La dictadura de Maduro, con el apoyo del TSJ, CNE y el alto mando militar, quiere aplastar a sangre y fuego las protestas que mantiene el pueblo venezolano en las calles frente a los desafueros y al desastre que en todos los órdenes ha producido este régimen antipopular, antidemocrático y antinacional.

En menos de dos meses de manifestaciones de calle contra Maduro y su camarilla mafiosa, han muerto más de 60 personas, la inmensa mayoría asesinadas por la Guardia Nacional, la Policía Nacional y los llamados “colectivos” chavistas. Han sido heridos millares de ciudadanos. Las cárceles han sido repletas de presos políticos por el solo delito de ejercer sus derechos democráticos, defender su derecho a una vida digna y exigir un cambio urgente ante esta aguda crisis. Pese a esto, la rebelión democrática ha mostrado una enorme disposición, abnegación y valentía en la búsqueda de un verdadero cambio, tanto de gobierno como de régimen.

Luego del golpe de Estado producido por el TSJ a finales de marzo, ahora convocan una espuria y fraudulenta Asamblea Constituyente, frente a la cual los venezolanos de todos los rincones han manifestado su rechazo y su repudio como otra maniobra más para mantenerse en el poder a como dé lugar, usurpando el derecho del pueblo en quien reside el poder constituyente primario y quien debe decidir sobre la propia realización de la Constituyente y sobre sus bases comiciales.

El llamado fraudulento de Maduro a la Constituyente es, además de una abierta violación de la Constitución, una incitación a la violencia con la que pretende reafirmar su dictadura y una actitud irresponsable al llevar al país al borde de una guerra civil. Estamos en presencia de una regresión en cuanto al respeto de los derechos humanos, los derechos sociales y el derecho al voto, al decretar la muerte de la soberanía popular y la imposición de una democracia censitaria. Y esta regresión se une a la gigantesca involución en materia de desarrollo económico, de soberanía nacional y de independencia.

Bandera Roja llama a DENUNCIAR, DESCONOCER y ENFRENTAR todos los procedimientos, mecanismos y actuaciones que desde el poder establecido —valga decir, Ejecutivo Nacional, CNE, TSJ, FAN, etc.—se acuerden para dar continuidad a tamaña felonía. Debemos aferrarnos a la defensa de lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en lo que respecta a derechos humanos, derechos sociales y derechos individuales, que se han convertido en un serio obstáculo en los afanes represivos y dictatoriales de Maduro y su régimen mafioso.

Los venezolanos todos —tanto los de oposición como quienes desde el oficialismo aún tienen algún respeto por la institucionalidad republicana y democrática— debemos unirnos en estos momentos aciagos del país. Convocamos a una mayor articulación de fuerzas políticas y sociales que no sólo acelere este cambio político urgente para que sea lo menos traumático posible, sino que también le dé un piso sólido a la Reconstrucción Nacional para atender las cuestiones de fondo de esta crisis, tanto en lo atinente a la atención urgente del drama económico y social, como en lo referido a la apertura de una amplia democracia que sirva de apoyo a un gran acuerdo nacional para apuntalar el desarrollo diversificado y armónico de nuestra economía y de todas nuestras capacidades productivas. Una verdadera democracia que estimule el protagonismo social y el poder de base de la sociedad y que aúpe la autonomía del pueblo.

El impulso de asambleas populares, asambleas de ciudadanos, asambleas obreras y estudiantiles, de maestros, profesores, médicos, ingenieros, pobladores, etcétera, es lo que puede permitir no sólo enfrentar exitosamente las barbaridades criminales de este gobierno decadente y derrotar la dictadura, sino también ampliar el conocimiento profundo de la grave crisis que nos sacude y elevar nuestra disposición a asumir los retos que nos exige la necesaria transformación de esta dramática realidad.

Contra la dictadura, debemos mantener la presión política en la calle, en la denuncia, en la protesta, en todos los rincones del país, y hacerles ver a Maduro y su camarilla mafiosa que hay un pueblo decidido y valiente, dispuesto a hacerse respetar y mantenerse en pie de lucha hasta ver resplandecer en nuestra patria las banderas de la libertad, de la democracia, del progreso y del bienestar colectivo.

 

¡Abajo la dictadura!

¡Unidad de todo el pueblo para salir de Maduro!

¡Desechar las ilusiones y prepararse para la lucha!

 

Dirección Nacional de

BANDERA ROJA (resistencia)

Caracas, 30 de mayo de 2017

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