente leerse los clásicos del marxismo leninismo.

5 libros para comprender el Materialismo Dialéctico

Identificar al los revisionistas y desenmascararlos. Insistir que es necesaria la organización, la lucha, el trabajo, las discusiones y debates con un criterio de crítica y autocrítica. Estudiar sobre los procesos de cambios y revoluciones reales, la Comuna de París, por ejemplo. La revolución rusa plasmada aquí, o libros como Así se templó el acero. No dejarse llevar por lo que dicen o por las apariencias, ni por quienes acompañan a los revisionistas. Mantener siempre en alto los principios históricos, filosóficos y teóricos del marxismo leninismo, la democracia popular, el centralismo democrático, la lucha de clases, el socialismo científico, la dialéctica en el pensamiento, el materialismo histórico como instrumento de análisis.

Es vital entender que el marxismo no es un dogma, ni tiene por qué considerar todas las cosas del mundo. Es un método y una metodología científica. Las aplicaciones de ella depende del fenómeno y la situación concreta que se analiza. No tenía por qué dar respuestas como si fuese un manual o una guía. El marxismo es una doctrina y teoría social, filosófica, económica y política, la cual se encuentra sólidamente unida a dos ideologías y movimientos políticos: el socialismo y el comunismo.

El marxismo arriba a sus 200 años y ha tenido que cruzar todo un universo de contratiempos, mentiras y manipulaciones. Pero sigue aquí porque los problemas que planteó siguen aquí, vigentes y las soluciones que planteó esperan aún su aplicación. Nuestra obligación es levantar esas banderas de progreso, bienestar, justicia social, independencia y democracia popular, esa es nuestra tarea, nuestro objetivo en todos los espacios donde estemos, para así lograr el triunfo de las fuerzas revolucionarias, socialista y comunistas del mundo, para conquistar un mundo más humano, más justo, un mundo mejor, como fue el sueño y legado de Marx, vigente hoy 200 años después.

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