Los jóvenes revolucionarios conmemoramos de este 12 de febrero, Día de la Juventud, con la conciencia del papel fundamental que debemos desempeñar para impulsar las tareas del cambio político que demanda el país.

La crisis ha alcanzado niveles que reclaman una conducta política correspondiente con la circunstancia histórica, en la cual prevalezcan los principios de una unidad sincera, el desprendimiento y la disposición de luchar por el interés nacional, antes que la pelea por parcelas particulares, como si de conquistar feudos se tratara.

La posibilidad de tener un país de grandeza, nos debe encontrar a todos dispuestos a organizar la rebelión popular. A impulsar espacios de organización y debate como las asambleas de ciudadanos, cuyas decisiones son carácter vinculante y deben ser acatadas como lo establece la constitución. Desarrollando acciones contundentes en defensa del salario, la salud, la educación y por servicios básicos.

Urge trabajar en la articulación y organización de la juventud, impulsando la unidad social con los distintos sectores que también reclaman por sus derechos. Es necesario el impulso de una plataforma nacional de luchas orientado a forjar un gran movimiento social, donde se coordinen todos estos esfuerzos, y se traduzca en una dirección política con capacidad y talento para alcanzar los objetivos de cada sector, pero también lograr el objetivo de salir de la dictadura chavista que encabeza Maduro.

Los jóvenes debemos exigir reivindicaciones y condiciones de estudio para formarnos. Frenar la ofensiva de la dictadura en y contra las universidades y luchar por la renovación universitaria que surja de la amplia discusión de los universitarios.

La educación es un derecho humano fundamental que debe constituir una oportunidad para todos sin distinción. La deserción y exclusión deben dar paso a la incorporación de todos los jóvenes a la educación, en condiciones de dignidad y gratuidad. Hay que hacer más accesible a la educación y convertirse en un factor importante para el ascenso social, junto a políticas sociales que garanticen empleo digno a la juventud.

Tenemos una nueva oportunidad para encontrar la esperanza de una nación prospera y soberana, para luchar por nuestro futuro y salvar el país.

Levantemos el ánimo popular con un espíritu que demuestre su compromiso con nuevas prácticas éticas y políticas, basadas en la solidaridad, la unidad genuina y el firme compromiso con la reconstrucción económica, social, ética y política del país.

Los jóvenes debemos seguir siendo fuerza de empuje hacia el futuro. El sacrificio de los guerreros de la batalla de la Victoria nos recuerda siempre que si nos disponemos con firmeza podemos seguir forjando una historia de democracia, progreso y bienestar en la época contemporánea de Venezuela.

Unión de Jóvenes Revolucionarios
UJR – Bandera Roja

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