El título refiere una práctica poco ortodoxa de la gestión de gobierno; los últimos veintitrés años de la Venezuela Contemporánea el ejercicio de la POLÍTICA -en Mayúsculas- ha sufrido unos cambios inusitados, o mejor dicho, transformaciones poco convencionales. La verdadera acción política en la actualidad trae consigo un sinfín de premisas que comprenden un complejo cúmulo de compromisos, acuerdos y alianzas estratégicas o circunstanciales cuyo fin ha de ser establecer parámetros de gestión pública fundamentados en el ganar-ganar; en la praxis esto no ha sido más que una quimera o ilusión, son pocos quienes apoyados únicamente por su “partido” logran acceder a espacios de gobierno, sobre todo en la actualidad, los que se alzan con el premio del “poder” y se convierten en “gobernantes” fácilmente olvidan que NO LLEGARON SOLOS, que sellaron acuerdos de gobernabilidad con ALIADOS y que éstos tienen, en su mayoría, cuadros con amplia experiencia gubernamental, con sólida formación en las diversas áreas del saber y con sobradas credenciales para ocupar cargos en todas las instancias medulares en los tres niveles del poder.

Carlos Matus Romo, exministro chileno de economía, fomento y reconstrucción del gobierno del depuesto Salvador Allende, en su libro ADIÓS, SR. PRESIDENTE y en los Cursos y Conferencias que ha dictado en múltiples naciones y en todos los niveles de gobierno, sobre todo en su taller internacional de gestión denominado LA AGENDA DEL GOBERNANTE, insiste en señalar que el ejercicio del poder regularmente enferma a quien lo ejerce, lo obnubila o lo atonta, este fenómeno Carlos Lamus lo ha denominado con el mote de Síndrome del Gobernante, el cual consiste en que tan pronto asume la gestión comienza por crear un círculo cerrado de “amigos y compañeros de partido” con la intención de blindarse dentro de los parámetros de la “confianza y afinidad ideológica” sin poner sobre la mesa el análisis de sus credenciales intelectuales o su experiencia dentro de la función pública; esto genera un peligroso caldo de cultivo que siembra bases para la corrupción, el manejo errado de las acciones gubernamentales, a su vez da paso a la ineficiencia e ineficacia de su gobierno y por ende a los desaciertos individuales y colectivos de su tren ejecutivo.

El fenómeno Chávez, consecuencia de los errores cometidos alternativamente por el bipartidismo de la mal llamada cuarta república, en lugar de erradicar la mala praxis política de “los cuarenta años de democracia”, no solo la profundizó sino que resucitó el caudillismo del Siglo XIX y principios del XX que algunos demócratas de la IV República intentaron infructuosamente erradicar; la Oclocracia, o mejor dicho, la Cleptocracia Chavista que ha ejercido el poder en Venezuela desde 1.999 hasta la actualidad, ha devenido en un peligroso Virus contagioso que ha permeado hacia los espacios de la oposición creando un pernicioso efecto espejo entre los grupos opositores que gracias a las alianzas estratégicas o circunstanciales han logrado hacerse de Gobernaciones y Alcaldías en el proceso electoral del pasado 21 de noviembre de 2.021.

A escasos nueve meses de ese triunfo colectivo, concertado, acordado y peleado en conjunto por todas las fuerzas de la unidad, muchos de los gobernantes locales y regionales no han honrado los compromisos de gobiernos de amplitud prometidos y comprometidos con los partidos, grandes o pequeños, que pusieron su cuota de sacrificio, que apartaron sus propias y naturales aspiraciones, que comprometieron a sus cuadros en la defensa de los votos mesa por mesa en el proceso electoral, que convencieron a sus activistas y simpatizantes que la lucha era de todos y para beneficio de todos en función de desplazar a las huestes chavistas de las instancias de poder y en la construcción de gobiernos plurales no ideologizados que se orientasen a construir una Venezuela mejor.

La soberbia y un soterrado egoísmo, en muchos casos, se han configurado como herramientas de gestión de los nuevos alcaldes y gobernadores y por ende de sus partidos políticos, los ALIADOS que han sido incorporados a sus trenes ejecutivos no figuran más allá de ser segundones de sus “amigos y compañeros de partido” quienes no dejan espacios de maniobra alguna para los Aliados, bien sea para contribuir a la gestión o para hacer gestiones propias que coadyuven a robustecer al gobierno local o regional del cual forma parte en condición de candado (pegado pero por fuera).

Quienes gobiernan deben mirar al futuro si piensan repetir o ascender en las instancias de poder, están en la obligación de recordar que no llegaron solos y que cualquier aspiración de gobernar más allá de este período necesitará nuevamente de la concertación con los partidos políticos que fuera del suyo propio metieron sus manos en el fuego electoral, a costa de dejar de lado sus naturales aspiraciones, con la promesa de gobiernos de unidad.

Son muchos los hombres y mujeres capaces que hacen vida en las organizaciones políticas que tienen un inconmensurable caudal de experiencia y conocimientos que merecen el respeto de quienes les consideran simples jarrones chinos o el obligatorio cumplimiento de un insincero compromiso de otorgar cuotas a los Aliados con limitaciones de radio de acción y participación real en la gestión de gobierno.

Señores Alcaldes y Gobernadores (me refiero a los No Chavistas), el camino al éxito de sus gestiones fue construido por todos aquellos que honestamente tomaron la decisión de darle apoyo, respaldo y trabajo colectivo a sus candidaturas, fueron ustedes quienes ofrecieron espacios de participación en sus gobiernos futuros a aquellos que creyeron que ustedes personificaban la vía para derrotar a la tiranía usurpadora y destructora de Venezuela, por eso apostamos a sus triunfos, por eso nos convertimos en unidad necesaria, pero queremos que recuerden y tengan presente que sin el apoyo irrestricto, más no ciego, de los Aliados no hay posibilidad alguna de preservar esos espacios de poder que nos pertenecen a todos. Sumen, no resten ni dividan, no cubran apariencias mostrando públicamente a Aliados en cargos de relevancia pero de manos atadas o simplemente ignorados e incluso vejados en sus supuestos espacios de poder. Un aliado no es un simple e insignificante Objeto Decorativo. Aprendan a no errar, aún están a tiempo.

  • author's avatar

    By: Elvin Yamarthee

    Ciudadano | Revolucionario de verdad verdad | Licenciado en Letras | Etnomusicólogo | Cantante | Compositor y Arreglista | Gaitero 100.000% | Marabino | Militante activista y miembro del secretariado Regional de Bandera Roja en el Zulia

  • author's avatar

  • author's avatar

    See all this author’s posts

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.