El paquete económico de Nicolás Maduro es parte de toda una estrategia que busca desconocer y debilitar conquistas históricas del magisterio venezolano y los trabajadores en general. El aumento de salario, o mejor dicho, la compensación salarial anunciada por la dictadura, no será más que una ilusión en un corto tiempo ya que dicho anuncio viene acompañado con medidas que golpearán mucho más nuestro poder adquisitivo. La hiperinflación, el aumento del IVA a 16%, el aumento de la gasolina al internacionalizar y dolarizar su precio, el incremento de la tarifa del pasaje y de todos los servicios públicos se comen el supuesto aumento anunciado. Resalta el siguiente dato: El 68% del nuevo salario mínimo solo alcanza para los 25 productos regulados, 1 de cada uno, sin contar el aumento del IVA. Y no incluye el pago de servicios ni de los productos de aseo personal y doméstico. Viviremos una nueva caída de nuestro poder adquisitivo y por supuesto, el desarrollo de una política sindical corporativista y patronal, que reproduce y justifica la acción del gobierno patrón contra los trabajadores. Ya veremos a los sindicalistas patronales dando loas a la dictadura y defendiendo lo indefendible.

En esta oportunidad queremos precisar dos aspectos importantes sobre el paquete de Maduro que tienen que ver con el sector magisterial:

  1. Ante la profundización de crisis social y económica que nos viene con este paquetazo madurista, hacemos un llamado a defender la Convención Colectiva, instrumento legal que rige las condiciones de trabajo y los derechos económicos, sociales y sindicales. La convención Colectiva es una conquista y debemos defenderla a como dé lugar. Es decir, todo lo contemplado en ella es ley y las partes convenidas en su firma deben asumir un estricto cumplimiento y respeto. En ese sentido, señalamos que el patrono debe ajustar el nuevo  salario mínimo a la tabla salarial que está contemplada en la II Convención Colectiva Única y Unitaria, tanto para los activos como para los jubilados. Hacer otra cosa es desconocer y violar el derecho ya determinado en la Convención Colectiva. Por eso hacemos la exigencia al Ministro de Educación para que convoque de inmediato al Comité de Evaluación y Seguimiento de esta Convención Colectiva Única y Unitaria para velar por el cumplimiento de estos ajustes y a la vez ir apartando tanta incertidumbre que ha generado la posición de unos pocos dirigentes sindicales que siempre han representado los intereses patronales y el silencio del Ministro de Educación.
  2. Queremos expresar con mucha firmeza que el instrumento social del magisterio y de los trabajadores obreros y administrativos de la educación es la Convención Colectiva, y no el carnet de la patria. No necesitamos ningún control social ni político impuesto por el patrono, cuando en nuestra Convención Colectiva está plasmada una serie de derechos socioeconómicos que tienen que ver con la protección social y que sólo exigimos que se cumplan. No necesitamos un carnet de la patria, cuando en nuestra Convención Colectiva está establecido para todos los trabajadores de la educación un programa de alimentación; cuando tenemos el Instituto de Previsión y Asistencia Social para el Personal del Ministerio de Educación (IPASME), instituto que debe mejorar sus servicios. No necesitamos el carnet de la patria, cuando en nuestra Convención Colectiva tenemos un plan de construcción de viviendas y lo que se necesita es que el gobierno cumpla con esa cláusula. No necesitamos el carnet de la patria para que el patrono cumpla con el HCM y no tengamos que ir del timbo al tambo para poder ser atendido cuando nuestra salud se ve afectada. Significa entonces, que el carnet de la patria podría liquidar, por la vía de los hechos, la Convención Colectiva. Se convertiría este carnet en un instrumento que regularía las relaciones entre el patrón y los trabajadores de la educación, además de ser un instrumento de control social y político, cosas que debemos rechazar contundentemente.

Ante estos dos aspectos expresados, la única perspectiva que tenemos es luchar para defender nuestros derechos y conquistas laborales. Cada maestro, cada docente, cada profesor debe recordar e internalizar que el magisterio fue edificado con luchas, con civilismo, con la movilización firme y combativa.

Llamo a mis colegas dirigentes sindicales nacionales y regionales del país a unirnos en una sola posición clasista. No es el momento de las ilusiones, de quedarnos en las críticas, aunque algunas puedan ser ciertas y justas. Es el momento de pelear por nuestra dignidad humana, por rescatar el valor del trabajo, por salvar la escuela, por nuestra Convención Colectiva y por reconstruir a Venezuela.
Es la hora del magisterio y el magisterio eres tú.

1 COMMENT

  1. Muy bien Raquel Figueroa, muy de acuerdo con tu planteamiento.Es necesario que los docente, analisemos los dos puntos, para divulgación..

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