El régimen está desde hace días lanzando propuestas y promesas para desmovilizar la rebelión. Pero lo más preocupante es la respuesta tímida o «cautelosa» de la jefatura de la MUD ante esas propuestas del régimen.

Huele feo. Tengo la impresión de que ya están por negociar las elecciones para que se desmovilice el pueblo en rebelión. Esta lucha heroica y desinteresada de un país con hambre, sin medicinas, sin trabajo y que ha costado vidas valiosas para la República, pretenden minimizarla o cancelarla con un mero acto electoral, lavarle la cara al régimen con unas elecciones como las dos últimas, en donde supuestamente con esas elecciones el régimen rectificaría y la democracia volvería a Venezuela. Otra vez con el mismo cuento.

Entre el temor del régimen de ser sacado del poder y el interés particular de la MUD de que esta nueva rebelión no se les salga de las manos, las cúpulas están cuadrando qué hacer.

Las masas, el pueblo, los ciudadanos, aprovechan cualquier coyuntura para expresar su inconformidad y molestia, tanto de un lado como del otro. La necesidad de sacar el régimen es muy alta para el pueblo, y tratar de canalizar o atemperar la rebelión es vital, tanto para unos como para otros cogollos. Para los que están en el poder, es vital controlarla para su sobrevivencia política. No es lo mismo salir por una rebelión popular que salir por medio de unas elecciones en las que se tiene todos los medios para controlar sus resultados y en las que la votación se haría con candidaturas inevitablemente impuestas por cada cogollo. Unas elecciones, en esta forma, les permitiría al oficialismo sobrevivir políticamente y reagruparse para nuevamente intentar volver al poder, ya que esa salida dejaría intacto el andamiaje burocrático establecido en 18 años de Gobierno, en lo militar, político y social. Salir del gobierno por medio de una rebelión, minimiza esa posibilidad de recomponer sus fuerzas políticas y sociales de cara a una nueva circunstancia.

Para los de la MUD, asumir el Gobierno por medios meramente electorales les garantiza negociar cada espacio de Gobierno según sus intereses, ya que solo los electos por las elecciones, previamente impuestos por ellos, estarían en ese nuevo gobierno. No habrá representación de los que lucharon en la rebelión, ni de los que sufrieron las calamidades de este régimen. En un escenario controlado se impondrá el acuerdo cupular. Además, la llegada por medios electoreros al gobierno les garantiza, por lo menos por un tiempo, su permanencia en el Gobierno, tiempo para reorganizarse, finiquitar el saqueo, y en algunos casos, huir.

Que sea por medio de la rebelión, les dificulta el negocio político, les complica su negociación porque la presión popular les obligara a entregar los espacios de poder de manera abrupta y a las mayorías que estuvimos en la rebelión y no estan de acuerdo con políticas implementadas en la MUD. Conquistar un Gobierno de corte irreverente y contestatario de origen, es algo que no está en la aspiración política, no es ni será jamás, una meta para la MUD.

No es la paz la aspiración genuina de las cúpulas. Es por ello que tanto para uno como para orto el reacomodo desde una visión principalmente electorera. Pero en este contexto político y social, una salida tibia frente a la cúpula chavista, sería una traición al pueblo en resistencia y en rebelión.

Ir a elecciones si tener ni una sola muestra de voluntad de que toda esta corrupción, abuso de poder y asesinatos van a tener justicia, ni de un programa de reconstrucción nacional para el rescate de la paria del caos, es enrumbar a Venezuela a otra tragedia más. A eso hay que agregarle que las normas impuestas por el régimen son discriminatorias y excluyentes, dejando la representación en las organización con intereses principalmente clientelares, y negando la participación de las minorías u otras corrientes del pensamiento político y social. Esto para los de abajo es algo nada democrático que pudiera producir una nueva rebelión, pero esta vez en contra del nuevo régimen por excluyente y sectario.

El pueblo en rebelión no está al tanto de todas las maniobras y acuerdos del status quo. Pero con la rebelión organizada y clara no solo puede sacar al régimen actual del Gobierno, también garantiza que el nuevo régimen responda a los intereses del pueblo. La rebelión no es solo un instrumento para subvertir el orden establecido, también es un instrumento para construir un nuevo poder. Recordémos a Argentina, cómo el pueblo saco y volvió asacar a varios gobiernos en poco tiempo.

Bandera Roja ha estado planteando y practicando una política de unidad superior y de rebelión, con una propuesta de organización y objetivos claros con un plan de reconstrucción nacional. Nuestra política no es improvisada ni sectaria, todo lo contrario, siempre hemos estado y estaremos en la lucha junto al pueblo. Por eso nos preocupan las maniobras y acuerdos que se están tejiendo a espaldas de los que luchamos en la resistencia y en la rebelión. Lo que aquí expreso personalmente, tiene como propósito alertar a todo el pueblo venezolano sobre otro posible acuerdo entre cúpulas que no sufren ni padecen las necesidades de las mayorías.

Invito al pueblo a no abandonar la organización, la lucha, y a no entregar esos esfuerzos rebeldes a falsos profetas de una felicidad y supuesta tranquilidad, pero sin justicia y sin equidad, sin democracia real y sin un verdadero proyecto de desarrollo y bienestar para el pueblo venezolano.

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